¿Usabilidad para discapacitados?

Después de trabajar con este tema en la universidad, lo abandoné un poco, pero recientemente acudí con un amigo a una ponencia y después de escuchar la charla un rato, preguntó, -¿Y que hay de las personas con algún tipo y grado de discapacidad? ¿Ellos no deben beneficiarse de internet, o nosotros los desarrolladores y diseñadores los hemos condenado al exilio? ¿O es que simplemente pensamos “qué mas da”?- Fue entonces cuando volvió a mí el interés en la usabilidad en la web.

Si bien es cierto que en la última década se ha dado mucho mayor importancia al tema de la usabilidad y accesibilidad (no entraré en detalles sobre las diferencias de accesibilidad y usabilidad) a los proyectos computacionales y web, estoy seguro al decir que, aún hoy en día, podemos encontrar sistemas (ya sean hardware o software) visualmente atractivos o llamativos, pero que contienen partes que no comprendemos para qué nos pueden servir, cómo funcionan, son ilegibles, o simplemente no sabemos cómo interactuar con ellos.

Si para los usuarios promedio resulta difícil interactuar con un sistema, para los usuarios con alguna limitación resulta casi imposible. Ahora pensemos, ¿qué pasa con una persona que tiene un problema de daltonismo y le resulta complicado interactuar con un sistema que fue diseñado con colores inapropiados? Seguramente ésta persona sentirá frustración por no poder acceder a la información que necesita consultar.

Otro escenario: si una persona con problemas motrices se enfrenta con un sistema cuyos elementos son muy pequeños, están dispersos entre ellos, no tienen la distribución o posición correcta, o su capacidad de respuesta no es la adecuada, podríamos estar excluyendo a un usuario potencial, pues también sería erróneo pensar que hay pocas personas con estos problemas.

Por otro lado, asumimos que si nosotros, los creadores del sistema, podemos utilizarlo, los demás pueden hacerlo. Este es uno de los errores más comunes y que pueden llegar a costar mucho dinero antes de poder identificar el problema. En general, no todos tenemos las mismas experiencias de vida, los mismos conocimientos, ni las mismas capacidades cognitivas.

Por otra parte, casi nunca tomamos en cuenta que los usuarios promedio pueden sufrir lesiones que les impide o dificulta realizar su trabajo cotidiano, incluso también ignoramos que nosotros podemos causar lesiones por la forma en que las acciones repetitivas y más comunes del sistema se llevan a cabo. Los sistemas deben pensarse para que funcionen en cualquier situación en la que el usuario se encuentre, sin hacer de su experiencia de uso una pesadilla. Hay que considerar que no todos los usuarios utilizan navegadores web, y ya hay dispositivos y software que cubren la necesidad de ciertos tipos de discapacidad.

La Iniciativa de Accesibilidad Web proporciona algunas pautas -pero no debemos limitarnos solo a ellas- en las que podemos apoyarnos para proporcionar contenido que sea accesible para usuarios con discapacidades.

Básicamente se cubren discapacidades como: usuarios que no usan ratón, problemas motrices, epilepsia fotosensible, ceguera, ceguera al color, visión débil (lectura), deficiencia auditiva o sordera total. En su sitio web podrás encontrar toda la información. Su aplicación está muy presente en países desarrollados, donde se tienen en cuenta los aspectos culturales de su comunidad, a diferencia de otros países donde el tema de “usabilidad para todos” no predomina aún como un tópico importante del desarrollo web.

De ahí que es importante preocuparnos de la forma en que presentamos la información, bajar de nuestro Olimpo, y someter a pruebas intensivas nuestros sistemas. No podemos dejar de lado a las personas con algún tipo y grado de discapacidad, porque más allá de ser usuarios potenciales, también tienen derecho a acceder a la carretera de información, y más aún, tienen mucho que aportar al mundo.

Por Juan Carlos García Villeda del CTIN