BITÁCORA

Jack Andraka lucha contra el cáncer

Apenas tiene 15 años, pero este joven genio ya ha logrado diseñar un sistema para diagnosticar el cáncer de páncreas, la cuarta causa más común de muertes relacionadas con cáncer en el mundo. Steve Jobs es una de sus víctimas más conocidas.

Cuando la mayoría de los chicos de su edad esperan ansiosos el fin de semana para irse al antro o a divertirse con sus amigos, el quinceañero Jack Andraka se dedica en sus tiempos libres a encontrar una forma de diagnosticar el cáncer de manera temprana para así facilitar el control de esa terrible enfermedad.

Jack obtuvo el año pasado el primer premio de la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería de Intel, una de las compañías de tecnología más importantes. Esta feria, organizada por la firma desarrolladora de procesadores y tecnologías de la información, es una de las más importantes del mundo.

Jack obtuvo el Gordon E. Moore Award (llamado así en honor del co-fundador de Intel), dotado de 75,000 dólares, por crear un método de detección del cáncer utilizando muestras de sangre y análisis de orina como hacen los diabéticos: moja con la sangre del paciente una tira de cartón sensible que luego pasa por un sensor eléctrico que mide los niveles de mesotelina, una proteína cuya presencia puede sugerir la existencia de cáncer pancreático, forma de la enfermedad que no presenta síntomas tempranos, por lo que frecuentemente es detectada cuando ya ha hecho metástasis. Al detectarla tempranamente, las posibilidades de curación aumentan en casi 100%.

Precisión y economía

La prueba de Andraka resulta 90% más precisa que las utilizadas hasta ahora y es 28 veces más barata y casi 1,000 veces más sensible que las pruebas actuales para este tipo de cáncer.

—Estoy trabajando con la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, para mejorar la patente. Además estoy empezando a ofrecer el producto a distintas empresas para comercializarlo —explicó a Contenido el joven inventor.

Otra de las ventajas del método de Andraka es que no es invasivo para el organismo. Según él, su prueba sólo cuesta 3 centavos de dólar y la puede hacer cualquier médico en su consultorio y podría usarse también para detectar cáncer de ovarios y de pulmón.

Andraka comenzó a interesarse en el tema a raíz de la muerte de un tío suyo por cáncer de páncreas. El uso intensivo de Google le permitió descubrir que los exámenes de sangre son la única manera de detectar el cáncer en los exámenes de rutina.

-Sin Internet simplemente no hubiera podido avanzar en mi invento -asegura.

Andraka explica que la prueba se le ocurrió un día en la clase de biología, mientras leía un ensayo sobre nanotubos de carbono, cuya tecnología simplemente incorporó. Esos nanotubos (increíblemente diminutos) pueden funcionar como sensores biológicos.

Proyectos afines

Cuando concluyó los primeros pasos de su investigación, Jack envió su propuesta de procedimiento de la prueba detectora de cáncer a más de 200 profesores de la Universidad Johns Hopkins y del Instituto Nacional de la Salud. Todos lo rechazaron y algunos hasta lo ignoraron. Excepto uno, el Dr. Anirban Maitra, profesor de Patología y Oncología en la Universidad Johns Hopkins.

El Dr. Maitra ha trabajado intensamente en la identificación de biomarcadores para el diagnóstico de cáncer y ha estudiado la patología molecular de las lesiones preneoplásicas (es decir, de los cambios que preceden al cáncer).

Desde su llegada a la Universidad Johns Hopkins, el Dr. Maitra ha participado en el estudio de la biología de los tumores gastrointestinales, especialmente los de páncreas y tracto biliar.

Con esos antecedentes el Dr. Maitra, especialmente interesado en el cáncer pancreático, encontró viable la propuesta del adolescente Andraka y lo aceptó en su laboratorio.

—¡Mi prueba es tan sensible! -afirma, muy emocionado, el joven Andraka para añadir: —Funciona con una tira de papel de filtro sumergida en una solución de nanotubos de carbón. A esa tira de papel le aplicas parte de una gota de sangre del paciente y luego, con un dispositivo parecido a un iPod, tomas la medida.

Y añade: —Cuando una solución que contiene mesotelina se deja caer sobre el papel, la mesotelina interactúa con su anticuerpo y se crea una molécula más grande, que separa los nanotubos de carbono. Dado que los nanotubos están más separados que al principio, esto cambia la resistencia del sensor de papel, lo que se puede medir utilizando un medidor de ohmios común y corriente que se consigue en cualquier tienda de instrumentos —explica y aclara: —Este sensor no puede prevenir una enfermedad pero sí puede detectarla, como el cáncer en sus primeras etapas, cuando es más fácil de curar.

Jack comenta que aún tiene mucho más trabajo por hacer con las tiras sensoras y que, aun cuando no están listas para lanzarlas al mercado, ya está en conversaciones con empresas como Quest Diagnostics para venderles licencias de la patente.

Jack Andraka nació en Ohio, en 1997. Hoy, a sus 15 años, vive en Crownsville, un suburbio de Baltimore, Maryland, en los EE.UU. Estudia el segundo año en la escuela secundaria pública North County High School, a la que asisten cerca de 2,400 estudiantes.

Tiene un hermano, Lucas, de 17 años, quien también ha participado y ha sido finalista en los concursos Intel ISEF, donde ha ganado premios, así como en el premio MIT THINK.

—Mi hermano Lucas realmente disfruta la construcción de proyectos eléctricos y químicos en el sótano y me ha ayudado mucho a mejorar mis ideas —comenta el joven Andraka.
Cuando no está investigando en el laboratorio, a Jack le gusta hacer origami, andar en bicicleta de montaña y remar en kayak en ríos de aguas blancas.

—¡Me encanta estar en el río rodeado por la naturaleza! —exclama— y cuenta que el año pasado fue a Costa Rica para practicar el kayak y de paso enriquecer su español. Es miembro del equipo estadounidense de Wildwater kayak, lo que para él significa un agradable cambio a la rutina de estudiar.

A Jack también le gusta leer. Su libro favorito es la trilogía de Los Juegos del Hambre y Adoración, de Jenna Fox, “Porque me hace pensar en la tecnología, la humanidad, la vida humana y la medicina”. También disfruta del cine. Su película predilecta es Cloud Atlas, “Ya que muestra que una sola acción puede cambiar la historia”.

-Mi desayuno favorito es Cocoa Puffs, hojuelas de maíz con chocolate. No es muy saludable, pero me encanta. Cuando celebro, mis padres me llevan a un restaurante para disfrutar de una buena cena de bistec.

Cuando la mayoría de los adolescentes juegan basquetbol o algún otro deporte después de la escuela, Jack Andraka va al laboratorio del Dr. Maitra a investigar el cáncer.

Cáncer no es igual a muerte

El Dr. Félix Quijano Castro, jefe de Ginecología Oncológica del Hospital de Oncología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, comentó en entrevista que el planteamiento de Andraka sobre el uso de nanotubos y otras tecnologías ultramicroscópicas que pueden identificar algunas sustancias precursoras del cáncer no resulta descabellado.

—Si esas sustancias son marcadores de cáncer, identificarlas puede ayudarnos a diagnosticar tempranamente la enfermedad. Pero si esa misma sustancia que se identifica sale positiva en otras enfermedades, entonces la prueba no sería de mucha utilidad —explica.

Hasta ahora las únicas pruebas que han probado su utilidad son la mastografía con ultrasonido y el Papanicolaou, además de la radiografía de tórax. En México el de páncreas es un tumor raro (apenas el 3 o 4% del total de tumores) pero su mortalidad es muy alta (del 90%) porque habitualmente se descubre en estadios avanzados, generalmente en estadio 3, que ya no es operable, o en 4, cuando ya hizo metástasis, explica Quijano.

No hay hasta ahora una prueba para el cáncer de páncreas, el cual no es curable. Sólo se pueden dar paliativos, mejorar la calidad de vida, el manejo de dolor. Es muy agresivo, la sobrevida una vez detectado es de sólo 3 años, cuando en otros tipos de cáncer es de 5 años. Y la posibilidad de que una persona con cáncer de páncreas logre vivir esos 3 años es de sólo 15%, esto es, entre 6 y 18 meses.

Cáncer igual a muerte, es una verdad a medias. Si se detecta en estadios tempranos, la posibilidad de curación sería superior a 90%.

Consulta la siguiente liga para ver las estadísticas que muestran los tipos de cáncer más frecuentes en mexicanos:

http://globocan.iarc.fr/factsheets/populations/factsheet.asp?uno=484

Por Guillermo C. Aguilera Lozano de Contenido

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