La importancia de la psicología deportiva

El área de taekwondo estaba lista para recibir la pelea final de la taekwondoína mexicana María del Rosario Espinoza, quien después de tres peleas se volvía a parar frente a una nueva adversaria, esta vez con un rostro que reflejaba seguridad y una superioridad sobre su oponente.

Transcurridos los tres rounds de combate, la atleta sinaloense levantó su pulgar derecho en señal de victoria. Se despojó del peto que la acompañó en todo momento y se puso un sombrero de mariachi, mientras con una colosal alegría alzaba una bandera de México para festejar la primera medalla de oro para la delegación mexicana en Beijing 2008.

El siguiente ciclo olímpico no fue tan favorable para la sinaloense; en los mundiales de la especialidad de Dinamarca 2009 y Corea 2011 sufrió sendas derrotas al caer en ambas competencias en el primer combate. Esto ocasionó que la convicción mostrada en Beijing se esfumara, junto con sus deseos de competir. Situación que fue superada gracias al trabajo de la psicología deportiva.

Unos meses antes de Londres 2012, la taekwondoína decidió reestructurar su entrenamiento, para tener el nivel de competencia necesario para volver a subirse al podio olímpico. Los elementos que conformaron su preparación fueron: técnico, táctico, físico, teórico y psicológico. Para este último la psicóloga deportiva Paula Man Reich ayudó a que la competidora recuperara la convicción y confianza que mostró hace cuatro años, al momento que conectaba una patada a su contrincante.

María del Rosario Espinoza

La campeona olímpica es el ejemplo de lo que hace la psicología deportiva cuando se aplica de manera conjunta con un entrenamiento bien estructurado. El objetivo de esta ciencia es ayudar a controlar la mente, para que el atleta dé lo mejor de sí en todo momento. También le enseña a aprovechar las oportunidades que se presentan en la vida y a diferenciar lo bueno de lo malo.

Esta ciencia es práctica, no es clínica, sirve para solucionar problemas a corto plazo. A María Espinoza le ayudó a que estuviera lista para los Juegos Olímpicos. Este programa fue individual, pero depende del deporte, del deportista, del nivel de competencia, con terapias que no exceden 45 minutos por sesión con el fin de cambiar la mentalidad del atleta, de incrementar su confianza en sí mismo para que sea capaz de salir rápidamente de una situación negativa.

Man Reich explicó que la capacidad de concentración en un atleta de alto rendimiento es una de las habilidades más importantes para lograr una actuación exitosa. El componente principal es saber focalizar la atención sobre la acción que se desarrolla y no distraerse por circunstancias internas como externas que son irrelevantes en esos momentos.

Cuando el deportista está desmotivado o frustrado, la psicología ayuda a recobrar las emociones y motivaciones que vivió en un momento de éxito.

Existen diversas técnicas de la psicología del deporte: la visualización, el cambio de pensamiento, el cambio de actitud. Pero, advierte, estos métodos fuera de contexto y mal usados pueden ser provocar un resultado adverso.

La parte psicológica es uno de los cinco puntos fundamentales que trabajó la campeona olímpica; primero recuperó la confianza, con lo que pudo evitar que cayera en un círculo vicioso, por las derrotas sufridas.

De acuerdo con la fase en la que se encuentre el entrenamiento, se trabaja en el atleta la actitud para tolerar cargas pesadas de trabajo físico, a concentrarse en los torneos próximos y a incitarlos a la combatividad.

María Espinoza comenzó a resurgir del abismo en el que estaba inmersa. La clave de su regreso fue cuando ganó su lugar para la Londres 2012 y la gira previa a este campeonato.

Después de cuatro arduos combates la taekwondoína levantó los dedos índices en señal de victoria y con lágrimas de alegría en los ojos, corrió para abrazar al cubano Pedro Gato, el entrenador que la llevó a conseguir la medalla de bronce, que a María Espinoza le supo a oro.

Por Agencia ID.