¿Fuiste un niño ingeniero?

Cuando éramos niños, muchos de nosotros soñamos con ser astronautas, bomberos, maestros y un sin fin de profesiones entre las que también se incluía la ingeniería, porque nos atraían los cascos amarillos que se han convertido en un símbolo representativo de los ingenieros en muchos lugares, y también porque, personalmente, de cierta forma me hacía sentir cerca de las máquinas que construcción que tanto me llamaban la atención desde pequeña.

Cuando vamos creciendo cambiamos nuestras preferencias, gustos, objetivos y planes de vida. Algunos de quienes deseaban ser astronautas terminaron siendo diseñadores gráficos o contadores, o quienes deseaban ser maestros eligen como carrera de vida las matemáticas o la biología. Y hay quienes podrían pensar que esto significa apartarse de sus sueños u olvidar quiénes son.

Yo no pienso que esto sea una forma de matar sueños, sino todo lo contrario: es dejarse invadir por lo que uno realmente quiere y siente, sin importar las etiquetas o nombres que a veces se nos impone. Recordemos que si todos quienes deseamos ser astronautas de niños lo hubiéramos sido, la Luna estaría llena de desempleados.

Por eso, este treinta de abril aproveché para reflexionar sobre cuáles eran mis deseos de niña y de qué manera se transformaron hasta llegar a donde estoy. Y por ello quiero felicitar a todos ustedes, ingenieros, por haber sido constantes en su sueño de carrera y no haberla abandonado a pesar de que se fuera dificultando con los años o la vida les diera alguna opción mucho más fácil.

¿Tú soñaste con ser ingeniero desde pequeño? Comparte tu historia con nosotros.