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Estudiante jalisciense desarrolla pruebas de detección de VIH

Estudiantes de la Universidad de California en San Diego (UCSD) trabajan en la creación de una prueba de diagnóstico de bajo costo para detectar el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

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Este método tendría un costo aproximado de 80 pesos en el mercado farmacéutico nacional y estaría listo en una etapa de prototipo este mismo año. El equipo liderado por el maestro Jahir Mauricio Gutiérrez Bugarín busca que este dispositivo tenga impacto positivo en el sector salud del país y ayude en la detección oportuna de VIH, principalmente entre personas de escasos recursos económicos.

En el marco del Primer Foro Internacional de Talento Mexicano Innovation Match MX 2016, Gutiérrez Bugarín compartió en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt los alcances del proyecto.

“Lo que estamos haciendo es un sistema de biología sintética para detectar la presencia de un ácido ribonucleico (ARN) del virus del VIH. Ese sistema lo embebemos en un trozo de papel que tiene un lisado de Escherichia coli y eso se puede mezclar con un poco de agua y ARN del VIH, provocando que el color del papel cambie de amarillo a púrpura”, sostuvo.

Aunque en México tales pruebas no existen, en el mercado estadounidense ya se utilizan dos pruebas del tipo positivo-negativo para la detección del VIH —Alere Determine HIV Combo y OraQuick—, ambas aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, el costo de estos productos oscilan entre 40 y 190 dólares cada una, lo cual las hace de difícil acceso para un segmento importante de la población, compartió el también estudiante de doctorado en bioingeniería.

Experimento

El equipo de jóvenes investigadores diseñó un programa para testar la prueba de diagnóstico de bajo costo en una zona de Tijuana, Baja California, llamada El Bordo.

“La prueba está enfocada en personas de la comunidad de El Bordo, donde hay un grave problema de salud. Personas que han sido deportadas y viven en las calles, utilizan drogas con jeringas contaminadas y tienen relaciones sexuales entre las mismas personas de la comunidad. Es tres veces más probable infectarse de VIH en Tijuana que en otra parte de México”, indicó Gutiérrez Bugarín.

Se logró bajar los costos de la prueba gracias a que se modificó el volumen de los reactivos. La prueba se compone de un sistema de papel filtro de un diámetro de dos milímetros, que para su activación necesita de apenas dos microlitros del suero del paciente.

Cada gradilla tendría un costo aproximado de cinco dólares, y en ella se pueden realizar 25 reacciones a la vez, es decir, se podría diagnosticar a 25 personas con un costo alrededor de 20 centavos de dólar por cada una. La prueba está diseñada para que sea aplicada por una enfermera o un médico, no para uso casero o autónomo.

“Queremos ayudar a los pacientes, pero la idea no es que la utilicen en casa sino para que las enfermeras y doctores que van a El Bordo puedan adquirir un sistema de muy bajo costo que les permita incrementar el número de pruebas que hacen por semana”, señaló el investigador jalisciense.

El proyecto

Este proyecto al momento funciona con fondos propios y en él colaboran cuatro estudiantes de licenciatura de la Universidad de California en San Diego y es asesorado por el doctor José Utrilla Carreri del Centro de Ciencias Genómicas (CCG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en Cuernavaca, Morelos.

Uno de los problemas del VIH es que la secuencia genómica es cambiante con el tiempo; sin embargo, la longitud de la secuencia a reconocer bajo este circuito genético puede ser desde los seis nucleótidos hasta los 36, explicó durante su ponencia Gutiérrez Bugarín.

Abundó al respecto que los genes Gag y Pol se conservan siempre dentro de la estructura del ARN y son los que expresan proteínas para la célula del VIH, por lo que son utilizados como detonadores de la prueba.

Además, mediante un análisis computacional de alineamiento se tomaron 350 secuencias de la base de datos del Centro Nacional para la Información Biotecnológica (NCBI, por sus siglas en inglés), donde se analizaron secuencias del VIH detectadas en pacientes de todo el mundo, lo que vuelve la prueba efectiva sin importar la cepa de donde provenga el virus.

Los retos

Actualmente, el principal inconveniente de la prueba es el tiempo de incubación que requiere, ya que toma de cuatro a seis horas poder determinar la presencia del VIH, misma que se hace patente a partir del cambio de color del papel.

Sin embargo, Gutiérrez Bugarín se mostró optimista al señalar que hay un laboratorio que recientemente ha logrado la detección de dos cepas del virus del ébola en tan solo 20 minutos, por lo que se plantea establecer contacto para realizar un intercambio de información que abone a mejorar los tiempos de la prueba.

Otro de los obstáculos es la falta de recursos, reconoció el también egresado de la Universidad de Guadalajara. “Hemos tenido problemas porque somos independientes. Estamos participando en concursos para conseguir fondos o buscando empresas para encontrar patrocinio, los recursos son limitados, así como el tiempo también lo es, todos tenemos clases y otras investigaciones que desarrollar”.

El éxito del circuito genético es tal que en un futuro se aplicará en la detección de otras enfermedades como la artritis reumatoide. Jahir Gutiérrez Bugarín sostuvo que esto es posible si en vez de detectar ARN, se detectan proteínas.

Fuente: CONACYT.

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