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México y la Robótica Humanoide como innovación abierta

De unos años a la fecha las empresas tecnológicas (Forbes 500 y otras grandes) recurren a organizar concursos internacionales para así impulsar su crecimiento con innovación abierta: el premio puede llegar a ser menos oneroso que pagar por un desarrollo hecho a la medida, cuyo impacto pueden ser no el esperado si cae en manos de la burocracia propia de dichas empresas grandes.

El mismo Clayton Christensen, quién acuñó el concepto de la innovación disruptiva, ejemplificaba reiteradamente las pocas expectativas que puede tener una empresa consolidada en poder llegar a transformar sus modelos de negocio, una vez acomodada en el mercado.

El éxito, la falta de visión y cierto conformismo es lo que ha llevado a la quiebra a empresas como Kodak, Blockbuster, y en su momento, gran parte de la industria automotriz norteamericana al quedar atrapadas en el denominado “Dilema del Innovador” y negarse a dar pasos importantes en sus modelos de negocio y ser rebasados por empresa nuevas o más pequeñas que abordan los retos de manera más eficiente. La innovación abierta ha permitido incrementar así las capacidades de éxito e incluso, de permitir la creación de nuevas e inimaginables tecnologías.

En el área de robótica la DARPA (Agencia de Defensa de USA) ha hecho célebres retos de los cuales han surgido incluso empresas lideradas por académicos que más allá de la teoría buscan aplicar la ciencia y crear soluciones disruptivas. Desde navegar en el desierto de manera autónoma o abrir una puerta evitando obstáculos, los robots van teniendo cada vez más atracción en el sector industrial que busca desesperadamente automatizar procesos que requieren el desarrollo de tareas que en principio, solo un ser humano entrenado puede llevar a cabo. Y no se diga de retos que implican riesgo a la integridad humana.

De la misma forma en que la conducción autónoma de vehículos se imposibilita por la incorporación de la naturaleza humana en su circundancia, la teleoperación en robótica sigue siendo muy compleja puesto que el desenvolvimiento del robot teleoperado debe responder a las consignas, del humano/operador el cuál portando un exoesqueleto, requiere poder sentir esa telepresencia, e incluso contar con la posibilidad de percibir fuerzas de los contactos remotos.

La competitividad que generó la guerra fría si bien nos llevó a la Luna, también aceleró de manera importante el desarrollo de la robótica industrial para fabricar más vehículos con menos costos, pero también nos permitió concebir soluciones de robótica para poder incursionar en el manejo seguro de materiales radiactivos; de hecho la telerobótica precede históricamente a los robots autónomos, pero los problemas no se han resuelto por completo en ninguno de ambos escenarios.

El ANA Avatar XPRIZE se lanzó en marzo de 2018 y está patrocinado por All Nippon Airways (ANA). La competencia desafía a los equipos a integrar una gama de diversas tecnologías de vanguardia para crear un Sistema Avatar (robot físico) que teletransportará los sentidos, las acciones y la presencia de una persona a una ubicación remota en tiempo real.

El único equipo Mexicano que ha pasado a la final es el liderado por la empresa INBIODROID y su equipo directivo. Entre el Ing. Juan Carlos Díaz el Dr. Ismael Sánchez han liderado un equipo de casi 50 colaboradores, primero para lograr la clasificación a la final en 2021 y ahora preparando para los retos dentro de los nuevos lineamientos. Al día de hoy son ya 20 equipos internacionales que estarán compitiendo por 8 millones de dólares.

Fuente: Agencia ID.

 

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