Cinvestav Zacatenco es sede del Tercer Simposio Nacional en la materia, donde académicos y representantes de la industria discuten logros y desafíos
Mientras hace una década el mayor reto para el diseño y construcción de vehículos aéreos no tripulados era desarrollar sistemas de estabilización de vuelo, ahora se experimenta con nuevos prototipos capaces de reconocer objetos desde el aire, evadir obstáculos o manipular objetos a través de brazos robóticos o navegar sin usar sistemas de localización GPS.
Estos son algunos de los temas abordados durante el Tercer Simposio Mexicano de Vehículos Aéreos No Tripulados (SIMEVAN), organizado por el Laboratorio Franco Mexicano de Informática y Automatización (LAFMIA) del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) y la Secretaría de Marina, realizado del 15 al 16 de octubre.
“Siempre es muy enriquecedor que podamos tener interacción con las distintas instituciones aquí representadas”, señaló el Director General del Cinvestav, José Mustre de León, quien dio la bienvenida a los asistentes al simposio, en el que participan investigadores, ingenieros, proyectistas y algunas empresas mexicanas que proveen servicios basados en estos vehículos.
Por su parte Sergio Salazar Cruz, investigador del LAFMIA –adscrito a la Unidad Mixta de Investigación del Cinvestav– explicó cuál es el trabajo y la producción científica que realizan en el área de sistemas dinámicos de ese laboratorio, donde desarrollan vehículos aéreos, acuáticos y exoesqueletos.
Señaló que si bien hace una década los principales obstáculos para el diseño y construcción de estos vehículos eran los sistemas de estabilización de vuelo, ahora los retos se enfocan a desarrollar tareas cada vez más complejas. Entre ellas mencionó la visión artificial basada en el flujo óptico, la manipulación de objetos mediante brazos robóticos, los vuelos en formación (con varios drones), así como los de larga duración (por horas).
Asimismo, destacó que otras áreas de interés que ahora exploran en su laboratorio son la fabricación de modelos con alas flexibles inspirados en las aves, para evitar accidentes con los rotores; estimaciones sobre el rendimiento energético de los vehículos, cooperación entre ellos, estabilización de las cámaras que llevan a abordo, además de obtención de datos y mapeo.
Salazar Cruz comentó que el UMI-LAFMIA, que tiene inscritos 50 alumnos –42 de maestría y ocho de doctorado, ambos en sistemas autónomos de navegación– tiene las puertas abiertas a la colaboración con empresas y estudiantes del país y extranjeros que deseen incursionar en esta promisoria área del conocimiento.
Recordó que este año el Cinvestav firmó un convenio con la compañía de Francia Zafran, encargada de fabricar componentes aéreos y drones, con lo cual permitirá que estudiantes del Centro realicen estancias de investigación en ese país.
El Simposio, que culminará el 16 de octubre, convoca a académicos de otras instituciones y centros de estudios, quienes abordarán temas como la aplicación de drones en la investigación oceanográfica, el uso de celdas de combustible para aumentar el rendimiento energético, así como la legislación en la materia.
Fuente: CINESTAV difundido por CONACYT.
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