La idea de que los antioxidantes pueden ayudar a combatir el cáncer está muy arraigada en la población en general, promovida por la industria de los suplementos alimenticios, y con el apoyo de algunos estudios científicos. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que en algunos casos pueden resultar contraproducentes.
Investigadores de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) revelaron en un nuevo estudio, publicado en la revista Science Translational Medicine, que los antioxidantes en realidad pueden acelerar la progresión del cáncer.
En el trabajo, el profesor Martin Bergo y su equipo dieron a los ratones con cáncer de pulmón una cantidad extra de antioxidantes en su dieta. Los resultados mostraron que los ratones alimentados con estas sustancias químicas sufrieron tres veces más tumores y además, su tamaño era más grande. También comprobaron que dichos ratones murieron dos veces más rápido que los ratones en el grupo de control.
Durante los ensayos clínicos, los investigadores dieron a los ratones una dieta suplementada con antioxidantes N-acetilcisteína (NAC ) y vitamina E, lo que aumentó notablemente la progresión del tumor y redujo la supervivencia en los roedores con cáncer.
Cabe destacar que los ratones no recibieron dosis excesivas de antioxidantes, sino más bien el equivalente a lo que una persona recibiría con un compuesto multivitamínico estándar.
Además, los investigadores han sido capaces de confirmar in vitro los resultados en células humanas con cáncer de pulmón y han identificado el mecanismo que hay detrás de esos efectos.
Aunque el estudio no proporciona pruebas concluyentes de que la gente deba dejar de tomar antioxidantes, sí indica que estos pueden acelerar el crecimiento de principios de tumores o lesiones precancerosas en las poblaciones de alto riesgo, como los fumadores y los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que reciben NAC para aliviar la producción de moco, por lo que sería recomendable que estas personas eviten su ingesta.
Sin embargo, Per Lindahl, uno de los autores del estudio, hizo hincapié en que éste se refiere a cómo los antioxidantes afectan a la progresión del cáncer, pero no al riesgo de desarrollarlo.
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