* Cuenta con una cabeza activa, que es la contribución principal del proyecto de la Universidad de Glasgow, con ella captura imágenes de alta resolución y reconstrucción de mapas 3D, mientras los ojos se mueven y enfocan los puntos de interés. La información procesada sirve para manipulaciones exactas.
Un mexicano en Europa ha colaborado en el diseño del prototipo de un robot que es capaz de separar, estirar, desarrugar y doblar ropa. En “casi” todo el proceso de lavado de prendas participa esta tecnología sin considerar el paso de introducirlas en la lavadora.
Se trata del ingeniero en robótica industrial, Gerardo Aragón Camarasa, egresado de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) del IPN. Y que en la actualidad se encuentra en la Universidad de Glasgow en Escocia, como investigador –postdoctorante- quien platica que la tecnología está en sus inicios y requiere más trabajo para ser un producto final.
Aunque reconoce que hay empresas internacionales que los han contactado con interés de adoptar partes del prototipo para sus productos finales.
El investigador mexicano explica que el robot es único en su estilo, en el sentido de separar prendas, y en el mundo existen un par similares en Praga, República Checa y otro en Grecia.
El robot cuenta con dos brazos robóticos estándares de seis grados de libertad, éstos se usan de manera cotidiana en líneas de producción automatizadas en la industria automotriz para soldar y pintar.
Aragón Camarasa detalla que en el robot que ellos diseñaron, ambos brazos fueron montados sobre una base giratoria, la cual ofrece un grado extra de libertad para la manipulación de ropa, similar al movimiento de la cintura humana. Respecto a los sensores, el robot tiene un par de grippers (pinzas) en cada extremidad que simulan un par de dedos con la habilidad de frotarlos a fin de percibir por medio del tacto, la textura del material.
En la Universidad de Glasgow, el mexicano trabaja de manera conjunta con Li (Kevin) Sun y el doctor Paul Siebert, el último fue quien le abrió las puertas en dicha institución.
“Participé en la gestación del proyecto cuando era estudiante de doctorado bajo la tutela de Paul. Después de dos años de darle forma a la propuesta del proyecto, este fue aceptado y a meses de terminar el doctorado, el doctor Siebert me ofreció el trabajo”.
El proyecto fue patrocinado por la Unión Europea bajo el 7th Framework Programme for Research and Technological Development con una duración de tres años.
La investigación para elaborar el prototipo finalizó en enero pasado. El robot diseñado cuenta con tres Kinects que proveen en tiempo real imágenes y mapas en 3D. Estos están ubicados en las muñecas de los brazos y la cintura y sirven para tareas de manipulación.
Adicionalmente, “el robot cuenta con una cabeza activa, que es la contribución principal del proyecto de Glasgow, la cual sirve para capturar imágenes de alta resolución y para la reconstrucción de mapas 3D, mientras los ojos se mueven y enfocan los objetos o puntos de interés en la ropa. La información procesada por la cabeza sirve para manipulaciones exactas, asi como inferir y reconocer el tipo de material, para separar y tipificar estructuras como arrugas y bordes”.
Los miembros del consorcio que participaron en el proyecto son CERTH en Grecia, CVUT en Praga, las universidades de Génova en Italia y Glasgow en Escocia, así como Neovisión, una PyME de República Checa.
Dicha empresa sería la encargada de comercializar el robot, aunque la propiedad intelectual pertenece a cada universidad.
Un poco de historia
Gerardo Aragón recuerda que cuando terminó sus estudios en la ESIME, su asesor de tesis, el doctor Emmanuel Merchán Cruz le sugirió estudiar el doctorado directo en el Reino Unido, y sus padres le insistieron que llevara a cabo el posgrado en otro país.
Aunque contactó a varios profesores de diversas universidades, sólo dos le escribieron un correo personalizado. Le especificaron su línea de investigación y cómo podría “encajar” en el grupo de trabajo.
El doctor Siebert le ofreció diferentes proyectos de doctorado y uno de esos fue el de visión robótica con una cabeza de robot activa. Después de haber sido aceptado en la universidad, buscó apoyo en Conacyt y del programa Alban de la Unión Europea que ofrecía manutención a estudiantes latinoamericanos.
“En la Universidad de Glasgow, hasta la fecha, me han brindado el apoyo como a cualquier otro estudiante y ahora como miembro del staff academico. Si a uno lo ven con ganas de trabajar, y se tiene la capacidad de ofrecer trabajo de calidad los mexicanos son muy bien considerados aquí”.
Por Agencia ID.
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