Los androides o humanoides parecen componentes de una película o cómic de la ficción. Y aunque la ciencia todavía se encuentre muy lejos de poder desarrollar uno, están recorriendo el camino hacia lograrlo. Científicos japoneses desarrollaron un robot con neuronas artificiales cultivadas de células cerebrales.
Pero no solo se trata que se haya desarrollado un robot con estas características de instalación. Sino que además, funciona a través de la estimulación eléctrica, tal cual funciona el cerebro humano. Los científicos emiten el impulso y este pequeño dispositivo electrónico se pudo mover por un laberinto.
De acuerdo a información que publica el Daily Mail, los expertos que desarrollan este experimento le están enseñando a este robot a “pensar como nosotros”. El aparato esta muy lejos de ser una especie de androide y luce muy obsoleto. Pero marca el inicio de este tipo de tecnologías para desarrollar robots más inteligentes en el futuro.
El experimento que ya probaron estos científicos de la Universidad de Tokio, es por ahora un pequeño vehículo que cabe en la palma de la mano. El aparato se conectó a un cultivo de neuronas cerebrales que son artificiales. Emulan el trabajo que realizan las células nerviosas y fueron diseñadas a partir de células vivas.
Detallan en el portal citado que la idea de los científicos fue simple: solo querían que el vehículo se moviera por medio de un laberinto hasta llegar hacia un objetivo final, que era una caja negra con luces LED.
Cuando se encontró con obstáculos, los logró superar. Y cuando miró o se movió hacia una dirección contraria al objetivo final, las células artificiales se perturbaban y otro pequeño impulso eléctrico lo devolvía a su sendero.
Circuito cerrado
“Desarrollamos un sistema de circuito cerrado para generar una señal coherente a partir de una cultura neuronal viva espontáneamente activa y encarnamos la cultura con un robot vehículo móvil”, escribieron los investigadores en un informe que se publicó en la Applied Physics Letters, escribe Daily Mail.
“El robot podría alcanzar con éxito su objetivo en cuatro campos diferentes”, añadieron. Las neuronas artificiales desarrolladas basándose en células vivas hicieron el trabajo de un “depósito físico”. Esto fue crucial para que el robot pudiera tomar decisiones. Las neuronas no estaban dentro del robot en sí, sino en las cercanías.
Cuando realizaron los diferentes experimentos, el robot recibió señales homeostáticas. Con este tipo de comunicación se “le dijo” efectivamente que todo estaba saliendo bien y que iba progresando en su camino hacia la caja negra con luces LED.
Entonces, cuando aparecían los errores la misma homeostasis se interrumpía con señales que perturbaban a las células artificiales. Por lo tanto, el robot vibraba y se reencausaba aparatosamente.
Fuente: Agencia ID.
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