La batalla de México en contra del ejército francés verificada en Puebla el 5 de mayo de 1862, es conmemorada como el máximo triunfo del ejército mexicano. En su honor, incluso se celebran las fiestas patrióticas más intensas de los mexicanos que viven en Estados Unidos, quienes rinden homenaje a su país y han convertido este recuerdo histórico en un símbolo de su propia identidad. La batalla ha sido fuente de orgullo a lo largo de la historia, e inclusive entronizó a sus partícipes como héroes nacionales; una de las fuentes primarias sobre los hechos del cinco de mayo son los telegramas, pues reflejan el desarrollo del conflicto, las estrategias de la guerra y demás detalles acerca de lo sucedido en el campo de batalla. Se trata de documentos muy interesantes para acercarnos a los personajes y su sentir en aquél momento.
En 1894 un coronel del Ejército mexicano llamado Rafael Echenique se dio a la tarea de conjuntar los telegramas de la gesta en Puebla, los cuales eran resguardados por la Secretaría de Guerra. En esta interesante edición, publicada con autorización de dicha dependencia, pueden leerse las notificaciones que enviaron los generales Ignacio Zaragoza e Ignacio Mejía, así como el gobernador de Puebla, Santiago Tapia, para informar acerca de cada una de sus acciones, decisiones y estrategias en el marco del conflicto. Aunque las palabras son utilizadas con la mesura propia del mensaje telegráfico, arrojan una visión muy cercana de los acontecimientos y curiosos detalles ocurridos en el campo de batalla.
El telegrama que abre esta edición fue enviado por el general Zaragoza, quien pidió picos y palas, aunque no especificaba para qué serían utilizados. Fue recibido el 3 de mayo a las 7 de la noche, por lo que probablemente el ejército estaba preparando las trincheras en vías del inicio de la lucha. Paulatinamente Zaragoza fue informando que los hombres bajo su mando estaban preparados para cualquier contingencia, y anticipaba que la arremetida del cinco de mayo ya estaba prácticamente lista. Sin embargo, también pidió que le fueran enviados unos 6,000 infantes para garantizar la derrota de las tropas francesas para el día 6 de mayo. La respuesta del secretario de guerra Miguel Blanco ocurrió al día siguiente por la mañana, y en ésta le informaba a Zaragoza que su petición sería atendida, los refuerzos llegarían a Puebla lo más pronto posible, y que irían cargados de suficiente armamento para consumar la estrategia.
El 5 de mayo por la mañana se informaba del primer ataque con un parco telegrama: “Son las 12 del día y se ha roto el fuego de cañón por ambas partes. –Zaragoza-“. Las noticias siguientes se ofrecieron después de las 4 de la tarde, e informaron al secretario de guerra que el enemigo había emprendido la retirada y que el ejército mexicano iría tras el para tomarles la retaguardia. Aproximadamente dos horas después Zaragoza informaba que el ejército francés había tenido unos 600 o 700 muertos, mientras que las tropas mexicanas registraron unas 400 bajas.
Zaragoza triunfante, envío dos horas después otro telegrama al presidente de la República Benito Juárez, en donde le daba la gran noticia: “Estoy muy contento del comportamiento de mis generales y soldados. –Todos se han portado bien.- Los franceses han llevado una lección muy severa, pero en obsequio de la vedad diré: que se han batido como bravos, muriendo una gran parte de ellos en los fosos de las trincheras de Guadalupe. –Sea para bien, señor Presidente. Deseo que nuestra Patria, hoy tan desgraciada, sea feliz y respetada por todas las naciones. –Zaragoza-”.
Los siguientes telegramas contenidos en esta edición llegan hasta principios del mes de junio, pues las tropas francesas, que habían ingresado a México por Veracruz en marzo de 1862, estaban reagrupándose y fortaleciendo un contraataque que se verificó en marzo del año siguiente. Zaragoza falleció contagiado de tifo en plena campaña, cuando se resguardaba en Puebla; fue sustituido por el general González Ortega. En honor del general que lideró la campaña triunfante contra el ejército francés, el presidente Juárez nombró al escenario de esta batalla como “Heroica Puebla de Zaragoza”.
Por WikiMéxico.
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