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Hace unas décadas era muy fácil imaginar que el automóvil del futuro volaría, sería súper rápido y desafiaría todas las leyes físicas existentes. Por supuesto, en ese entonces era más fácil imaginar que tomar en cuenta la realidad y tratar de predecir el futuro con ayuda de las tendencias tecnológicas y del mercado.
En esta nota no vamos a divagar demasiado sobre el automóvil del futuro al más puro estilo de los Supersónicos, sino que tomaremos en cuenta algunos factores que nos ayudarán a imaginarnos el coche que (ojalá) estemos manejando todos en… digamos, el año 2023.
Un estudio automotriz reciente de Aberdeen mostró el estado actual de la industria, al haber entrevistado a 218 compañías automotrices sobre cuáles creen que vayan a ser los grandes cambios de las próximas décadas. De acuerdo a lo que podemos observar en la gráfica inferior, se espera que cambien la competencia/oportunidades en mercados emergentes, un mayor uso de software, el material usado para fabricar automóviles, las tecnologías para manejo, los procesos para fabricar automóviles, una mayor ganancia al fabricar automóviles en menores cantidades, automóviles para ciudad de bajo costo y la configuración de los autos.
De todas estas predicciones, las ganadoras entre las compañías automotrices fueron la competencia/oportunidades en mercados emergentes y un mayor uso de software para controlar a los vehículos. Esto ocurre porque se esperan cambios en el mercado global, cierta presión por la competencia y el estar ante maravillas recientes como el automóvil que se maneja solo, un gran ejemplo del uso provechoso de software. Otro de sus beneficios es que el software puede realizar operaciones que anteriormente son mecánicas y eso ayudaría a reducir el costo de las unidades.
Los abastecedores de materiales automotrices opinan que las tendencias se inclinarán hacia el material usado para fabricar automóviles y las tecnologías para manejo, pues se cree que se preferirá el uso de materiales más ligeros y alternativos, como la fibra de carbón que es igual de resistente que el acero pero más ligera, pero necesita diferentes procesos de fabricación.
Las estrategias de mejora, tanto de los fabricantes como de los abastecedores automotrices, están encaminadas hacia el mismo lugar: mejorar la calidad de manejo y lograr automóviles más ligeros. Y si añadimos que cada día se están realizando y lanzando más regulaciones relacionadas con el uso eficiente de combustible y energías alternativas, podemos decir (casi) sin equivocarnos que el automóvil del futuro será más ligero y resistente, de materiales diversos y mucho más eficientes.
¿Cómo te imaginas el automóvil del futuro?
Link: Aberdeen.
Por Claudia Ocampo.
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