BITÁCORA

Las “chambas” de los científicos

Los hombres de Ciencia no siempre han realizado actividades en las que uno se los imaginaría metidos en un laboratorio investigando o diseñando experimentos. Por ejemplo, los hermanos Wilbur y Orville Wright, pioneros de la aviación de los Estados Unidos, eran mecánicos de bicicletas y tenían su propia compañía la Wright Cycle Co., la cual comenzaron en 1899 y de donde obtenían fondos para la construcción de sus aeroplanos. El más conocido de ellos fue el Flyer III que el 17 de diciembre de 1903, en las llanuras de Kill Devil, cerca de Kitty Hawk, en Carolina del Norte permitió a Wilbur, ante la mirada de sólo cinco testigos, llevar a cabo un vuelo de casi un minuto de duración durante el cual recorrió aproximadamente 26 m.

hermanos wright 01

Otro ejemplo es el del famoso astrónomo Johanes Kepler que a principios del 1600 practicaba la astrología y hacía horóscopos, según se dice para obtener algunos recursos económicos cuando el trabajo como astrónomo escaseaba. Le escribía su horóscopo al emperador Rodolfo II. Censuró a la astrología convencional, intentando reformar la disciplina. Un caso interesante es el del científico alemán Werner Von Braun, padre no solo de la cohetería alemana sino el diseñador principal del cohete Saturno V que llevó al hombre por primera vez a la Luna. Durante la segunda guerra mundial fue obligado por la SS alemana a fabricar cohetes cuya carga debería detonar en ciudades como Londres o París. Se cuenta que en alguna ocasión le escribió un amigo cercano y le preguntó si seguía investigando el diseño de cohetes para viajes al espacio, a lo que Von Braun contestó que sí, solamente que caían en el planeta equivocado.

Theodor Wilhelm Bischoff quien en el siglo XIX fue uno de los anatomistas de mayor prestigio en Europa tenía como tarea el pesar cerebros humanos. Después de años de acumular datos observó que el peso medio del cerebro de un hombre era 1350 gramos, mientras que el promedio para las mujeres era de 1250 gramos. Utilizó este hecho para defender ardientemente una supuesta superioridad mental de los hombres sobre las mujeres. A su muerte donó su propio cerebro para su colección. El correspondiente análisis indicó que pesaba 1245 gramos. Finalmente, René Descartes al estar recostado en su cama observó detalladamente el vuelo de una mosca y empezó a calcular por medio de rectas perpendiculares las posibles posiciones del insecto dando lugar a las llamadas coordenadas de punto y el inicio de la Geometría Analítica.

Por: WikiMéxico.

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