Este mes te presentamos al Ing. Fernando Mier Hicks, quien actualmente es estudiante de Maestría en el Departamento de Aeronáutica y Astronáutica del Massachusetts Institute of Technology (MIT). Estudió la Ingeniería en Mecatrónica y ha ejercido su profesión durante 2 años.
¿Qué lo hizo decidirse a estudiar una ingeniería?
Desde chico me interesé en química electrónica y programación. A través de lo años fui desarrollando un gusto excepcional por las ciencias. Al momento de elegir mi carrera escogí Ingeniería en Mecatrónica ya que abarca muchos sistemas con suficiente detalle.
¿Cuál es el reto más interesante dentro de su carrera profesional que ha vivido?
En el Laboratorio de Propulsión Espacial (SPL) en MIT, se desarrollan propulsores eléctricos para satélites. El reducido tamaño de estos motores, similar a una moneda de $5 pesos, es una gran innovación en el campo aeroespacial. Estos propulsores aceleran iones presentes en una sal líquida con ayuda de altos voltajes. La sal es líquida a temperatura ambiente, este tipo de sales son comúnmente llamadas líquidos iónicos.
Los motores producen fuerzas muy pequeñas, del orden de microNewtons. En el ambiente de cero fricción estos minúsculos niveles de empuje pueden trasladar un micro-satélite de un kilogramo desde una órbita terrestre a la Luna en unos cuantos meses.
Mi tesis de maestría consiste en medir con precisión los niveles de empuje de estos motores. Los minúsculos niveles de empuje, los altos voltajes requeridos para encenderlos, y el ambiente de vacío que necesitan para funcionar, hacen este proyecto muy interesante. El instrumento diseñado levita magnéticamente un micro satélite dentro de una cámara de vacío. El micro satélite contiene baterías, electrónica de alto voltaje y un radio para comunicarse con el exterior. El satélite flota dentro de una cámara de vacío y no hay ningún cable conectado, prácticamente cero fricción. Los motores son disparados y el movimiento analizado para medir el empuje producido.
Este complicado sistema definitivamente ha sido el más interesante y divertido hasta ahora.
¿Qué recomendaciones podría hacerles a quienes recién están decidiendo su carrera o, quienes tienen poco tiempo ejerciendo la ingeniería?
Ingeniería es un campo con opciones ilimitadas, desde la construcción de puentes hasta el diseño de satélites en órbita. Estos retos nunca son fáciles, la pasión por las ciencias crea motivación extra que ayuda a terminar el proyecto.
¿Cuál es su visión de la ingeniería en México para los próximos años?
En los últimos años México ha avanzado en diversos campos ingenieriles, en especial el Aeroespacial. Con la creación de la Agencia Espacial Mexicana, México empieza a desarrollar tecnología propia que puede aplicarse a otros campos. Seguramente en los próximos años veremos a un México más maduro en este sector y tal vez poniendo en órbita su propio satélite.
¿Quién es otro ingeniero al que admire usted?
No es un ingeniero per-se, pero Nicola Tesla es un científico al cual le tengo mucha admiración. Los descubrimientos que realizó durante su vida rigen nuestra cómoda vida en el siglo XXI. Su modestia y humildad, al no tratar de lucrar con sus inventos, son cualidades que merecen admiración.
¿Qué le gustaría que los ingenieros mexicanos pudieran replicar de otros países?
Me gustaría que los ingenieros mexicanos replicaran la motivación y seriedad que se le da a proyectos científicos en países más avanzados. Aunque la habilidad de ser “práctico” del ingeniero mexicano es una cualidad buscada en países de primer mundo.
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