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Clases de robótica: imaginación y creatividad

En la escuela de robótica Robotry, los alumnos detestan que las clases terminen. Con sesiones diarias de tres horas, armar robots es una actividad didáctica y recreativa, donde la imaginación y la creatividad son herramientas esenciales para que los alumnos —con edades entre cinco y 12 años— entiendan la vinculación entre ciencia y tecnología.

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La creadora de la primera escuela de robótica para niños, niñas y adolescentes en Sinaloa es Bertha Coronado Zamudio. La idea surgió hace algunos años, al advertir el potencial e interés que existe en niños de la entidad en la robótica. Hace ocho años asumió la dirección de la escuela secundaria del Instituto Jean Piaget, en Culiacán. Ahí propuso a la dirección del colegio la impartición de la asignatura en secundaria. Más tarde, la materia sería impartida en todos los niveles, desde preescolar hasta preparatoria.

Debido al potencial que desarrollaron estudiantes de primaria del Instituto Jean Piaget, en 2015 participaron en la Olimpiada Internacional de Robótica, celebrada en Doha, Qatar, y en 2016 en la etapa nacional de la competencia World Robot Olympiad (WRO), celebrada en Monterrey, Nuevo León. Aunque no lograron ascender a la etapa internacional, Jean Piaget logró cuatro equipos finalistas.

La impartición de la asignatura de robótica ha dado frutos que se traducen en la destacada participación de niños, niñas y jóvenes en competencias, e incluso en la obtención de becas para instituciones de educación superior en el país.

“Una satisfacción es que cinco o seis de los estudiantes de preparatoria que llevaron robótica están muy inquietos en eso, uno ganó una beca de 80 por ciento en el Centro de Enseñanza Técnica y Superior (Cetys), en Mexicali, está estudiando mecánica espacial, otros dos están en la Universidad de Monterrey (Udem), ambos becados en la ingeniería mecatrónica. Estamos formando grandes ingenieros en el instituto”, comentó.

Robotry abre sus puertas

Ante el gran interés de niños, niñas y jóvenes por aprender robótica, los docentes Bertha Coronado y Abraham Castro decidieron crear una escuela, que al igual que en Jean Piaget integra a niños y niñas de cinco a 18 años de edad. Así nació Robotry.

“En nuestro estado no hay mucho auge de la robótica. Decidimos realizar un curso de verano con los niños, y tuvimos muchísima aceptación, esos mismos niños querían seguir trabajando con la robótica. El profesor Abraham Castro ha sido el maestro y coordinador de la robótica en Jean Piaget, y decidimos poner una escuela de robótica por la necesidad que vimos”, comentó.

A Robotry acuden niños de diversas colonias de Culiacán e incluso del vecino estado de Durango. Se imparten clases de 10:00 a 13:00 horas los sábados, y de lunes a viernes, de 16:00 a 19:00 horas. La escuela se creó en junio pasado y a la fecha cuenta con 40 alumnos.

Los grados en Robotry se dividen por edades y proyectos. Los más pequeños, de cuatro a siete años, arman kits siguiendo el manual Lego, y más tarde logran ensamblar kits sin apoyo, es decir, solo con su imaginación. De acuerdo con su edad, trabajan con la caja de Lego WeDo 2.0.

“Los niños y niñas generan muchas actividades que les pueden resultar tediosas: matemáticas o física, por ejemplo, por eso la robótica en clase resulta más atractiva para ellos, sobre todo para que puedan ver las matemáticas en el desarrollo de un robot, o que la física se transforma en movimientos o desplazamientos; así la clase se ve más atractiva por el hecho de que las cosas que ven ellos en ciencia lo pueden aplicar a la robótica”, dijo Abraham Castro.

Niños y niñas comienzan su clase observando un video, por ejemplo, sobre la metamorfosis de la rana y les muestran cómo la rana tiene los huevecillos en el agua y se forma un renacuajo.

“Luego se transforma en una rana y el mismo programa te pide que armes un renacuajo. El niño, con las piezas de Lego, arma el renacuajo y lo pone a funcionar, le pone sonido de cómo hace el renacuajo, el software en el iPad trae eso: poner sonido, movimiento, luz; el niño aprende de ciencias y robótica”, explicó Bertha Coronado.

Para los proyectos, los alumnos utilizan una caja de EV3 que contiene 451 piezas. En la República Mexicana existen distribuidores de material didáctico Lego; sin embargo, las cajas vienen de Dinamarca. Contienen un cerebro, el EV3, motores, sensores, y los estudiantes pueden armarlos según el manual o su creatividad.

Bertha Coronado desconoce cuántos robots han elaborado hasta ahora los alumnos de Robotry, calcula que tal vez más de 100 modelos.

“Los estudiantes no quieren irse de aquí, van avanzando ellos mismos de acuerdo con sus capacidades. Tengo un alumno que estudia ingeniería mecatrónica, que viene a aprender y no hay graduaciones. Cada día hay más avances y tecnología novedosa”, comentó.

Uno de los estudiantes destacados de Robotry es Rodolfo Barrón, quien realizó modelos como una mano robótica y autos de control remoto.

“Él elabora modelos que no vienen en ningún manual, arma vehículos con una direccional, tienen velocímetro, les pone cambios; todo surge de su imaginación, él es Rodolfo Barrón. Ya fue a una competencia de robótica”, comentó.

La escuela cuenta con 40 estudiantes, 15 de ellos con padecimientos como Asperger o trastorno por déficit de atención (TDA), que han logrado desarrollar un talento en la robótica.

“Tenemos muchos niños con Asperger o con TDA, algunos no son muy buenos con la escuela, pero sí con la robótica. Han surgido muchos modelos muy novedosos, y muchos de ellos de un alumno, Jaime, un niño que llegó con educación especial, le gusta mucho la robótica, es uno de nuestros grandes alumnos, comienza creando algo y avanza muchísimo con otras ideas que nos impactan. Sorprende mucho. Es un niño Asperger”, comentó.

Ahora, los alumnos buscan su participación en la competencia de WRO, que recientemente abrió convocatoria. Aspiran acudir a la etapa regional, que será en junio, en Mazatlán, y posteriormente, en septiembre a la etapa nacional. Sería la primera competencia de la Escuela Robotry.

Visión a futuro

La directora de Robotry busca el crecimiento de la escuela, pero además la creación de un centro de innovación tecnológica, en el que se tenga a niños, niñas y jóvenes creando, emprendiendo cosas nuevas y necesarias para Sinaloa.

Hasta ahora, la escuela solo recibió apoyo para la incubación de empresas por parte del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), con lo que los docentes adquirieron el equipo.

“Al principio se trató de ir creando la cultura, sobre todo en la parte del armado. La programación es como las matemáticas, cuando no las conocen nadie las quiere, lo mismo pasa con la robótica. La metodología Lego está diseñada para niños de tres años en adelante”, dijo Abraham Castro.

Añadió que los y las estudiantes más pequeños en Robotry han alcanzado un nivel intermedio en programación y nivel avanzado en construcción, debido a que el nivel de comprensión que manejan no es lo mismo para conceptos más avanzados, y al comenzar desde muy pequeños facilita la construcción en el futuro para desarrollar mecanismos más complejos.

“En la parte de programación es más difícil explicarles una variable, los factores de corrección que un robot debe tener con los sensores. En cambio, a un estudiante de secundaria o preparatoria sí se le puede explicar esas fórmulas”.

Conforme trascurren las clases, las y los niños comienzan a desarrollar su habilidad para armar robots, y con ello llevarlos a niveles más altos.

“Se trata de que tengan la capacidad de competir a nivel nacional, les daría más seguridad, es un impacto muy grande para ellos”, dijo Abraham Castro.

Fuente: CONACYT.

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