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Contaminantes podrían aumentar riesgo de autismo

En México existe un niño con autismo por cada mil, por lo que del total de la población infantil que asciende actualmente a 37 millones, hay alrededor de 37 mil niños con este trastorno.

El autismo es un desorden del desarrollo del cerebro que comienza en los niños antes de los tres años de edad y que deteriora su comunicación e interacción social, cuya consecuencia se refleja en un comportamiento restringido y repetitivo que se prolonga a lo largo de la vida.

Recientemente, científicos en Estados Unidos encontraron un vínculo entre la exposición a contaminantes ambientales durante el embarazo y el primer año de vida, y el riesgo del niño de desarrollar autismo.

Los investigadores de la Universidad de California del Sur (USC) y el Hospital Infantil Los Ángeles creen que el cerebro del feto que se está desarrollando puede resultar afectado por la calidad del aire que la madre respira.

La investigación estudió los efectos de la contaminación vinculada al tráfico en el feto en desarrollo y los niños de hasta un año que vivían cerca de áreas con altos niveles de exposición, y encontró que los niños más expuestos tenían hasta tres veces más riesgo de presentar el trastorno.

Estudios pasados han mostrado que las tasas de autismo, al menos en Estados Unidos, se han incrementado de forma drástica en los últimos años. Según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC), en los últimos 10 años ha habido un incremento de 78 por ciento en la prevalencia del autismo. Esto, afirman los expertos, podría deberse en parte a una mejora en el diagnóstico, y también a que ahora la definición de autismo incluye una gama mucho más amplia de trastornos.

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Pero también en los últimos años se ha presentado cada vez más evidencia de que este trastorno es causado por una combinación de factores genéticos y ambientales.

Aunque cada vez se conoce más el papel de los genes en la enfermedad, no se han llevado a cabo muchos estudios sobre el impacto que tienen en el cerebro en desarrollo, los miles de compuestos químicos contaminantes que circulan en el ambiente.

El equipo de la USC se dio a la tarea de analizar los registros de 279 niños diagnosticados con autismo y de 245 niños que se habían desarrollado sanamente incluidos en el Estudio Infantil sobre los Riesgos de Autismo por la Genética y el Medio Ambiente en California.

Los investigadores utilizaron los datos de las madres para calcular cuánta exposición habían tenido durante cada trimestre de embarazo y el primer año de vida del niño. Encontraron que los niños que vivían en las casas más expuestas a los niveles más altos de contaminación mostraron tres veces más probabilidad de desarrollar autismo que aquellos con la menor exposición.

Ahora deberán llevarse a cabo más estudios para confirmar el vínculo, pero tal como señalan los autores, los resultados ofrecen información importante sobre los mecanismos biológicos de la enfermedad.

Vía UrbanDF, socio de contenido de iNGENET. Descarga la App móvil para la Cd. de México www.urban360.com.mx

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