La clonación ha sido un paso importante en la historia de la ciencia en el mundo, ya que es una de las tantas cosas que no habrían sido posibles sin el avance tecnológico que se ha logrado hasta ahora. Y una de las aplicaciones de este procedimiento puede ayudarnos a reconstruir lo que ya no nos tocó conocer, como especies extintas y en este caso, particularmente del mamífero llamado cuaga o quagga.
Esta subespecie de cebra común, de pelaje rojizo y sin rayas en los cuartos traseros, y otras diferencias notables con las cebras actuales, se extinguió por completo en 1883, cuando murió el último quagga que vivía en cautiverio. ¿La razón de su extinción? La caza, principalmente para obtener su carne y su piel, además de la ignorancia y la codicia de los cazadores ante una especie próspera y que estaba adaptada perfectamente a su hábitat.
El quagga es el único animal extinto cuyo ADN se ha extraído, secuenciado y estudiado por completo, con lo que se pudo probar que es una supespecie de la cebra de la planicie. Con la ayuda de 23 muestras de piel que se han conservado, actualmente el proyecto Quagga busca “reconstruir”, a partir de cebras comunes, una población muy cercana, aunque no idéntica, a los quaggas. Y esto se debe a que para que la clonación sea posible, las muestras de ADN deben de estar intactas, lo cual no ha sucedido en este caso.
Únicamente sería cuestión de tiempo para que esta comunidad se reproduzca y poco a poco vaya acercándose más a los quaggas originales, que habitarían los mismos ambientes en donde alguna vez vivieron. Actualmente ya existen algunos ejemplares que han nacido gracias a este proyecto:
Este es un ejemplo de cómo el avance científico y tecnológico pueden lograr un cambio significativo en nuestros tiempos, especialmente cuando se trata de reparar algo que ha sido afectado y exterminado en su totalidad por la mano del hombre, su avaricia y su falta de freno sin importarle cuánto ha afectado el ambiente.
Link: The Quagga Project.
Por Claudia Ocampo.
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