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Articulan a académicos y sociedad en laboratorio ciudadano

El viernes 9 de diciembre concluyeron las actividades del laboratorio ciudadano Ciudades que aprenden realizado en las instalaciones de la Biblioteca de México, ubicada en la Plaza de la Ciudadela en la Ciudad de México y que el 27 de noviembre celebró su 70 aniversario. “Esta es la primera vez que una universidad —en este caso el Tecnológico de Monterrey— convoca a un ejercicio de esta naturaleza”, declaró Inés Sáenz Negrete, máxima autoridad de la Escuela de Humanidades y Educación de dicha institución.

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El propósito de este laboratorio ciudadano en México es la reunión en un mismo espacio de personas con diferentes saberes, ideologías y trayectorias que comparten el interés de intercambiar conocimientos y experiencias a favor del bien común. Esta iniciativa se enmarca en el proyecto Openlabs del Laboratorio Binacional para la Gestión Inteligente de la Sustentabilidad Energética y la Formación Tecnológica, financiado por el Fondo Sectorial Conacyt-Sener sobre Sustentabilidad Energética.

Experiencias similares en Europa y América Latina han demostrado que la participación social en procesos creativos, colaborativos y abiertos originan respuestas para algunos de los problemas que afectan a comunidades. “Esta ha sido una excelente oportunidad para enriquecerse con la experiencia de ciudadanos innovadores y crear redes de colaboración, aparte de vínculos de amistad”, argumentó Inés Sáenz, quien es doctora en literatura hispánica.

Quiénes participan

Para llevar a cabo este laboratorio ciudadano, que bajo el nombre Ciudades que aprenden busca llamar la atención sobre la necesidad de destacar procesos creativos, de innovación y aprendizaje en las ciudades; en mayo de este año se convocó por Internet a interesados de todo el mundo a presentar propuestas ciudadanas innovadoras con relación a alguna problemática de alto impacto social. De 63 propuestas recibidas, se eligieron 10 y posteriormente, a través de una segunda convocatoria dirigida a colaboradores, 162 personas se mostraron interesadas en ser parte de alguno de los 10 proyectos seleccionados sobre innovación ciudadana.

Conforme al perfil profesional, educativo, experiencia laboral o activista se escogió a ocho colaboradores, hombres y mujeres, para trabajar en cada una de las propuestas elegidas. De manera que 31 personas de México y 49 del extranjero, entre pedagogas, antropólogas, geógrafas, psicólogas, programadoras, sociólogas, urbanistas, artistas, tecnólogas, diseñadoras, bibliotecólogas, abogados, comunicólogas, archivistas, académicas, trabajadoras sociales, activistas, etcétera; se han dedicado desde hace casi dos semanas a plantear y replantear alternativas de solución a problemas educativos, laborales, de transporte público, violencia, seguridad, justicia penal, comunitarios, entre otros.

Los equipos cuentan con el apoyo de un mentor o consejero especializado en alguno de los proyectos para que los modelos o prototipos, aunque enfocados a circunstancias y grupos poblacionales muy específicos, se puedan replicar en otras ciudades, contextos o situaciones.

Importancia de los laboratorios ciudadanos

Destinar un lugar para aprender mientras se hace, o viceversa, siguiendo los principios de la cultura maker, abierta y experimental, donde no solamente se escuche o tenga en cuenta la opinión de especialistas, sino que la atención se centre en los intereses de una colectividad ciudadana, quienes trabajan alrededor de un problema para construir un prototipo, no precisamente para resolver el problema, más bien para entenderlo con mayor profundidad, a fin de crear e innovar en políticas públicas y sociales de manera distinta, son parte de los propósitos que persigue la puesta en marcha de este tipo de laboratorios, mencionó en entrevista Antonio Lafuente García, colaborador e impulsor de laboratorios ciudadanos y miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas del Centro de Ciencias Humanas y Sociales de Madrid, España.

Juan Freire Botana, desarrollador de iniciativas empresariales relacionadas con educación y tecnología, quien funge como asesor en Ciudades que aprenden, afirmó que “este laboratorio es para reunir personas con diferentes perspectivas, no expertos con conocimientos similares que produzcan más de lo mismo. Un prototipo, es decir, pasar de la reflexión teórica a la práctica, permite entender mejor cada problema y poder hacerlo desde diversos puntos de vista es lo más valioso en este proceso. Apresurarse en la solución suele generar otros problemas, a veces peores al original, por eso el enfoque de los laboratorios ciudadanos es distinto”.

Durante dos intensivas semanas, los 80 participantes se abocaron totalmente a desarrollar su respectivo prototipo para darle una vida útil y que así otros organismos o personas interesadas puedan adaptarlo e inclusive mejorarlo, agregó el biólogo marino Juan Freire.

Expectativas de Ciudades que aprenden

Para la decana y catedrática Inés Sáenz Negrete, esta conexión con lo social permitirá construir redes de mayor participación ciudadana y crear una atmósfera más humana. “La articulación entre academia y comunidad para la producción de conocimiento abierto, desde el abordaje de la complejidad social, confiere a nuestra práctica educativa una nueva visión sobre lo que podemos ser como universidad bajo esta perspectiva humanitaria”.

La universidad debe salir de los espacios educativos formales para involucrarse directamente con los procesos ciudadanos, las problemáticas sociales y alternativas de solución. “Incorporar este tipo de actividades en el currículo de los alumnos del Tec de Monterrey como otra manera de entender el mundo, que sea parte de su aprendizaje y experiencia profesional, sin duda enriquecerá su formación y nivel educativo”.

Asimismo, la titular de la Escuela de Humanidades y Educación indicó que ojalá en el futuro se tenga un espacio físico permanente que opere como laboratorio ciudadano, “probablemente en Monterrey, fuera del campus para derribar las puertas o murallas entre el conocimiento académico y las necesidades sociales. El próximo año lanzaremos una nueva convocatoria para realizar un laboratorio ciudadano bajo el tema de energía comunitaria y sustentable”.

Los proyectos elegidos

Los 10 proyectos ‘prototipados’ en la Biblioteca de México bajo el esquema de laboratorio ciudadano, al ser modelos abiertos que pueden consultarse libre y abiertamente en Openlabs, son susceptibles de replicarse en otros países o grupos poblacionales. Las propuestas planteadas originalmente y que durante el proceso del taller se fueron reconfigurando, son:

Debido proceso y pertinencia cultural para la población indígena. Propuesta integral de intervención para que se cumpla a cabalidad el precepto constitucional de hombres y mujeres indígenas en prisión, a fin de que reciban la atención jurídica y administrativa justa. Desarrollo de una base de datos que facilite y optimice la defensoría individual e investigación que fundamente cambios para la política pública de los pueblos indígenas en situación de cárcel.

Unidas contra la violencia política. Desarrollo de una plataforma digital colaborativa, ante la situación de violencia que viven las mujeres en el ambiente político. Recopilación de casos y testimonios, creación de una red de apoyo comunitaria con información sobre derechos, legislación, empoderamiento, liderazgo, autoestima y medios de defensa.

Wikitransporte. Creación de una plataforma digital colectiva —portal web y aplicación móvil— suministrada por la experiencia de usuarios de microbuses, trolebuses, camiones y otros sistemas de transporte público no tan bien documentados. El objetivo es compartir conocimientos de primera mano sobre cómo movilizarse en ciertas zonas. Saber las rutas, dónde pasan, dónde hacen conexión, en cuáles hay mayor riesgo de asaltos, accidentes, cierres, problemas en el servicio, así como recomendaciones de trayectos más rápidos.

Cocoroclock. España, banco de tiempo. Propuesta alternativa al sistema tradicional de intercambio de tiempo basado en el modelo “una hora das, una hora recibes”. Proyecto que ofrece mayor rentabilidad respecto a las horas que se aportan, con relación a las que se reciben. Pequeños grupos con necesidades comunes que sean capaces de satisfacerlas en determinado tiempo, ahorrándole tiempo a los demás y viceversa. Este prototipo comprende el diseño de gráficos y documentos de comunicación, más la difusión de la propuesta para que diferentes comunidades la adopten.

Caja mágica de participación social. Swartz Manifesto. Brasil. Plataforma física y digital personalizable para grabar y documentar problemas comunitarios, cuya intención es sensibilizar a la gente acerca de la importancia de compartir su opinión a fin de dar pie a posibles soluciones. Ciertos instrumentos facilitan este proceso y generan los datos necesarios para emitir un diagnóstico sobre determinada problemática. Haciendo uso de la tecnología digital las personas pueden expresan sus necesidades de manera sencilla para después priorizar la atención de lo que más se haya mencionado.

Bibliotecas madrinas, la biblioteca como punto de encuentro para la innovación social. México. Proyecto de colaboración entre instituciones bibliotecarias para el intercambio de recursos y experiencias que permitan el acceso, producción, difusión y aprovechamiento de un conocimiento abierto. El propósito es presentar un sistema de gestión, bajo el cual la biblioteca opere como escenario de encuentro entre la comunidad académica y usuarios de bibliotecas públicas, donde se mejoren los espacios, recursos y las vivencias de quienes acuden a estos lugares.

Avóz: territorio de la escucha, arte y espacio público. Brasil. Propuesta para dar vida a espacios públicos por medio de experimentaciones urbanas y conversaciones entre las personas de alrededor. Relatos que se transforman en intervenciones artísticas hechas en la calle con carteles o grafitis sobre muros, postes o banquetas, que al contar con un código QR (quick response o de respuesta rápida) almacenan información que se enlaza a una plataforma en línea para difundir los contenidos.

Artilugio para recorridos seductores en las urbes que habitamos. Chiapas. Las mujeres que transitan por las ciudades deben tener recorridos seguros, seductores y amigables, por lo que se sugieren materiales como una aplicación móvil. Identificación de lugares concurridos como hospitales, mercados o plazas. ‘Mapear’ recorridos que cumplan con las características de felicidad y seguridad considerando olores, sabores, recuerdos locales, colores y sonidos. Trípticos que identifiquen cada ruta. Diseño de placas de metal con distintivos que señalicen los recorridos para quien no tenga la aplicación móvil ni el mapa.

Archivos afectivos, la ciudad de los vivos aprende de la ciudad de los muertos. Colombia. La ciudad de los muertos de Bogotá es uno de los lugares más extraordinarios de Colombia, pero su abandono e inseguridad lo han trasformado en tierra de nadie. Por lo tanto, se pretende recuperar este espacio y propiciar la construcción colectiva, así como la libre circulación y el acceso abierto de archivos afectivos, a partir de una plataforma digital organizada que comprenda una agenda ciudadana, una cartografía de la memoria y un corpus documental con fotos, objetos, cuentos, diarios, etcétera.

7 punto 8. Ecuador. El 16 de abril de 2016, Ecuador sufrió un terremoto de 7.8 grados que destruyó poblaciones enteras y afectó a más de un millón de personas. De allí la propuesta de ayudar a la reactivación económica de mujeres víctimas de desastres naturales, a través de un programa de formación, emprendimiento y reinserción laboral, utilizando para ello una plataforma digital abierta que se convierta en un espacio de articulación entre la oferta y la demanda de trabajo. Las interesadas podrán registrarse para recibir capacitación y así reintegrarse a actividades productivas, sea mediante el ofrecimiento de algún empleo o por el interés en productos que ellas elaboren.

Además del taller de prototipado, durante las dos semanas se ofrecieron talleres abiertos al público y se desarrolló la producción de un espacio afectivo, por iniciativa de los colectivos VIC (España) y Atea (México), informó la doctora en ciencias del lenguaje, Paola Ricaurte Quijano, directora de Openlabs y quien pertenece al nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Fuente: CONACYT.

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