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Vivienda de interés social en Tijuana: ¿es habitable?

Una vivienda es mucho más que cuatro paredes y un techo. Hay una relación simbólica y práctica entre los individuos y su hogar.

Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una vivienda adecuada debe cumplir con criterios como disponibilidad de servicios, materiales, instalaciones e infraestructura; accesibilidad; ubicación; seguridad de la tenencia; adecuación cultural, y habitabilidad.

Investigadores de la Universidad Autónoma de Coahuila (Uadec) afirman que el cumplimiento del criterio de habitabilidad en una vivienda implica que ofrezca espacios adecuados a sus ocupantes, protegerlos de las inclemencias del clima y otras amenazas para la salud, además de garantizar su seguridad física.

“Elementos como la estructura, los materiales de construcción, la ventilación e iluminación natural, así como el agua potable y el drenaje, el número de personas por cuarto, entre otros aspectos, son determinantes en las condiciones de habitabilidad”, señalan los investigadores de la Uadec en el artículo “¿Cómo es la habitabilidad en viviendas de interés social? Caso de estudio: fraccionamiento Lomas del Bosque y Privadas la Torre en Saltillo, Coahuila”.

En Tijuana, investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) evaluaron conjuntos habitacionales localizados en la periferia de la ciudad y cómo ha influido su ubicación en el bienestar de los residentes.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la doctora María de los Ángeles Zárate López, profesora de tiempo completo de la Escuela de Ciencias de la Ingeniería y Tecnología (Ecitec) de la UABC, mencionó que los conjuntos habitacionales Valle San Pedro, Villa del Campo y Valle de las Palmas fueron analizados como parte del proyecto Conjuntos habitacionales en Tijuana, Baja California: un estudio integral sobre habitabilidad, espacio público y sustentabilidad.

Los conjuntos habitacionales objeto de estudio de investigadores de la UABC, agrupados en el cuerpo académico Desarrollo Urbano y Sustentabilidad, fueron creados en 2003 y 2009, por lo que se consideran desarrollos relativamente recientes.

Zárate López apuntó que la localización y la forma en que fueron construidos han derivado en problemáticas como la carencia de servicios o su mal funcionamiento, entre ellos un deficiente transporte público.

Los problemas detectados aparecen como común denominador en los tres conjuntos y se han transformado en problemas de deterioro urbano y social.

Nuevas políticas públicas

Para evaluar los tres conjuntos habitacionales, los investigadores del cuerpo académico Desarrollo Urbano y Sustentabilidad, arquitectos y urbanistas de formación, realizaron recorridos para hacer un levantamiento de información de las zonas y aplicación de encuestas, en los que participaron estudiantes de arquitectura de la Ecitec.

A través del recorrido, los especialistas en desarrollo urbano observaron aspectos como las condiciones de habitabilidad, los elementos del espacio público y aquellos relacionados con la sustentabilidad de estos conjuntos.

La doctora María de los Ángeles Zárate López explicó que las visitas de campo les dieron claridad sobre la situación que guardan los conjuntos habitacionales respecto a su localización, infraestructura, servicios y equipamientos de uso público.

“Por ejemplo, revisamos las condiciones de las viviendas, si cuentan con equipamientos recreativos, culturales y educativos, si hay elementos que pueden dañar el medio ambiente, las condiciones del acceso y la estructura vial, así como el servicio de transporte con que cuentan estos conjuntos”.

Posteriormente, tuvieron un acercamiento con los residentes de las tres zonas habitacionales, con quienes realizaron entrevistas semiestructuradas, enfocadas en detectar sus carencias y obtener información para el diseño de recomendaciones que mejoren los conjuntos.

“Lo que nos interesa es poder diseñar ciertos lineamientos que puedan formar parte de una política pública, definir ciertos aspectos que puedan mejorar la zona, es decir, qué acciones realizar que sean más favorables para la población”, expuso Zárate López.

Confort en espacios exteriores

Otra etapa del trabajo fue la aplicación de encuestas. Los investigadores plantearon a los habitantes una serie de preguntas orientadas a determinar el nivel de sustentabilidad de los conjuntos habitacionales, específicamente aspectos relacionados con el ahorro de energía y confort en la vivienda.

Los habitantes manifestaron su inconformidad con respecto a sus viviendas anteriores, pues en las actuales aumentaron sus gastos energéticos para lograr mantener los espacios en un nivel aceptable de confort y con ello sus pagos.

El maestro Miguel Isaac Sahagún Valenzuela, profesor de tiempo completo de la UABC y colaborador en el proyecto, comentó que se dará continuidad al proyecto con la medición del confort térmico pero ahora enfocado en los espacios exteriores.

La problemática que se presenta en los conjuntos habitacionales la ejemplificó con el caso de un parque que se encuentra en abandono, sin vegetación ni cuidados, en el que no se registra confort térmico por haber ausencia de sombra y exceso de reflejo solar.

Explicó que para analizar el confort térmico se debe evaluar la temperatura ambiente y humedad, tomando en cuenta la temporada del año. Para esta tarea se utilizarán sensores termopares para medir la temperatura en los diferentes espacios de los conjuntos.

Tijuana, un microcosmos

La evaluación de los conjuntos habitacionales localizados en la periferia de la ciudad de Tijuana culminó con una serie de recomendaciones, principalmente para la adecuación de espacios al aire libre.

Los investigadores trabajaron con alumnos las propuestas de mejoramiento del espacio público en las que se incluyen el diseño de áreas verdes, mejoramiento de instalaciones deportivas y adecuaciones a las viviendas.

No obstante, la doctora María de los Ángeles Zárate López subrayó que resolver los problemas detectados no es un asunto sencillo, ya que las carencias no solamente son de equipamiento sino también en aspectos sociales.

Refirió que este tipo de problemáticas en conjuntos habitacionales integrados por viviendas de interés social ha sido documentado en todo el país y América Latina, ya que el problema no radica solamente en el acceso a la vivienda sino en contar con un inmueble que cumpla con criterios que garanticen el acceso a servicios, empleo, seguridad, protección y bienestar a la población.

“El actual problema de vivienda, tiene que ver con la construcción de vivienda de manera masiva, muy estandarizada. La política pública en las últimas décadas se ha enfocado en el otorgamiento de créditos, más que enfocarse en el producto, la vivienda. Con el afán de abatir el déficit habitacional, se dejó de lado el control de la calidad de la vivienda y el impacto que tiene como un elemento estructurador de la ciudad”.

Concluyó que “una vivienda requiere no solo estar bien diseñada y construida sino que además el entorno en que se ubica es muy importante porque se requieren los servicios de infraestructura básica como agua, drenaje, luz, telefonía y también tener acceso a servicios de educación, servicios y comercio que la población requiere para sus actividades diarias”.

Fuente: CONACYT.

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