La fuerza laboral en Epicenter, un nuevo edificio de alta tecnología en Suecia, utilizará una nueva tecnología para abrir puertas o utilizar fotocopiadoras: un chip que se inserta debajo de la piel.
Un diminuto chip de identificación por radiofrecuencia del tamaño de un grano de arroz implantado en la mano, es el acceso a los servicios del edificio.
Dentro de poco, las 700 personas que se espera que ocupen el edificio decidirán si permiten que les implanten un chip.
Además de acceder a las puertas y las fotocopiadoras, en el largo plazo se espera que con el chip se puedan pagar otros servicios, como un café en un bar tan solo con un movimiento de la mano.
Todo el proceso está organizado por un grupo de hackers suecos. Uno de sus miembros fue el encargado de poner los chips. Primero, masajea la piel entre los dedos pulgar e índice y la frota con desinfectante. Luego de un momento de dolor coloca un apósito encima.
Hannes Sjoblad, encargado de buscar nuevas herramientas de trabajo, tiene una tarjeta de visita electrónica dentro de su propio chip, al que se puede acceder con un teléfono inteligente.
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