El mural de la Biblioteca Central de la UNAM

La Biblioteca Central de la UNAM se culminó en 1952, y desde entonces ha sido parte fundamental del entorno universitario; resguarda un acervo importante para el país y es un símbolo del campus central, que desde el año 2007 es Patrimonio Mundial de la Humanidad por UNESCO.

En diciembre de 1945 el Congreso de la Unión aprobó la construcción de un nuevo campus para la Universidad Nacional Autónoma de México, que hasta ese momento tenía como sede al Barrio Universitario en el Centro Histórico de la ciudad. El proyecto contempló la creación de un conjunto arquitectónico de grandes dimensiones, que se ubicaría en el pedregal de San Ángel e implicaría el traslado de las escuelas y facultades hacia el sur de la ciudad. Al paso de los años éste fue cobrando forma gracias a las gestiones de las autoridades universitarias, apoyadas con financiamiento estatal y en colaboración con académicos de la Facultad de Arquitectura, que realizaron una convocatoria abierta para recibir ideas sobre modelos de construcción del nuevo campus.

El proyecto arquitectónico que resultó ganador fue el de Mario Pani y Enrique del Moral, a quienes se les encomendó la creación del modelo final. También el arquitecto Mauricio M. Campos se integró al equipo y después de un arduo trabajo cobró forma Ciudad Universitaria, la cual comenzó a construirse en 1948. Al año siguiente Carlos Lazo, quien fue el supervisor de las obras, llamó a Juan O’Gorman para colaborar con el proyecto de la Biblioteca Central, que era un espacio muy importante del conjunto arquitectónico.

O’Gorman propuso un modelo arquitectónico muy innovador, que sería recubierto con un enorme mural realizado con piedras de colores a manera de mosaico. En su testimonio sobre la planeación del mural, O’Gorman expresó el enorme entusiasmo ante una de las obras centrales del proyecto arquitectónico: la biblioteca sería la representación del conocimiento, resguardaría cerca de un millón de libros y se erigiría imponente como parte central de la zona escolar del campus. En dos días O’Gorman planteó los primeros bocetos del mural y se embarcó en un proceso de búsqueda de las piedras de colores que servirían como la materia prima del mosaico. Los arquitectos Juan Martínez de Velasco y Gustavo Saavedra también se integraron al equipo y culminaron la obra que fue titulada “Integración plástica”, en alusión a la conjunción de pintura, arquitectura y escultura presente en la obra.

El mural integró armoniosamente diversos elementos históricos, filosóficos y universitarios. La parte norte del mural, en la que se incluye la fuente de Tláloc esculpida en piedra volcánica, es una representación del pasado mesoamericano. Está presente la fundación de Tenochtitlán con la el hallazgo del águila que devora una serpiente. A su alrededor se aprecian elementos estilísticos prehispánicos: deidades, animales y personajes que emulan la estética de los códices.

El muro sur alude a la época colonial con elementos del pensamiento hispano que se colocaron alrededor de dos concepciones del mundo: la geocéntrica, en la que el Sol gira alrededor de la Tierra y la heliocéntrica, en la que el centro es el Sol. Hay un templo católico en la parte inferior y en la cúspide, el escudo de la Universidad. Los muros laterales tienen una representación del mundo contemporáneo con el periodo revolucionario como la base. Además se encuentran alegorías acerca de la importancia de la Universidad y del conocimiento en el devenir del país.

La Biblioteca Central de la UNAM se culminó en 1952, y desde entonces ha sido parte fundamental del entorno universitario; resguarda un acervo importante para el país y es un símbolo del campus central, que desde el año 2007 es Patrimonio Mundial de la Humanidad por UNESCO.

Por: WikiMéxico.