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Innovación en la prevención y control del cáncer cervicouterino

En México, cada año mueren más de tres mil quinientas mujeres por cáncer cervicouterino, lo que representa un problema de salud pública asociado a la infección por el virus del papiloma humano (VPH) que se transmite por contacto sexual.

El Centro de Investigación en Salud Poblacional del Instituto Nacional de Salud Pública (CISP INSP) ha sido institución clave en el desarrollo de iniciativas y de programas nacionales e internacionales para la prevención de diferentes tipos de cáncer, entre ellos, el de cuello uterino o también llamado cáncer cervicouterino.

Hace alrededor de 15 años, el INSP inició una línea de investigación con el objetivo de generar evidencia científica para mejorar e innovar políticas públicas que se implementan en forma poblacional y con ello disminuir la incidencia y mortalidad por cáncer cervicouterino, el segundo tipo de cáncer más frecuente en mujeres de América Latina.

En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Eduardo Lazcano Ponce, director del CISP, destacó los logros realizados por la institución, entre ellos, la introducción de una prueba primaria de detección de ADN de virus del papiloma humano para la identificación temprana de cáncer cervical y la propuesta de esquemas alternativos de vacunación contra el VPH en menores de 15 años; esta última es hoy una práctica recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a nivel global.

“En primera instancia, realizamos investigación operativa para evaluar la calidad de los programas de detección oportuna de cáncer. La evidencia que nosotros generamos también contribuyó de manera importante para mejorar todas estas estrategias operativas. Uno de los objetivos es el desarrollo de estrategias innovadoras de detección primaria para abatir la enfermedad del cáncer cervical”, expresó el especialista.

Para Eduardo Lazcano Ponce, director del CISP, el cáncer cervicouterino es la enfermedad de la pobreza; aun cuando existen herramientas para combatir este padecimiento, la deficiencia de los programas poblacionales imposibilita el avance en el diagnóstico y tratamiento oportuno.

“Que una mujer tenga cáncer cervicouterino es reflejo de una enorme inequidad social, es por esto que durante muchos años ha sido considerada una enfermedad de la pobreza y aunque hoy en día tenemos todas las herramientas para abatirla, desafortunadamente nuestros programas poblacionales son muy ineficientes, no tienen cobertura amplia y todavía existen muchas inequidades desde el punto de vista tecnológico y de la calidad de atención”, expresó el doctor en ciencias de la salud.

Una de las principales aportaciones del grupo de investigación es la evidencia científica sobre la eficacia de la prueba de autotoma vaginal para la prueba de VPH frente a la citología ginecológica (el Papanicolaou), la eficacia de este método es tal que identifica cuatro veces más la presencia de cáncer cervical en comparación con la prueba tradicional, esta prueba se presenta como una alternativa para las mujeres que viven en zonas rurales e indígenas, quienes tienen mayor riesgo de presentar esta patología.

Para la autotoma vaginal, las mujeres se colocan en cuclillas y toman una muestra del canal vaginal con un cepillo similar al del Papanicolaou, sosteniéndolo de una ranura lo giran a la izquierda y derecha para luego depositarlo en un tubo líquido en el que se depositan las células que serán analizadas en el laboratorio.

“Esta estrategia es mejor que las pruebas tradicionales, como la citología cervical que ha sido llamada Papanicolaou y se desarrolló hace más de 60 años. Durante un ensayo clínico con base poblacional, pudimos poner en relevancia la autotoma vaginal en condiciones reales de áreas rurales de México (…) Esto ha sido difundido en muchos países no solamente de ingresos medios y bajos, sino también países desarrollados utilizan como estrategia la autotoma en su población de usuarias de los servicios de salud, particularmente en aquellas mujeres que no desean la exploración ginecológica y que ellas mismas puedan utilizar este recurso y después, mediante un algoritmo específico, se hace una complementación diagnóstica en mujeres positivas”, explicó el especialista.

Historia natural de la infección de VPH en hombres

Además del estudio asociado al cáncer cervical, el grupo del INSP emprendió una línea de investigación para caracterizar la presencia de la infección por virus del papiloma humano en hombres. El VPH contribuye a la carga de enfermedades de los varones como el cáncer de ano, pene y orofaringe y al desarrollo de verrugas genitales.

Durante más de 10 años, los investigadores del INSP participaron en HIM study, un proyecto de corte internacional que consistió en dar seguimiento a más de mil varones de Estados Unidos, México y Brasil. De este, se identificaron diferentes tipos de VPH en la población estudio, del que se concluyó una alta prevalencia de infecciones por VPH en hombres en los tres países evaluados.

“La característica de nuestro grupo de investigación es brindar la evidencia científica a través de grandes estudios de cohorte de la historia de la infección en hombres”, refiere Lazcano Ponce, también miembro de la Academia Nacional de Medicina de México.

Estudio FRIDA

En 2012, el CISP inició un estudio de demostración con base poblacional diseñado para evaluar el desempeño y costo efectividad de diferentes alternativas de triaje en mujeres VPH de alto riesgo, en el que participan más de 100 mil mujeres del estado de Tlaxcala entre 30 y 64 años de edad.

“Estamos identificando las mejores estrategias que las mujeres van a tener para un mejor cauce en la identificación de su riesgo de desarrollar cáncer cervical y la canalización a un servicio donde se les brinde atención oportuna”, dijo el doctor miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.

El proyecto más reciente del grupo de investigación es “Prevención y control de neoplasias asociadas a VPH en grupos de alto riesgo de la Ciudad de México: una intervención con dimensión social”, y pretende incidir en la prevención y tratamiento oportuno de lesiones anogenitales producidas por el virus del papiloma humano, a través de la estrategia combinada de vacunación contra el virus y tamizaje primario en cuatro grupos que son considerados vulnerables.

“Vamos a realizar tamizaje y vacunación en hombres que tienen sexo con hombres, porque son de muy alto riesgo posterior a una infección con virus de inmunodeficiencia humana, pero también tienen una elevada morbilidad por verrugas genitales e infecciones persistentes por virus de papiloma humano que eventualmente producen neoplasia intraepitelial y cáncer anal. También vamos a estudiar a mujeres transexuales, mujeres y hombres en situación de calle, no solo en el tema de virus del papiloma humano, también con otras infecciones de transmisión sexual: clamidia, sífilis, gonorrea, hepatitis B y C, entre otras. Pensamos generar evidencia científica para que la vacunación contra VPH sea universal”, explicó.

Innovación en la investigación sobre cáncer cervical y VPH

Actualmente, el grupo de investigación del CISP INSP implementa el estudio Faster Tlalpan, cuyo objetivo es reducir la carga de la enfermedad en cáncer cervical a través de la combinación de herramientas de detección del virus del papiloma humano y otros biomarcadores que se ponen en práctica en mujeres con VPH positivas, para tener mejor certeza de quiénes desarrollarán neoplasia cervical o tienen la enfermedad.

“Es cambiar el paradigma, sabemos que, en el caso de las vacunas, están orientadas a una población predominantemente infantil; para el virus del papiloma humano, están dirigidas a niñas de quinto año de primaria, pero desafortunadamente existen miles de mujeres mexicanas y de otros países con ingresos medios y bajos que sufren de neoplasia cervical, y es a quienes debemos dar una alternativa de detección y prevención”, expresó.

El doctor Eduardo Lazcano, especialista en salud pública, explicó que de incorporarse un sistema de vacunación en mujeres adultas menores de 45 años, así como esquemas alternativos de dos o incluso una dosis de vacuna contra el VPH, se puede reducir la carga de la enfermedad.

El grupo de investigación liderado por el doctor Eduardo Lazcano ha implementado estudios para evaluar la efectividad de las vacunas con esquemas alternativos, por ejemplo, con muestras de orina. “Hoy en día sabemos que las muestras de orina pueden ser utilizadas como una sistema de vigilancia epidemiológica para evaluar la presencia de VPH con una alta certeza”.

En palabras del también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), las innovaciones propuestas por el grupo de investigación del CISP INSP han generado interés en la comunidad científica internacional, por lo que diferentes países están a la expectativa del quehacer científico de la institución mexicana. “Muchos países están muy atentos en las recomendaciones que nosotros generamos, para que ellos puedan incorporarlas a su ámbito regional”, concluyó el investigador del Instituto Nacional de Salud Pública.

Fuente: CONACYT.

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