BITÁCORA

Comer en el escritorio deprime

La alimentación es uno de los hábitos que más ha sufrido las consecuencias del ritmo de vida actual, que apenas nos deja tiempo para comer. 

Tomar cualquier tentempié a toda prisa cerca del lugar del trabajo o en la misma oficina en un descanso corto, se ha convertido en una costumbre, cuando en realidad, debe ser una necesidad. Y no solo por saciar el hambre sino también para distraerse un poco de las actividades diarias. Sin embargo, en muchas ocasiones, la carga de trabajo nos impide salir de nuestros recintos laborales, por lo que no queda de otra más que comer en la oficina, incluso en nuestro escritorio.

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Recientemente, un estudio reveló hasta que punto podemos comprometer nuestro bienestar anímico con algunas prácticas laborales que pueden pasar inadvertidas, pero que nos afectan en gran medida. De por sí el ambiente laboral es estresante como para añadirle más sazón emocional.

Para la mayor parte de las personas, compartir un almuerzo o merienda agradable con sus compañeros de trabajo es suficiente para olvidarse aunque sea por un momento de las tensiones, pero cuando salir de nuestra área laboral, aunque sea durante algunos momentos, no es posible, la depresión puede estar en puerta. Al menos esto fue lo que descubrieron investigadores de la universidad de Sussex, que junto a una marca de pan de caja británica, se dedicaron a estudiar la felicidad de los trabajadores mientras almorzaban en distintos espacios.

Mientras que comer en un lugar tan placentero como la playa hacía que los empleados se sintieran 17.04 por ciento más felices, hacerlo en su escritorio, frente al ordenador y con todos los papeles de trabajo alrededor, los hacía sentirse infelices en 1.42 por ciento.

Además, durante el días sólo tenemos una cierta cantidad de energía psicológica que podemos usar. Todos nuestros esfuerzos por controlar el comportamiento, actuar y enfocarnos llegan a ese espacio de energía psicológica. Una vez que se agota ésta, nos hacemos menos efectivos en todo lo que hacemos, por lo que la comida de mediodía provee una oportunidad perfecta para recargar nuestros recursos y refrescar la mente.

Salir a comer fuera de la oficina, ya sea a un restaurante, parque cercano, plaza o jardín, incrementa la felicidad de los empleados, pero contar en la propia oficina con un espacio especial para comer y relajarse, es también un paso favorable que muchas organizaciones deberían dar, con el fin de conseguir que sus empleados se sientan más plenos y productivos.

Vía UrbanDF, socio de contenido de iNGENET. Descarga la App móvil para la Cd. de México www.urban360.com.mx

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