BITÁCORA

Mi terapeuta es un robot

La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) adquirió recientemente dos robots con aspecto humanoide que, además de replicar las funciones de la vista y el oído, pueden sostener diálogos, función que será utilizada para la rehabilitación de niños con problemas del lenguaje, en la detección de desórdenes de comportamiento en jóvenes y en terapia ocupacional geriátrica.

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La Facultad de Ciencias de la Computación (FCC) de la BUAP, en colaboración con un grupo multidisciplinario en las áreas de mecatrónica, psicología, matemáticas y electrónica, es la encargada de desarrollar el proyecto denominadoHumanoides BUAP.

El doctor David Pinto Avendaño, miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) e integrante del grupo de investigación de Ingeniería del Lenguaje y del Conocimiento de la FCC de la BUAP, afirmó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt que, como parte de este proyecto, se adquirieron dos robots con forma humana y dos diademas de lectura encefalográfica.

Refirió que estos dispositivos fueron adquiridos a la empresa estadounidense Hanson Robotics con un costo cercano a los dos millones de pesos, de esta cantidad, 80 por ciento fue aportada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

El grupo de investigadores de la BUAP diseña actualmente los modelos del lenguaje y los métodos computacionales que permitirán a los robots interactuar de manera integral con pacientes y personal académico de esa institución.

Pinto Avendaño explicó que por ahora cada uno de los humanoides es capaz de recordar el nombre de su interlocutor y reproducirlo al momento de tener una conversación en idioma inglés, por lo que en un futuro cercano, al programarle un segundo y hasta un tercer idioma, podrían ser utilizados como asistentes universitarios que brinden información a profesores y estudiantes.

Detalló que las dos diademas de lectura encefalográfica leen las señales de la corteza cerebral de los usuarios para enviarlas al robot y, de este modo, tener un conocimiento del estado de ánimo de la persona en ese instante.

El también miembro de la Red de Tecnologías del Lenguaje de Conacyt mencionó que hasta el momento solo el rostro de un androide se encuentra forrado con un material con textura parecida a la de la piel humana; sin embargo, adelantó que ambos humanoides contarán con piel sintética con características similares a las de los seres humanos y cerca de 34 motores en el rostro que les permitirán expresar estados emocionales.

“Por medio de un sistema virtual será posible programar movimientos y expresiones deseados en los robots, es decir, abrir la boca, mover los ojos o la cabeza, sonreír, hacer muecas o expresar tristeza”, complementó.

Dispositivo amigable

El doctor Pinto Avendaño señaló que uno de los robots será útil en la rehabilitación de niños con problemas de desorden del lenguaje.

“La idea es que los infantes dialoguen con el robot y que este corrija palabras que no pronuncian bien, mediante la repetición. El efecto de la empatía será mucho más fácil para los niños, al interactuar con un dispositivo amigable”, comentó.

A este proyecto se han sumado investigadores de la Facultad de Ciencias de la Electrónica (FCE) que diseñarán una mano que pueda ser adaptada al torso del humanoide, la cual podrá moverse y dispondrá de un dispositivo háptico que permitirá a la persona que lo manipule sentir lo mismo que el robot al momento de agarrar algo, logrando así el efecto empático.

El investigador subrayó que además el humanoide podrá hacer un análisis de las facciones de la persona con quien dialoga para determinar si se encuentra triste, enojada o alegre.

“Este androide tiene micrófonos que permitirán grabar la conversación, transferirla a un texto y a través de un estudio del lenguaje identificar las emociones”, agregó.

El humanoide destinado para rehabilitación ha sido presentado —en el estado de desarrollo en que se encuentra— en diversas escuelas primarias para examinar la reacción de aceptación o rechazo de los niños.

Con la adquisición de estos robots y el trabajo de investigación que conlleva asemejarlos cada vez más a un humano, la BUAP es la primera universidad de América Latina que adquiere este tipo de tecnología robótica para su desarrollo, innovación y aplicación en el campo de la rehabilitación humana.

Fuente: CONACYT.

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