El Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA), en conjunto con diversas instituciones, presentó el proyecto del Laboratorio Nacional en Innovación y Desarrollo de Materiales Ligeros para la Industria Automotriz (Laniauto), con la finalidad de potenciar este sector.
“El proyecto Laniauto es el Laboratorio Nacional en Innovación y Desarrollo de Materiales Ligeros para la Industria Automotriz. Básicamente, el objetivo de Laniauto es atender las necesidades de innovación en el desarrollo de materiales ligeros para este sector, eso es debido a que los materiales ligeros es una megatendencia que demanda hoy por hoy el sector automotriz”, detalló el doctor Ernesto Hernández Hernández, catedrático Conacyt adscrito al Departamento de Materiales Avanzados del CIQA y responsable técnico del proyecto Laniauto.
El proyecto fue impulsado por investigadores del CIQA desde hace tres años y pudo materializarse gracias a la Convocatoria del Programa de Laboratorios Nacionales del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). La iniciativa del Laniauto fue planteada en su momento por seis científicos del centro y actualmente más de 40 colaboradores de diversas instituciones participarán en este desarrollo.
El Laniauto es liderado por el CIQA y como socios están el Centro de Innovación Aplicada en Tecnologías Competitivas (Ciatec) de Guanajuato y el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (Cideteq) de Querétaro y, adicionalmente, hay otras instituciones como colaboradores: la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), la Universidad Autónoma de Guanajuato (UAG), la Universidad Politécnica de Pachuca (UPP), la Universidad del Papaloapan (Unpa) y se planea la incorporación de investigadores de la Universidad Autónoma de Coahuila (Uadec), entre otros.
“Todos ellos, de alguna manera, están participando en diversos temas. En específico porque tienen experiencia con la industria automotriz, son poco más de 40 investigadores que participan en el proyecto”, indicó el científico Ernesto Hernández.
El especialista resaltó que, a pesar de que el proyecto recién comenzó, existen resultados de investigaciones previas de dos años atrás relacionadas con el tema.
Laniauto está dividido en cuatro etapas principales de desarrollo. La primera etapa consistió en identificar necesidades específicas del sector, a partir de entrevistas con empresarios de la cadena de proveeduría de la industria automotriz y también de los resultados de diagnóstico del ECATI Automotriz.
En la segunda etapa, en conjunto con diferentes instituciones, se buscará plantear proyectos de desarrollos tecnológicos propensos a transferencia tecnológica para la aplicación industrial y no limitarse a investigaciones de ciencia básica.
En la tercera etapa, después de las pruebas pertinentes para la validación de la tecnología generada en Laniauto, se armarán paquetes tecnológicos para transferirlos al sector automotriz y buscar ser un laboratorio autosustentable. Finalmente, en una cuarta etapa, las tecnologías que no hayan podido transferirse por diversos motivos, se considerará la creación de empresas de base tecnológica o spin-off, a partir de estos proyectos.
“Todo es con la finalidad de ir integrando estas capacidades con el objetivo de ir planteando proyectos cada vez más ambiciosos. Es decir, que no solo planteen los proyectos de ciencia básica, y los proyectos que tengan mayores posibilidades de ser transferidos sean protegidos a través de solicitudes de patente, vamos a madurar estas tecnologías”, señaló el responsable técnico del proyecto Laniauto.
El doctor Ernesto Hernández aclaró que, en la primera etapa, el laboratorio se establecerá de forma virtual y se buscará desarrollarlo físicamente a mediano y largo plazo.
“En esta primera etapa de establecimiento es un laboratorio virtual; sin embargo, hemos estado platicando que, estratégicamente, nos conviene tener el laboratorio dentro de las nuevas instalaciones del CIQA en el Parque de Investigación e Innovación Tecnológica (PIIT) de Nuevo León, aprovechando todas sus capacidades y eso nos favorecería para establecer la vinculación en una segunda o tercera etapa”.
Las principales líneas de investigación de Laniauto serán: compuestos sustentables, compuestos fibrorreforzados, compuestos con absorción UV, compuestos resistentes a bajas temperaturas, textiles funcionales, espumas poliméricas sustentables, membranas para almacenamiento de energía, recubrimientos funcionales y prototipado 3D.
Laniauto tendrá una fuerte vinculación con el sector industrial, utilizando la experiencia y la relación que tiene CIQA y las instituciones socias con proveedores del sector.
“La vinculación ya se tiene con el CIQA, aprovechando la experiencia que tenemos como proveedores de servicios de análisis de materiales, también tenemos contacto con empresas a través de los proyectos PEI. Ahora el objetivo es multiplicar el número de contactos y, por esa razón, buscaremos adherirnos a los clústeres automotrices de Nuevo León y Guanajuato, darnos a conocer cada vez más; también nos estamos aliando con la Canacintra (Cámara Nacional de la Industria de Transformación) que tiene afiliadas a muchas empresas proveedoras del área automotriz”, precisó el científico.
La tecnología que se desarrollará va enfocada en proveedores del sector nivel TIER 2, 3 y 4, dentro de la cadena de suministros de la industria automotriz, además que con las grandes armadoras se trabajarán aspectos de capacitación y análisis de materiales, principalmente.
“Este es un proyecto ambicioso que estoy seguro de que vamos a cumplir con los objetivos del mismo, hay gente comprometida, hay muchos investigadores, sobre todo jóvenes, que le están apostando al proyecto y vamos a aprovechar todas las capacidades y experiencia de los investigadores consolidados y además tenemos todo el respaldo institucional. Creemos que este proyecto realmente va a cumplir con su objetivo de ser un laboratorio autosustentable y que contribuirá al crecimiento del sector automotriz de México”, concretó el investigador Ernesto Hernández.
Fuente: CONACYT.
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