Un nuevo estudio concluyó que la tendencia al alza de la temperatura global no ha disminuido, contrario a los análisis previos que sugirieron que el mundo está en medio de un paréntesis de calentamiento global.
Observaciones anteriores mostraron que las temperaturas superficiales globales aumentaron 0.1 grado centígrados en promedio y por década de 1950 a 1999, un aumento que los especialistas creen que se deriva del aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero y vinculados con la actividad humana.
Pero extrañamente, durante el período de 1998 a 2014, el estudio registró que la tasa de calentamiento fue más baja, de 0.06 grados por década, a pesar de que las emisiones de gases de efecto invernadero siguieron aumentando.
Esa aparente desaceleración –que los modelos informáticos no predijeron– ha sido aprovechada por aquellos que dudan del cambio climático provocado por el hombre, al tiempo que también ha suscitado un debate sobre la duración de lo que puede durar la supuesta pausa.
Aunque varios estudios han tratado de explicar el estancamiento de las temperaturas globales, no hay un consenso acerca de la o las causas. Las explicaciones van desde una mayor absorción del calor por parte de los océanos, hasta menores niveles de vapor del agua atmosférica y la variabilidad natural del clima.
El último estudio, publicado en la última edición de la revista Science, sugiere que las investigaciones anteriores no fueron precisas debido a las irregularidades en la forma en que se miden algunas temperaturas en la tierra y el mar.
En el nuevo análisis, los investigadores trataron de tomar en cuenta estas y reforzaron las medidas anteriores con nuevos datos de temperatura de todo el mundo.
“Hemos encontrado que la tasa de calentamiento en los últimos 15 años no fue diferente de la tasa de calentamiento registrada en la segunda mitad del Siglo XX”, dijo Thomas Karl, director de National Climatic Data Center perteneciente a National Oceanic and Atmospheric Administration, o NOAA, y autor principal del estudio.
Los resultados se basan en datos de la temperatura de la tierra de alrededor de 10,000 estaciones meteorológicas –más del doble que el número utilizado en los análisis anteriores– y en la mejoría de los datos de la temperatura superficial del mar obtenidos por miles de barcos comerciales y boyas oceánicas.
La medición de la temperatura es un asunto complicado, sobre todo en el mar. Los buques utilizados para recabar datos principalmente dejan caer un cubo sobre el lado de la nave y después lo suben con un poco de agua, y miden la temperatura de esa agua. Pero a partir de 1950 en adelante, más mediciones se realizan a través de los termómetros de admisión del motor.
En las últimas décadas, los científicos también han comenzado a utilizar más boyas en lugar de buques para realizar las observaciones oceánicas. Las boyas tienden a reportar una temperatura ligeramente más fría que los buques. A diferencia de los análisis anteriores, el último estudio toma en consideración esas lecturas más frías para producir un conjunto más fiable de datos. Eso es significativo debido al creciente número de boyas utilizadas en dichos cálculos.
Todavía hay lagunas. La cobertura del Ártico –que se está calentando al doble de rápido en promedio que el resto del mundo– sigue siendo deficiente. “Todavía tenemos que afinar” las tendencias globales de la temperatura mediante la inclusión de más lecturas del Ártico, dijo el Dr. Karl.
Vía UrbanDF, socio de contenido de iNGENET. Descarga la App móvil para la Cd. de México www.urban360.com.mx
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