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Alan Turing, el genio incomprendido

Cuando hablamos de hombres de ciencia y progreso tendemos a únicamente tomar en cuenta sus aportes y contribuciones a sus campos de conocimiento, y dejamos sus vidas privadas en un segundo plano. Sin embargo, en algunos casos los acontecimientos personales dejan una profunda marca en lo que aportan a la humanidad, desde descubrimientos enormes hasta fracasos que pudieron haberse evitado en diferentes circunstancias.

Uno de estos casos es la vida de Alan Mathison Turing, nacido el 23 de de junio de 1912 en Inglaterra y quien durante su vida se dedicó a ser matemático, científico de la informática, criptógrafo y filósofo. Se considera uno de los padres de la Informática al ser precursor de la ciencia de la computación moderna, pues proporcionó una formalización de los conceptos de algoritmo y computación, conocida como la máquina de Turing, e incluso llegó a cuestionar si las máquinas pueden pensar.

¿Y qué podría haber ocurrido en la vida de este científico que fuese un obstáculo para su pleno desarrollo en las ciencias? Si nos ubicamos en la época en que Turing fue joven llegamos a la década de los cincuenta, justo cuando el mundo se recuperaba de la Segunda Guerra Mundial. Su gran problema lo enfrentó al ser homosexual en una sociedad y época en que ello provocaba repulsión social e incluso podía costar la libertad del individuo y otros actos atroces contra su persona.

Después de un incidente con el que se “descubriría” que vivía con otro hombre, Turing fue arrestado por homosexualidad, lo cual era considerado un delito y enfermedad. En su juicio en donde resultó culpable, se le dieron dos opciones: pasar un año en la cárcel, o someterse a un tratamiento hormonal para reducir la libido y “curar” su enfermedad, lo que en realidad se trataba de inyecciones de estrógenos. Esta última fue la opción que eligió.

Víctima de la intolerancia de la sociedad y de un aparente esfuerzo por querer “corregir” las cosas, Turing experimentó cambios físicos en su cuerpo debido al brutal tratamiento que recibió por un año, como la aparición de senos, impotencia y una profunda depresión casi imposible de superar. Por ello, 2 años después de su juicio, el 7 de junio de 1954 murió después de comer una manzana envenenada con cianuro.

Si después de todas estas dificultades y al enfrentar a toda la sociedad con pensamientos retrógradas en un momento en que el desarrollo de la tecnología fue esencial para lo que tenemos hoy en día ¿te imaginas hasta dónde habría llegado Turing si hubiese desarrollado todo su potencial?

Por Claudia Ocampo.

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