El tabaquismo es la principal causa de muerte no transmisible y prevenible en el mundo. En México, se registran aproximadamente 44 mil decesos al año asociados al tabaquismo; es decir, entre 114 y 122 diarios, que podrían incrementarse de manera alarmante.
México tiene más de 17 millones de fumadores activos, de los cuales 7.1 millones lo hacen diariamente y un 12.3 por ciento son niños y adolescentes.
Actualmente, las mujeres se están incorporando masivamente al consumo del tabaco y es la población elegida por las tabacaleras, junto con los niños y jóvenes, hacia quienes dirigen sus campañas publicitarias. La iniciación en el consumo del tabaco se produce en la adolescencia. La mayoría de los fumadores comenzó a fumar entre los 14 y 18 años. De estas cifras, se puede deducir que cualquier política de prevención del tabaquismo debe estar dirigida a este grupo de población y se deben desarrollar medidas que impidan que los jóvenes comiencen a fumar.
A pesar de que nuestro país ha implementado medidas para disminuir el consumo de tabaco como la prohibición de fumar en espacios cerrados en nueve estados, la adopción de un etiquetado fuerte en las cajetillas de cigarrillos y el incrementó de impuestos a estos productos, el consumo de tabaco no ha logrado reducirse a niveles significativos.
En días recientes, el prestigiado cirujano y principal portavoz en materia de salud pública de Estados Unidos, Boris D. Lushniak, actualizó la lista de enfermedades asociadas con el consumo del tabaco, donde se incluyeron padecimientos como el cáncer de hígado y colon, así como la diabetes mellitus tipo dos.
El especialista indicó que las enfermedades mencionadas, así como la degeneración macular por la edad, la disfunción eréctil y la artritis reumatoide, se encuentran vinculadas, en mayor o menor proporción, con la ingesta de tabaco,
Según el mismo informe, el tabaquismo también provoca inflamación, pérdida de visión, perjudica el sistema inmunológico e incrementa el riesgo de morir de tuberculosis y de tener un embarazo extrauterino.
Aunque la atención se centra en los nuevos padecimientos incluidos, también se concluyó que no hay evidencias suficientes para asegurar que el tabaco cause cáncer de próstata o de mama, pero en este último caso las pruebas son “sugerentes aunque no definitivas”.
El documento destaca que los fumadores de hoy en día tienen un riesgo más alto de desarrollar cáncer de pulmón que los de hace 50 años, algo que se debe a los cambios en el diseño y la composición de los cigarrillos.
Cabe resaltar que el documento actualizado por Lushniak no es asumido como una verdad indiscutible ni tiene el carácter obligatorio de ley sanitaria, sin embargo, es considerado una referencia importante para el desarrollo de investigaciones y la elaboración de políticas de salubridad.
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