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La historia de las impresiones 3D

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La creación de impresiones 3D se puede remontar a 1976, cuando se inventó la impresión de inyección de tinta. A partir de 1984, la tecnología evolucionó para pasar de las impresiones en papel a impresiones en objetos, y la impresión 3D ha sufrido cambios durante décadas en diferentes ramos de la industria.

El nacimiento de la impresión 3D

En 1984, Charles Hull, co-fundador de 3D Systems, inventó la estereolitografía, un proceso de impresión que da como resultado objetos 3D tangibles creados a partir de información digital. Esta tecnología se emplea para crear un objeto 3D a partir de una imagen y permite a los usuarios probar un diseño antes de invertir en un programa mucho más grande de producción.

¿Cómo funciona la impresión 3D?

Las impresoras 3D funcionan como las impresoras de inyección de tinta. Pero en lugar de tinta, depositan el material 3D en capas sucesivas para crear un objeto físico a partir de un archivo digital.

Industrias

Las principales ramas de la industria en donde se emplea la impresión 3D son: automotriz, aviación, hazlo por ti mismo, producción, médica y joyería, aunque existen muchas otras.

Cronología

1992. La primer máquina de estereolitografía fue creada por 3D Systems, con un rayo ultravioleta que solidificaba un fotopolímero. Este es un líquido muy similar a la miel con el que se construyen partes tridimensionales capa por capa. Los resultados no fueron perfectos, pero esta máquina demostró que algunas partes complicadas pueden crearse en muy poco tiempo.

1999. Se implantaron en humanos los primeros órganos modificados por medio de implantes arteriales impresos en 3D y cubiertos con células del paciente. Esta tecnología se desarrolló en el Instituto Wake Forest para Medicina Regenerativa, y sirvió como inicio para otras estrategias para desarrollar ingeniería de órganos, incluso imprimirlos.

2002. Los científicos diseñaron un riñón miniatura completamente funcional capaz de filtrar sangre y producir orina diluida en un animal. Este desarrollo fue el inicio de la investigación para “imprimir” órganos y tejidos usando tecnología de impresión 3D.

2005. El Dr. Adrian Bowyer de la Universidad de Bath fundó RepRap, una iniciativa open-source para crear una impresora 3D que pudiera imprimir sus propias partes. Este proyecto buscaba democratizar la fabricación de objetos cotidianos por medio de la impresora.

2006. En este año aparecieron los primeros dispositivos de SLS (sinterización láser selectiva). Esta máquina usa un láser para convertir materiales en productos 3D, lo cual fue un inicio para la producción en masa de objetos cotidianos, partes industriales e incluso prótesis. También durante este año se creó Objet, un sistema de impresión 3D que puede imprimir con materiales diversos como elastómeros y polímeros, y hace posible que una pieza se pueda hacer de diferentes densidades y propiedades.

2008. El proyecto RepRap lanzó Darwin, la primer impresora auto-replicante que puede imprimir la mayoría de sus componentes, lo cual permite a alguien que ya cuenta con una, imprimir otras para sus amigos. También en este año caminó la primer persona con una impresión de prótesis 3D, la cual incluía la rodilla, el pie y el tobillo en una misma estructura.

2009. MakerBot Industries, empresa open-source de hardware para impresoras 3D lanza al mercado kits para hacer tu propia impresora 3D.

2010. Los ingenieros de la Universidad de Southampton diseñaron la primer aeronave impresa en impresora 3D, que se construyó en 7 días y una de las ventajas con la impresión 3D son las alas elípticas, una característica muy cara en fabricación convencional pero que mejoran la eficiencia aerodinámica y minimiza el arrastre.

2011. La compañía Kor Ecologic lanzó un prototipo de automóvil amigable con el medio ambiente llamado Urbee, cuya armazón fue completamente impresa en 3D. El modelo se diseñó para ser barato y eficiente, y podría costar de 10,000 a 50,000 USD si se vuelve comercialmente viable.

2013. En Holanda se usó una impresora 3D para imprimir una quijada 3D que se implantó en una mujer mayor, quien sufría una infección crónica de hueso. Actualmente se está investigando esta tecnología para la creación de tejido óseo.

Por Claudia Ocampo.

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