En la calle, durante una reunión de amigos o mientras se circula por la ciudad, es muy común ver a cientos de personas usando sus smartphones, algunos incluso mientras manejan, demostrando que estos aparatos son considerados una parte casi esencial de nuestras vidas.
La explosión de dispositivos electrónicos está teniendo su propio reflejo en la medicina a través de nuevas enfermedades y adicciones. El último ejemplo es un nuevo término acuñado a tener en cuenta en las consultas: Whatsappitis.
El neologismo no es un invento cualquiera: es el nombre que le designa un artículo de la prestigiosa revista “The Lancet” a la tendinitis provocada por usar demasiado el servicio de mensajería instantánea WhatsApp.
El primer caso conocido fue una mujer española de 34 años de edad con un embarazo de 27 semanas, quien se despertó por la mañana con un súbito dolor en las muñecas. No tenía antecedentes de trauma ni había participado en ninguna actividad física excesiva en los días anteriores, por lo que fue al doctor.
Ante la imposibilidad de realizar una radiografía por el estado de gestación de la paciente, se le realizó una exploración física y se concluyó que se trataba de una tendinitis del pulgar tras descartar otros problemas.
La causa de la lesión se encontró tras repasar las rutinas de la paciente en los últimos días, con lo que se dieron cuenta de que durante la Nochebuena había pasado bastante tiempo respondiendo a los mensajes de felicitación que había recibido en su teléfono vía WhatsApp.
El tratamiento que siguió la mujer fue abstinencia total del móvil y antiinflamatorios, que no pudo seguir por su embarazo, por lo que tomó paracetamol, con lo que logró un “alivio parcial”, pues en Fin de Año volvió a responder mensajes.
En las conclusiones, el médico destacó que la “WhatsAppitis” podría ser “una enfermedad emergente” que los médicos deberían tener en cuenta, pues no es la primera vez que el sufijo “iti”‘, que significa inflamación, se añade a un término tecnológico para designar una nueva patología asociada a su uso. En 1990 se acuñó por primera vez la denominación “Nintendinitis”, a la que siguió en la década de 2000 el término “wiitis”.
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