¿Cómo impacta la ciencia al mercado?

En los últimos años, diversos indicadores internacionales han demostrado que los desarrollos científicos y tecnológicos convertidos en innovaciones son factores fundamentales para impulsar el crecimiento económico de un país; pero, ¿cómo es que un invento llega al mercado?

Se estima que en México existe un universo de casi 50 mil creativos, entre científicos y tecnólogos, quienes trabajan en desarrollos y conocimientos capaces de impactar el mercado. Sin embargo, en ocasiones los inventos que podrían tener éxito comercial e impactar nuestras vidas de manera favorable, no lo logran y se pierden, debido a la falta de herramientas (o el conocimiento de su existencia) que permitan transformar las ideas en proyectos de investigación, desarrollo y escalamiento al sector productivo para su comercialización.

Con el propósito de mitigar esta problemática surge la figura del vinculador efectivo, un profesional encargado de orientar a todos los sectores: académico, tecnológico y empresarial para que los conocimientos científicos y los avances tecnológicos lleguen al mercado.

Esa figura cobra mayor relevancia en México a partir de la reforma de 2009 a la Ley de Ciencia y Tecnología, ya que en su artículo 40 Bis recomienda a las universidades e instituciones de educación pública superior, así como los Centros Públicos de Investigación, crear unidades de vinculación y transferencia de conocimiento.

Se estima que en México existe un universo de casi 50 mil creativos, entre científicos y tecnólogos, quienes trabajan en desarrollos y conocimientos capaces de impactar el mercado.

Pero la creación de las referidas unidades ha develado otro problema: la falta de personal experto en la transferencia de conocimiento del sector académico al productivo, lo que ha dificultado generar la llamada vinculación efectiva; es decir, aquella que permita que la colaboración de ambos sectores lleve un producto innovador al mercado.

De acuerdo con el doctor Sergio Ulloa Lugo, presidente de la Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico (ADIAT) y experto en el tema, para que se dé esta vinculación efectiva es necesario que el encargado de las unidades posea conocimientos sobre las necesidades del mercado; así como de la oferta científica y tecnológica de la universidad o centro donde labora y asegurar la adecuada apropiación del conocimiento.

Poseer esta información le permitirá, por ejemplo, identificar los casos en que los proyectos de investigación sean susceptibles de someterse a un proceso de propiedad intelectual o alguna otra herramienta que garantice su protección durante una posible transferencia al sector privado.

El también director de Asuntos Externos y Comunicación del nuevo MSD, (derivado de la reciente integración de Merck Sharp & Dohme y Schering Plough), enfatizó que garantizar la autoría o propiedad del desarrollo es indispensable para poder llevar a cabo la transferencia de tecnología.

Asimismo destacó la importancia de que durante este proceso el vinculador oriente al científico sobre el verdadero valor comercial de su investigación; ya que en ocasiones éste lo sobre o subvalúa por no mantener un contacto constante con el mercado.

Previo a que se establezcan los acuerdos y contratos que permitan transferir el conocimiento o la tecnología al aparato productivo, el científico deberá realizar pruebas piloto; además del escalamiento del desarrollo, pues “nadie invertirá en maquinaria nueva antes de comprobar su correcto funcionamiento”, dijo el Dr. Ulloa Lugo.

Sólo cuando en el mercado aparece un producto resultado de este proceso puede hablarse de que se estableció una vinculación efectiva entre academia e industria.

El titular de la ADIAT indicó que para apuntalar la vinculación en México, el organismo que preside ha creado un Programa Nacional para la Formación de Vinculadores Tecnológicos, una iniciativa que busca desarrollar capacidades de vinculación efectiva y transferencia de tecnología entre academia, industria y gobierno con el fin de generar sinergias entre estos actores y elevar la competitividad en el país.

Al igual que este programa existen otros proyectos que buscan impulsar la colaboración entre los sectores académico y productivo; tal es el caso del Consejo Asesor de Vinculación, que encabeza la Secretaría de Educación Pública, o los Veranos por la Innovación en la Empresa del Foro Consultivo que benefician esta tarea, pues permiten que estudiantes destacados ingresen a las compañías y conozcan cómo piensa la industria y las necesidades que ésta tiene. (Agencia ID)