La década de 1960 fue el escenario temporal de una revolución cultural que tocó a muchos puntos del planeta. La posguerra, la guerra fría y el mundo bipolar produjeron una serie de transformaciones culturales que, sobre todo, se evidenciaron en la juventud. Por primera vez en la historia el sector juvenil de la pujante clase media de distintos países, incluido México, tuvo la oportunidad de disfrutar de un periodo de vida dedicado al estudio y el ocio, lo que a su vez implicó una explosión inédita de propuestas realizadas por y para este grupo social. Entre los productos culturales también se insertó una literatura innovadora que en México se denominó de “la onda”, término que intentó sintetizar tanto las cualidades estéticas como el contexto de este tipo de obras.
La obra que inauguró este género fue La Tumba de José Agustín, la cual fue escrita cuando el autor era un joven de 19 años. Se publicó en 1964 y obtuvo críticas positivas y negativas; entre ellas hubo una que definió el nombre de este incipiente estilo literario. Margo Glantz, una escritora y crítica literaria consideró que el nuevo género no aportaba nada a la literatura y lo bautizó despectivamente como “la onda”, en alusión a la palabra que los jóvenes usaban para designar un sinnúmero de situaciones, como una especie de muletilla del lenguaje. Sn embargo, este término se arraigó, con el tiempo diversos autores enriquecieron esta propuesta creativa y conformaron una literatura bastante prolífica.
Además de José Agustín, entre los escritores más reconocidos de la literatura de la onda están Gustavo Sáinz, Parménides García Saldaña, Gerardo de la Torre, Jorge Arturo Ojeda, Luis Carrión, René Avilés Fabila, Hugo Hiriart, Margarita Dalton y Federico Arana. En este estilo literario los temas suelen ser propios de la juventud de los sesentas y setentas: rock and roll, drogas, cuestiones estudiantiles, problemas existenciales, dinámicas juveniles, temas políticos, etc. Si bien los asuntos relatados son muy variados, un elemento común es el espíritu de rebeldía que se refleja no sólo en las tramas, sino también en el uso del lenguaje.
Desenvueltas sobre todo en entornos y situaciones urbanas, las tramas de la onda construyeron historias protagonizadas por jóvenes que ensalzaban su propia liberta y autonomía, rechazando por completo los cánones morales de la generación precedente. La onda, por lo tanto, implicaba un movimiento de ruptura y contracultura ante el autoritarismo que se respiraba en muchos espacios del México de los sesentas. En un contexto en el que un sector de la juventud cuestionó tanto los paradigmas de la familia tradicional mexicana como la situación política nacional, los autores de la onda presentaron una propuesta muy fresca con la que se puede identificar un momento de gran efervescencia cultural en nuestro país.
La literatura de la onda es un referente literario contemporáneo, que ejemplifica la transformación de las mentalidades del sector urbano popular y de clase media en México. Constituye un gran ejemplo para observar que las críticas hacia el autoritarismo en nuestro país, provinieron de muchos frentes.
Libros recomendados:
La tumba de José Agustín (1964).
Gazapo de Gustavo Sáinz, (1965).
De perfil de José Agustín, (1966).
Pasto verde de Parménides García Saldaña (1968).
El rey criollo de Parménides García Saldaña (1970).
Por: WikiMéxico.
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