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Energía del Golfo de California

La capacidad para generar energía desde el fondo marino en México está subestimada. “Hacen falta mapas de fondo de todo el país, y esos mapas de fondo son cruciales porque hay sitios en donde las constricciones submarinas se podrían explotar eficientemente pero su potencial es totalmente desconocido”, afirmó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, la doctora Vanesa Magar Brunner, del Departamento de Oceanografía Física del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE).

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Uno de esos sitios es Bahía de los Ángeles —al norte del Golfo de California—, donde en noviembre de 2015 un equipo de científicos y técnicos del CICESE, conformado por Vanesa Magar Brunner, Manuel López Mariscal, Arturo Ocampo Torres y Fernando Miranda, instaló un instrumento oceanográfico para medir la velocidad de las corrientes en distintas profundidades y estudiar la viabilidad de instalar turbinas que aprovechen la energía de las corrientes de marea que dependen del ascenso y descenso del nivel del mar; una fuerza de la naturaleza que, junto con las corrientes marinas causadas por vientos y diferencias en la densidad de las aguas, podría ofrecer una alternativa eficiente como fuente de energía sustentable.

En los últimos años, las turbinas que aprovechan las corrientes marinas (en esencia dispositivos muy similares a las turbinas eólicas) ya han sido adoptadas por países europeos. “En Francia existe un proyecto de una compañía con la que estamos colaborando, y ellos ya tienen instalado un dispositivo con dosmegawatts (MW) de capacidad instalada, que es bastante razonable. Es la capacidad instalada de la mayoría de las turbinas eólicas comerciales, aunque las nuevas ya son de tres o hasta tres y medio MW”, detalló Magar Brunner, añadiendo que las turbinas de corriente marina poseen la ventaja de ser más pequeñas, ya que el agua, al ser más densa que el aire, permite mayor aprovechamiento energético.

“Una turbina en el mar, de capacidad instalada de dos MW, tiene un diámetro de entre 10 o 20 metros; las turbinas eólicas con la misma capacidad son más grandes y han ocasionado polémicas en la sociedad por su impacto visual y las afectaciones a la fauna de la región donde se instalan. En el caso de las turbinas para el mar, se han desarrollado sistemas que garanticen colisiones no letales con la fauna marina, como la turbina Kepler que está anclada al fondo y no tiene aspas”, explicó.

Energía constante

Pero al hablar de energías renovables, la energía eólica no es el punto de comparación más común, es la energía solar, “sin embargo, con las celdas al menos hay ocho horas diarias en las que no se genera nada porque simplemente en la noche a las celdas no les da el sol; se necesita de un distribuidor de energía para aprovechar la energía de las horas pico. En contraste, las corrientes marinas son constantes y no cambian de dirección”, aseguró la doctora Magar Brunner.

Las corrientes de marea, por su parte, sí presentan un cambio al oscilar durante el día. En el Golfo de California este movimiento se presenta cada seis horas, generando periodos en donde, de manera similar a las celdas solares, no se podría generar electricidad. “Pero, al igual que con el sol, son momentos muy predecibles. Y además, debido a las características de propagación de la marea en el Golfo de California, si instaláramos varias plantas en la zona, algunas siempre estarían generando algo de electricidad”, añadió la investigadora.

Primeros pasos

El instrumento instalado en el Golfo de California, un equipo ADCP (acoustic doppler current profiler), recabará datos sobre el potencial de corrientes de marea en el Golfo de California, y se espera pueda arrojar resultados en mayo de 2016, con los que el grupo continuará su proyecto. “Es el primer paso, necesitamos hacer estudios en los ambientes en donde encontremos potencial, averiguar qué tipo de impacto existiría para la fauna y la flora, por lo que también estamos trabajando con biólogos para complementar esta información”, afirmó; de igual forma, para la doctora, realizar estudios sociales también es prioridad.

“Es importante que el proyecto cuente con una componente social y económica a nivel local; es uno de nuestros objetivos. Que no se quede en la innovación tecnológica, queremos llegar al punto en el que ya estemos produciendo electricidad con un dispositivo, y esta energía se use para abastecer a los poblados locales, o para mercados indirectos como desalación de agua de mar o bombeo de agua de pozos, cosas que permitan impulsar el desarrollo socioeconómico en el lugar en que se instalarán los dispositivos”, concluyó Magar Brunner.

Fuente: CONACYT.

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