La ingeniería naval mexicana logra impacto económico y ecológico en la industria petrolera

* La innovación de un miembro de la Academia de Ingeniería ha atendido a más de dos mil pozos y permitió recuperar 2.2 millones de barriles de petróleo.

En 2012, la Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico (ADIAT) concedió el Premio a la Innovación Tecnológica a la empresa Marítima de Ecología (MARECSA) por el desarrollo de la tecnología Well Testing Services Vessel (WTSV), una embarcación única en su tipo de servicio a pozos petroleros con resultados ecológicos y económicos de consideración para la industria.

El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial otorgó en 2014 la patente a esta innovación tecnológica que fue complementada con otro desarrollo de ingeniería marítima. Al respecto, el director de la mexicana MARECSA, ingeniero Gabriel Delgado Saldívar, explica que se trata de una combinación de dos tecnologías.

“La primera es un desarrollo mexicano de una embarcación de proceso y tratamiento de petróleo que proviene de los pozos en alta mar, y la otra que permite llevar el fluido del fondo del mar al barco, creada por la empresa extranjera Nautilus Corp. Es una patente conjunta, es complementaria, ya que deben operar juntas, pues una sin la otra no funcionan”.

Antes de la tecnología conjunta, el servicio a pozos en sus diferentes procesos implicaba el manejo de fluidos contaminantes que generalmente eran incinerados, con el negativo impacto ambiental, además de la pérdida comercial de un producto comercialmente valioso.

Ante esta problemática, MARECSA incorporó embarcaciones con sistemas y equipos WSTV que permiten procesar los flujos provenientes de pozos, minimizando el daño ecológico mediante la reinyección a pozo receptor de los efluentes contaminantes y la recuperación del aceite y del gas para su reinyección a las líneas de producción. Hasta ahora, Petróleos Mexicanos cuenta con cinco barcos de este tipo y está por concretar la compra de cuatro más; cabe señalar que se trata de buques diseñados, construidos y operados por ingenieros mexicanos.

Estos navíos asisten en la perforación de pozos petroleros en altamar, mediante una planta de proceso que recibe, procesa y almacena los fluidos, al tiempo que recupera el crudo, evitando así su incineración. Opera como una extensión de la plataforma de perforación y cuenta con un sistema de posicionamiento dinámico (DP2) que le permite mantener su ubicación cerca de la plataforma.

El ingeniero Delgado Saldívar acota que desde su operación en 2004, los buques desarrollados por MARECSA han atendido a más de dos mil pozos y recuperado 2.2 millones de barriles de petróleo. Sin embargo, el impacto más significativo es la reducción de gases efecto invernadero, la cual se estima que a la fecha ha permitido evitar la emisión de más de un millón de toneladas de CO2.

Por su parte, la tecnología del flujo ascendente de Nautilus Corp es implementada desde 2005, pero la patente conjunta se liberó en 2014.

“Es única en el mundo, y actualmente se promueve en Nigeria, donde es muy posible que se concrete el primer éxito”, puntualiza el director de MARECSA; añade que la empresa, con base en Ciudad del Carmen, Campeche, cuenta con 250 empleados en operación y sólo uno de ellos no es mexicano.

El impacto de la ingeniería naval de MARECSA ha llevado a sus desarrolladores a presentarla ante la asociación de ingenieros navales de Estados Unidos, donde se mostraron muy interesados en conocerla.

“La ingeniería mexicana compite con cualquier otra a nivel mundial. No obstante, debemos mostrar respeto a la cultura de la propiedad industrial, pues la inventiva y creatividad del mexicano debe protegerse”, declara el ingeniero Delgado Saldívar, miembro de la Academia de Ingeniería.

Por Agencia ID.