El empresario de Irapuato, México, Juan Carlos Díaz Garmendía, logró con un equipo de talentosos jóvenes mexicanos lo que parecía imposible, que Prometheus, el único robot mexicano quedara entre los primeros diez ganadores de la competencia de robótica más importante en el mundo, Ana XPrize Avatar, celebrada este mes en Los Ángeles.
Prometheus, el primer robot mexicano creado por la startup Inbiodroid, fundada por Díaz Garmendía, quedó en séptimo lugar.
El Ana XPrize Avatar es una competencia global de cuatro años de duración, centrada en el desarrollo de un Sistema Avatar que transporta los sentidos, las acciones y la presencia de un ser humano a una ubicación remota en tiempo real.
“La selección se hace en base al diseño. En una primera etapa, participaron 77 equipos, de los cuales después de una serie de pruebas y demostraciones, quedamos 38 en febrero de 2021”.
Luego en otra eliminación en Miami, solo quedaron 15. A la competencia final de principios de noviembre de Los Ángeles, solo llegaron 17.
“Después de las pruebas físicas, de seguridad y redes, logramos quedar en séptimo lugar, por encima de países como Corea del Sur”.
Juan Carlos, egresado de la carrera de ingeniería bioquímica con una maestría en educación, dice que siempre le interesó la ciencia, la innovación y la tecnología, pero se enfocó en un inicio de su vida profesional en crear empresas en la construcción, la educación y la acuática.
Su interés por la robótica comenzó cuando conoció al inventor Alejandro Ramos, autor del libro Yo Inventor que lo invitó a asociarse para crear un robot, cuando le comentó que tenía una patente de un robot en Estados Unidos.
“Juntos logramos quedar en primer lugar en la Start Top México segunda generación, lo que significaba que nos dieran asesoría, capacitación y nos ayudan a conseguir inversionistas”.
Sin embargo, cuenta que aunque su socio no logró el prototipo del robot que tenía en diseño, en 2019 le llamó para decirle que se había inscrito en el Ana en XPrize Avatar con el robot humanoide “Prometheus” de Inbiodroid.
“Al principio le dije que no, pero desperté con la inquietud de crear una Start Up para exportar”.
Y así fue como de la nada, un equipo de jóvenes especializados en robótica se pusieron a trabajar en Prometheus.
“Es un robot operado por un ser humano puede hacer las tareas que son más difíciles desde una receta de cocina hasta ir a Marte, y salir afuera de la nave espacial a hacer trabajo. Puede trabajar en cualquier industria donde haya riesgo como la minería, y ser usado en rescates y alivio de desastres”.
Al mismo tiempo, puede permitir al ser humano estar en un lugar sin estar físicamente.
“Te sumerges en tu traje de inmersión, y rentas un avatar por ejemplo en Nueva York donde está tu papá para ir a visitarlo, y aunque no estés puedes sentir su abrazo. Es como si estuvieras tu ahí”.
Precisó que su robot ya tiene sentido del tacto y siente el peso. “Puede servir para tener más contacto a la distancia y hacer turismo sin estar en el lugar. A través de un robot, tu puedes ir a la playa, a las pirámides, y otras”.
El año pasado crearon un segundo robot, Prometheus 2, que fue el robot que llevaron a competir a Los Ángeles.
Y para venir a la competencia, todo se les complicó porque no contaban con dinero para el viaje.
“Llegamos a Los Ángeles de puro milagro. Nos quedamos varados con la camioneta y el robot entre Roma, Texas y Laredo. Don Armando Guadiana nos salvó al prestarnos su avión, pero no teníamos cómo regresar. Don Julio César Luna en Los Ángeles nos prestó su camioneta para regresar con el robot hasta donde se nos quedó varada la camioneta en Texas.
“Luego Don Alberto y doña Rosa nos prestaron una pantalla de televisión que ocupábamos para la demostración. Así que quiero agradecer el espíritu de solidaridad y generosidad de los paisanos tan trabajadores. Es increíble que los paisanos de la grúa que nos ayudaron no nos quisieron cobrar cuando nos quedamos tirados en Texas, y les dijimos que veníamos a concursar con un robot mexicano. Nos ayudaron porque querían que a México le fuera bien”.
La verdad que el final de la competencia los agarró en un momento muy difícil económicamente. “Con deudas que no sé ni cómo voy a pagar”.
De un equipo de 40 personas de Inbiodroid que trabajaron en los robots, pudieron viajar a Los Ángeles, 25.
“A diferencia de los otros competidores que recibieron dinero de sus gobiernos y universidades, nosotros solo conseguimos 2 millones de pesos de la Universidad mexicana Quetzalcóatl, $200,000 del gobierno de Irapuato y $250,000 del gobierno estatal”.
“Con todas esas limitaciones, estuvimos por encima de Corea del Sur que recibieron 25 veces más financiamiento”.
De algo de lo que más se siente muy orgulloso fue de que lograron crear dos robots completos con su propia tecnología.
“Nosotros hicimos todo de la nada, contrario a otros países como Alemania que se compraron los brazos y otras partes”.
El único premio en efectivo que recibieron fueron $100,000 cuando quedaron entre los semifinalistas de Ana XPrize Avatar, ya que solo los tres primeros finalistas, se llevaron los premios millonarios.
“La verdad que logramos una hazaña al quedar en séptimo lugar con poco presupuesto y sin apoyo realmente de las universidades y gobierno”.
Sin embargo, en este momento están en una situación económica precaria en la que necesitan de donativos, contribuciones y alianzas con centros universitarios y empresas para seguir con el robot Prometheus, o crear un nuevo producto.
Los interesados en donar, contribuir o algún tipo de asociación, pueden donar desde 100 pesos mexicanos a través de Kickstarter y ser padrinos de Prometheus. Visita el sitio: Kickstarter.com
“No quiero quedarme sin ninguno de los jóvenes que participaron en la creación de los robots Prometheus porque son muy buenos. No los quiero perder, por eso necesitamos apoyo económico”.
Y agrega que toda la experiencia con Prometheus, el robot avatar mexicano que llegó a los primeros 10 a nivel mundial en la competencia Ana Avatar XPRIZE ha sido un esfuerzo para traer la alta tecnología a Irapuato y generar mejores salarios.
Pero también quería demostrar que “si tenemos un sueño, podemos lograrlo”.
Fuente: Agencia ID.
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