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Inteligencia artificial en México

Especialistas del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), desarrollan la programación de un robot que tendrá la capacidad de hacer búsquedas en internet y adquirir habilidades por imitación.

El proyecto financiado con recursos del Fondo Sectorial de Investigación para la Educación SEP-Conacyt, forma parte de los estudios que actualmente se llevan a cabo en México desde el campo de la Inteligencia Artificial (IA).

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Eduardo Morales Manzanares, investigador del INAOE y responsable del proyecto, explicó que el objetivo es lograr que el robot aprenda a reconocer objetos que no conoce, con información e imágenes que encuentre en internet.

“Básicamente el escenario es que una persona le dice al robot ‘tráeme una grabadora’ y el robot no sabe qué es una grabadora, o cualquier otro objeto, puede ser una manzana, unas llaves, la cosa es que el robot no sabe qué es ese objeto. Lo que hace es que busca en internet cuál es el lugar más probable de encontrar el objeto que le pidieron, dentro de una casa, si puede estar en el baño, cocina, comedor, sala, y eso lo encuentra buscando información en internet”, expuso.

Agregó que las imágenes que encuentra el robot en internet, las descarga y utiliza para construir un modelo que le permita reconocer el objeto y distinguirlo de otros, de tal manera que una vez que sabe cuáles son los lugares probables para encontrarlo, busca dentro de ellos.

“La idea es tratar de dotar de más autonomía a los robots para que busquen, por sí solos, información en internet, como ahora todo mundo lo hace, para poder resolver un problema”, puntualizó el miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Aprendizaje por imitación

El robot que investigadores y estudiantes del INAOE están programando fue adquirido para el proyecto. El doctor Morales Manzanares especificó que la programación del robot se desarrolla con diferentes lenguajes, pero lo esencial es dotarlo de la habilidad de aprender, por imitación y retroalimentación.

“¿Cómo un robot puede aprender viendo gente o que la gente le diga cómo hacer una tarea? Son dos habilidades que sería bueno que los robots tuvieran para que pudieran ir aprendiendo, para hacerlo más útil”, subrayó.

Detalló que para ello es necesario desarrollar técnicas, por ejemplo, el diseño de un nuevo algoritmo que toma en cuenta el lugar más probable del objeto que el robot busca, qué tan lejos está del lugar en que se encuentra el robot y cuál es el tamaño del lugar.

“Se diseñó una nueva estrategia de cómo combinar esas tres cosas al mismo tiempo para decidir cuál sería la mejor forma de ir por el objeto y eso lo comparamos con los algoritmos y resulta que esto funciona más o menos bien”, comentó el investigador del INAOE.

Reconoció que ha sido un reto lograr que el robot identifique la información relativa al lugar más probable en que encontrará el objeto que se le ha ordenado encontrar, por lo que fue necesario idear nuevas estrategias.

“Ahorita tenemos unas primeras pruebas en las que el robot, si le pides un objeto, ya logra ir por él, lo que nos falta todavía es que el robot tome el objeto y se lo lleve a la persona. Hay alumnos que están trabajando en cómo tomar objetos y ahí hay técnicas ya hechas pero también estamos tratando de innovar en cómo tomar un objeto, porque puede estar volteado, vistas raras, etcétera”, adelantó.

Morales Manzanares consideró que la siguiente etapa de pruebas tendría que ser con personas que no estén familiarizadas con robótica, para que le den la orden al robot y medir su efectividad.

“Esto lo podríamos pensar en un futuro para que alguien tenga un robot y le pida ‘tráeme una medicina’; lo interesante es que ya aprendió, entonces eso lo guarda, si le pediste una manzana, si se la vuelves a pedir ya sabe dónde está, ya tiene el modelo y va acumulando digamos, conocimiento de eso”, apuntó.

IA en México

Para el doctor Miguel González Mendoza, presidente de la Sociedad Mexicana de Inteligencia Artificial (SMIA), proyectos como el que se desarrolla en el INAOE contribuyen a que México destaque en el campo de IA a nivel internacional.

“México figura en áreas muy particulares como cómputo evolutivo; por ejemplo, el equipo del doctor Carlos Coello, quien recibió el Premio Scopus como el investigador más citado en el área, tenemos también el caso del doctor Enrique Sucar, quien ha sido reconocido en robótica y aprendizaje bayesiano, y varios investigadores en otras iniciativas que están evolucionando rápidamente”, resaltó.

Refirió que el propósito en común es lograr una representatividad internacional fuerte y consideró que esta va creciendo a través de los egresados de los programas de posgrados.

El presidente de la SMIA mencionó al INAOE y el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) como dos de los principales centros mexicanos que destacan por proyectos que incorporan herramientas de IA.

“Las áreas de machine learning, sistemas expertos, robótica, procesamiento del lenguaje natural, son áreas en las que México ha producido resultados muy interesantes; por ejemplo, con estos agentes con los que podemos conversar en algunos productos comerciales, si bien solo podemos llevar una conversación en órdenes y búsquedas, en realidad ahora podemos llevar conversaciones muy interesantes con bots”, afirmó.

Centro de inteligencia artificial en México

La creación de un centro de inteligencia artificial en México es uno de los proyectos que a lo largo de décadas ha sido impulsado por investigadores de la SMIA que lo perciben como una estrategia para incentivar no solo la inversión pública en el campo de la IA, sino también inversión privada.

“Pueden existir proyectos de mayor impacto, mayor tamaño y que no sea solamente gobierno de la mano de la academia, sino que en realidad pueda ser más abierto, con iniciativas público-privadas alrededor de temáticas verticales importantes como puede ser salud o seguridad, donde la IA pueda ser finalmente el hilo conductor de todas estas iniciativas”, aseveró González Mendoza.

Fuente: CONACYT.

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