Ciencia divertida en el Locobus

A través del Locobus, niños, niñas y adolescentes disfrutan de un acercamiento a la ciencia mediante una experiencia lúdica y didáctica. Se trata de un camión escolar adaptado como un laboratorio móvil, donde los estudiantes realizan experimentos sencillos y conocen los fundamentos del método científico.

Desde 2011, el Locobus ha ganado popularidad entre los niños y jóvenes sinaloenses que asisten al Centro de Ciencias de Sinaloa (CCS). Atiende al menos cuatro grupos de escolares diariamente en dicho centro, o en las visitas que realiza a las escuelas de educación pública, principalmente en Culiacán.

En su exterior, el laboratorio móvil exhibe turbinas que emiten humo no tóxico, cuenta también con un reciclador de basura, así como con antenas giratorias al costado. La principal atracción se encuentra en el interior. En lugar de asientos a lo ancho del vehículo, los visitantes encuentran mesas de trabajo para 20 personas, además de lámparas, probetas y lo necesario para la elaboración de los experimentos.

Un viaje científico y educativo

Durante una hora y media, los asistentes interactúan con El Profesor Probeta, personaje que aparece en una pantalla y guía a los científicos.

Esta semana, el Locobus se instaló en la escuela primaria Emiliano Zapata, del fraccionamiento Valle Alto, en Culiacán.

La coordinadora del laboratorio, Anayancy García Hernández, explicó a los niños los pasos para la elaboración de la nieve artificial, uno de los experimentos que más despierta el asombro y el interés entre los jóvenes pasajeros. Primero, comentó, se toma cuidadosamente el poliacrilato de sodio, que es una sustancia sin olor ni color.

“Esto puede absorber cualquier líquido en pocos segundos y alcanzar hasta noventa veces su tamaño. Al mezclarlo con agua y agitarlo por varios segundos, se forma la nieve artificial”, dijo a los niños científicos.

Explicó que los agricultores de la entidad emplean la sustancia durante la temporada de sequía. La colocan en costales, al lado de los cultivos, y permite la hidratación de las plantas.

King Kong en el laboratorio

El experimento más esperado durante la práctica científica fue el “moco loco o moco de King Kong”. Aquí, niños y niñas tomaron un recipiente que contenía pegamento blanco, agregaron ocho gotas de colorante artificial y con una probeta añadieron agua. Después, batieron por varios segundos y mezclaron bórax.

“El bórax es un polímero que hace que el resistol haga ‘trenza’ las moléculas y es así como logramos la consistencia del ‘moco loco’”, comentó.

García Hernández dio a conocer que alumnos de nivel básico, principalmente de preescolar y primaria, participan además en actividades que tienen como objetivo despertar sus sentidos.

“Realizamos actividades con sonidos. Los niños despiertan sus sentidos a través de ejercicios de acústica, para esto nos apoyamos de la instrucción virtual del profesor Probeta”, explicó a la Agencia Informativa Conacyt.

Ciencia sobre ruedas

El laboratorio móvil es responsabilidad del Departamento de Formación Educativa del Centro de Ciencias. La vocera de dicha área, Yolanda Olivia Millán, señaló que este programa atiende de 200 a 400 niños diariamente, no solo de la capital sinaloense y sus sindicaturas, también es trasladado a los municipios que solicitan el laboratorio móvil para la enseñanza práctica de la ciencia.

Este laboratorio móvil fue diseñado para despertar en los niños el interés por la ciencia, por ello es promovido en los planteles educativos con apoyo de la Secretaría de Educación Pública y Cultura, agregó la vocera.

“Para muchos de los niños que visitan el Locobus representa el primer contacto con la ciencia y es la oportunidad de la enseñanza-aprendizaje del método científico a través de la observación y la práctica de sencillos experimentos”.

Fuente: CONACYT.