El más letal de los chupadores de sangre, el mosquito, transmisor de enfermedades tan graves como el dengue, la malaria o el virus del Nilo, podría dejar de serlo gracias a un programa del Gobierno de Estados Unidos que busca la fabricación de un repelente basado en un gen que habita el cuerpo humano.
Las picaduras de los mosquitos y sus enfermedades, que matan cerca de un millón de personas en todo el mundo cada año, podrían tener sus días contados.
En la lucha continua contra la picadura de estos insectos, el Gobierno de Estados Unidos ha puesto en marcha una ambiciosa iniciativa que destina 15 millones de dólares a la investigación del microbioma de la piel humana y su uso para la fabricación de un repelente natural eficaz y de larga duración.
El repelente, un “engaño” bioquímico
El repelente respondería a un “engaño” químico: la supresión de ciertos olores que secreta de forma natural el microbioma de la piel humana, compuesta por microorganismos, y así impedir que los mosquitos “huelan” a sus víctimas, se posen y las piquen.
Hacernos indetectables para los mosquitos bajo una capa de invisibilidad como la prenda mágica de Harry Potter. Ese es el propósito del denominado ReVector, el programa financiado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de Estados Unidos (DARPA).
La DARPA, dependiente del Departamento de Defensa de EE.UU, ha confiado esta tarea a las compañías de biotecnología y microbilogía Gingko Bioworks y Azitra, la consultora Latham BioPharma Group (LBG) y la Universidad Internacional de Florida (FIU).
El cometido de los investigadores no es otro que “aprovechar el microbioma de la piel, sus diversos microbios, para crear un Producto Bioterapéutico Vivo (LBP)” que “bloquee las señales químicas humanas que atraen a los mosquitos al tiempo que los repele”, señaló un comunicado conjunto divulgado este jueves.
El microbioma de la piel: clave para derrotar a los mosquitos
“El nuevo repelente usa un microbio específico del microbioma para reducir esos olores humanos que son atractivos a los mosquitos y trabaja, a la vez, con químicos de origen botánico que repelen” a estos insectos, precisó hoy a Efe Matthew DeGennaro, del Instituto de Ciencias Biomoleculares de la FIU.
De momento, el equipo de científicos de la FIU se encuentra en la fase experimental que DeGennaro etiquetó como “enmascarar y repeler”, en referencia al desarrollo de pruebas con un “microbio natural y específico de la piel”.
El experto biomolecular de la FIU confía en que esta suerte de “enmascaramiento” bioquímico de los humanos frente a los mosquitos esté listo para su uso en ensayos clínicos antes de cuatro años.
Mientras, su laboratorio tiene por delante un extenso trabajo de campo: los test continuos para lograr que el “microbio específico de la piel enmascare y bloquee” la atracción de los mosquitos hacia los humanos y, a la vez, “mejore nuestra comprensión” de cómo estos insectos detectan a sus víctimas.
Un programa diseñado para proteger la salud del personal militar
Nace este programa federal con el propósito de proteger la salud del personal militar estadounidense desplazado en regiones muy afectadas por enfermedades transmitidas por mosquitos; pero, a la postre, este repelente de nueva generación ofrecerá, de tener éxito, aplicaciones de uso comercial y podrá adquirirlo el público en general, apuntó DeGennaro.
Y es que los insecticidas y productos hoy disponibles en el mercado no brindan una protección eficaz y duradera contra las picaduras de los mosquitos: requieren una aplicación en la piel cada pocas horas y no son prácticos ni fiables.
Una situación que puede cambiar radicalmente con este nuevo repelente, con base química bacteriana, que quiere ser un producto “seguro”, de fácil aplicación en la piel y capaz de “brindar protección contra las picaduras de mosquitos durante un máximo de dos semanas sin necesidad de volver a aplicarlo”.
“Nuestra investigación en colaboración con Azitra, FIU y LBG podría ser transformadora para la próxima generación de medicina viva”, resaltó en un comunicado Jason Kelly, cofundador y director ejecutivo de Ginkgo Bioworks.
Es el poder de la biología aplicada a la mejora de la salud humana, “la capacidad de programar células vivas que forman parte de nuestro microbioma natural” para “mejorar nuestra capacidad de combatir el desafío de las enfermedades” transmitidas por mosquitos, precisó Kelly.
Un proyecto visionario
Para DeGennaro, este es un momento histórico y debemos “aprovechar el conocimiento acumulado durante los últimos ochenta años de investigaciones sobre cómo los mosquitos encuentran a su huéspedes” para “romper el ciclo de enfermedades transmitidas” por estos insectos.
Encontrar una forma eficaz de combatir a los mosquitos es, pues, una prioridad y una urgencia sanitaria. Y este proyecto “visionario” puede ser la respuesta, afirmó Travis Whitfill, director ejecutivo de tecnología avanzada de Azitra.
Estos ingenieros genéticos aúnan ahora esfuerzos con este programa para el logro de un repelente bioterapéutico que, de tener éxito, podría ahorrar enfermedades transmitidas por mosquitos a unas cien millones de personas cada año.
Desentrañar el misterio del microbioma de la piel humana es la clave para el desarrollo de este repelente de uso tópico diseñado para bloquear el sentido del olfato de los mosquitos.
Compuesto por microorganismos y bacterias que brindan protección diaria contra las enfermedades dermatológicas, el microbioma podría convertirse pronto en la trampa para derrotar a este enemigo de zumbido molesto que también transmite un buen número de enfermedades que matan.
Fuente: Agencia ID.
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