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Héctor René Vega: docencia e investigación en ciencias nucleares

Cuando era niño, le preguntaba a su papá en dónde se estudiaba para ser inventor, porque junto a su hermano, a Héctor René Vega Carrillo le gustaba inventar cosas. En esa época no había energía eléctrica constante y cerca de las 23:00 horas se apagaba el fluido eléctrico y la ciudad se quedaba a oscuras. Tenía diez años de edad y junto con su hermano creó su propia lámpara de mano e incluso llegaron a vender algunas, porque eran muy compactas y prácticas.

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“Éramos muy creativos y siempre estábamos buscando cosas para innovar. Sin saber cómo funcionaba la electricidad, hicimos un sistema de alarma luminoso y cuando alguien entraba a nuestro cuarto ya no podía apagar el foco. Incluso a veces arriesgábamos la vida haciendo experimentos con electricidad, porque podíamos producir cortos circuitos, pero afortunadamente nunca ocasionamos un daño mayor”.

El doctor en ciencias nucleares Héctor René Vega Carrillo es docente investigador y uno de los fundadores de la Unidad Académica de Estudios Nucleares de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAEN UAZ), en donde se ha desempeñado desde hace 36 años. Ha publicado más de 200 artículos científicos, ha registrado tres derechos de autor y tiene dos patentes en proceso hasta la fecha.

Es miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Su línea de investigación se enfoca en física de neutrones, métodos Monte Carlo, análisis por activación con neutrones térmicos, energéticos, sistemas de cómputo algebraico y educación.

Creatividad para la resolución de problemas

El doctor Vega Carrillo nació en Juchipila, Zacatecas. Su padre tenía un taller de reparación de calzado y cuando llegaba un cliente a solicitar algún servicio, expresaba: “Ante cualquier problema, hasta cohetes podemos hacer”, lo que se refiere a que con creatividad se logran soluciones. El doctor Vega Carrillo creció con este principio, que lo acompañó en su desarrollo personal y profesional.

“Cuando estaba en la primaria, tenía la ilusión de viajar y conocer nuevos lugares. Por una iniciativa del municipio asistí a un curso de educación vial porque el premio era ir a la ciudad de Zacatecas. Cuando llegué, entré al Teatro Fernando Calderón, la UAZ tenía una exhibición de ciencias químicas. Vi a los jóvenes con sus batas blancas, los matraces y algunos experimentos, eso me capturó y desde entonces decidí que quería ser científico”.

Ingeniería eléctrica, primer paso hacia la ingeniería nuclear

Cuando ingresó a la licenciatura en ingeniería eléctrica en la UAZ y conoció el reactor nuclear, Héctor René Vega se interesó por las ciencias nucleares; sin embargo, esa carrera aún no existía en Zacatecas. Como estudiante de noveno semestre, fue invitado por el ingeniero Manuel Haro Macías, entonces director de la Escuela de Ingeniería de la UAZ, a estudiar una maestría en ciencias con especialidad en ingeniería nuclear, con el objetivo de obtener el grado y activar el reactor, que había sido desatendido desde 1977.

Como becario Conacyt, cursó su maestría en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). El entonces director del programa, el doctor Federico Ángel Rodríguez, respaldó a sus estudiantes para realizar sus prácticas en el Laboratorio de

Mediciones Nucleares de la Universidad de Texas, en Austin, Estados Unidos, en donde Vega Carrillo realizó el experimento de su tesis, titulada Medición del espectro de neutrones y rayos gamma, de una fuente de Californio-252 en un medio de tejido equivalente.

“A nuestro regreso, activamos el reactor y se creó el entonces Centro Regional de Estudios Nucleares (CREN), que fue de los primeros centros de investigación reconocidos por la UAZ. En esa época, a falta de información científica actualizada, íbamos a la biblioteca de la Universidad de Texas en los Estados Unidos, para obtener fotocopias de revistas de investigación. Ingresé al SNI en 1987, cuando solo tenía el grado de maestría pero ya tenía varias publicaciones”.

Doctorado y fundación de la maestría en ciencias nucleares de la UAZ

Con una fuerte influencia en el trabajo experimental, el grupo de docentes investigadores que conformaban el CREN estudió su doctorado y fundó la maestría en ciencias nucleares, adscrita al Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) de Conacyt.

Héctor René Vega estudió su doctorado en ingeniería nuclear en el Departamento de Ingeniería de la Escuela de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Texas, en Austin, EE. UU. Ahí realizó su tesis titulada Neutron field characterization in the vicinity of a PET cyclotron, en donde desarrolló un procedimiento experimental para medir campos de neutrones en áreas donde los sistemas activos no funcionan, lo que permitió resolver el problema de altas dosis en zonas públicas que tenía el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio.

“El proceso fue desarrollar la técnica para medir el espectro de los neutrones y explicar por qué a pesar de que los muros del búnker del ciclotrón tienen algunos metros de espesor, en algunas áreas públicas se detectaban dosis altas por neutrones. Mediante el método desarrollado determinamos los espectros de neutrones dentro del búnker, encontramos la causa de la fuga de neutrones y resolvimos el problema. De ahí salieron varias publicaciones de artículos científicos”.

El trabajo de investigación como fuente de bienestar

El doctor Héctor René Vega sostiene que el trabajo de investigación para un científico nunca debe ser una carga, sino algo que inspire a ser feliz. Relaciona el trabajo con la “soma”, píldora de la literatura de Aldous Huxley que aparece en su obra titulada Un mundo feliz, que era consumido por los personajes para evitar la depresión.

“Me gusta compartir la idea de ‘El trabajo como soma’, ya que a mis alumnos les digo que cuando vayan a hacer un trabajo de investigación deben elegir un tema que les apasione, para que el minuto que dejen de dedicarse al trabajo les duela; porque si eligen un tema que no les apasiona, será al revés y el tiempo que le dediquen será pesado. Esa es una idea que me ha funcionado para propiciar y fortalecer la investigación”, finalizó.

Fuente: CONACYT.

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