Luego de años de investigación, Benoit Mandelbrot buscó una medida de orden en los fenómenos físicos, matemáticos o sociales que se caracterizan por su abundancia de datos pero variación extremandamente sencilla. Sus aportes, no sólo rompieron los paradigmas establecidos, sino que abrieron caminos para la comprensión del mundo tal él lo imaginaba: irregular, de formas veleidosas e irremediablemente infinito.
El valor sorprendentemente estético de muchos de sus descubrimientos inesperados y su utilidad en la enseñanza, lo han convertido en un portavoz elocuente de la “unidad del saber y de sentir.”
El relámpago en el cielo no se despliega en línea recta. La rugosidad de una coliflor o las caprichosas formaciones de la rama de un árbol son un desafío para los trazos limpios de la geometría que aprendimos en la escuela. Ni las líneas rectas, ni las curvas perfectas existen en la naturaleza. Pero a partir de la obra de Benoît Mandelbrot es posible acercarse a una teoría de la rugosidad irregular que es la marca del universo. La Jornada
Fractal vegetal (Foto: Tanakawho)
En su libro más conocido, ‘La geometría fractal de la naturaleza’, publicado en 1982, Mandelbrot defendía objetos matemáticos que fueron definidos por otros científicos como «monstruosos» o «patológicos».
Sus estudios sobre fractales parten de una pregunta que se hizo cuando comenzaba su vida como investigador: ¿Cuánto mide la costa de Gran Bretaña? La respuesta, según pudo comprobar con sorpresa, dependía de lo cerca que observes la línea de la costa. En un mapa la isla parece mucho más perfilada, pero si aproximas el punto de vista descubres nuevas irregularidades que hacen aumentar su longitud. «Esa es la cuestión, un problema de geometría básica que, bien pensado, es imposible», explicaba Mandelbrot. «La longitud de la costa es, en cierto sentido, infinita».Ideal.es
Fractal de Mandelbrot
Vale retomar las siguientes palabras de Benoit Mandelbrot: A mí siempre me fascinó la idea de buscar la simplicidad en el desorden. Con la geometría fractal la naturaleza se volvió más ordenada, organizada… más atractiva.
En la década de 1950 Mandelbrot propuso una fórmula simple pero radical para cuantificar un objeto así teniendo en cuenta su «dimensión fractal», un punto de vista que ha demostrado su utilidad más allá del ámbito de la cartografía. Mandelbrot realizó aportaciones en campos como la Geología, la Medicina, la Cosmología o la Ingeniería. Utilizó la geometría de fractales para explicar cómo se agrupan las galaxias, cómo varía el precio de los cereales o cómo el cerebro de los mamíferos se multiplica a medida que crecen, por ejemplo. Ideal.es
Q. E. P. D.
Estoy pensando que si no todos la mayoría de los humanos tuviéramos en la conciencia esos principios matemáticos, la vida sería más fácil para todos, pues sabríamos calcular las siguientes situaciones de la vida diaria. Saber matemáticas te hace más listo, digámoslo apto, para la supervivencia.