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Submarino veracruzano concursará en la NASA

Cuatro jóvenes veracruzanos representarán a México en el concurso Marine Advanced Technology Education (MATE), de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), donde presentarán un prototipo submarino que ellos mismos crearon, convirtiéndose en los únicos mexicanos en participar en la categoría submarina.

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Los estudiantes de octavo semestre de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Veracruzana, en compañía de los catedráticos que los guiaron y apoyaron en la realización de este proyecto, concedieron una entrevista a la Agencia Informativa Conacyt para hablar de la experiencia que han vivido a lo largo de este proceso, el cual se verá consumado el día 23 de junio de 2016, fecha en la cual exhibirán el ROV sumergible que han construido en el laboratorio del Centro Espacial Lyndon B. Johnson de la NASA, en Houston, Texas.

Una idea ambiciosa

Fue en el 2015 cuando este proyecto comenzó a desarrollarse, a partir de un trabajo de tesis que emprendió Adán Manolo Flores Gelis, estudiante de octavo semestre de ingeniería mecánica, quien después de haber visualizado videos sobre robots submarinos, se propuso terminantemente construir uno. “Ya tenía conocimiento de la existencia de estos vehículos, dado que antes de ingresar a la Facultad de Ingeniería cursé la carrera de buceo industrial, en el Instituto Tecnológico de Boca del Río. Siempre tuve un particular interés en ellos, cuando llegó el momento de elaborar mi tesis de titulación tuve la idea de crear uno; me puse a buscar información que diera las bases para hacerlo, así como el asesoramiento de uno de mis maestros”.

El joven contó con la guía del maestro en ingeniería electrónica Álvaro Vega de la Garza, profesor de la Universidad Veracruzana, quien desde el inicio ha representado uno de los principales apoyos detrás de este ambicioso trabajo. “Conocí a Adán siendo mi alumno dentro de las clases, me percaté de su particular interés en los circuitos eléctricos integrados a mecanismos de buceo. Cuando llegó a mí con este plan en mente, no dudé en orientarlo, dado que siempre en el aula le digo a mis estudiantes que deben buscar destacar y direccionarse hacia proyectos innovadores”.

El vehículo operado a control remoto, al cual se le pueden adaptar brazos mecánicos o distintos accesorios para cubrir diferentes necesidades, además de que cuenta con la característica de poder sumergirse a más de 100 metros de profundidad, necesitó más de un año para su construcción y perfeccionamiento, dada la complejidad de este, razón por la cual dicho proyecto se fue convirtiendo en un trabajo en equipo.

El primero en unirse a la elaboración de este artefacto fue Ángel Alberto Hernández González, estudiante de octavo semestre de ingeniería mecánica, quien recibió la invitación de su compañero de carrera Adán Flores para formar parte del equipo que representará a México en el Marine Advanced Technology Education 2016.

“Desde que Adán me hizo la invitación para colaborar en su trabajo de tesis, me sentí sumamente atraído ante la idea de construir un prototipo de esta clase, representó todo un reto a nuestras capacidades y habilidades como futuros ingenieros. El plan puede sonar sencillo, pero realmente no lo es, requirió de horas de investigación, esfuerzo, dedicación y, por supuesto, una entera convicción de lo que estábamos haciendo”, aseguró Ángel Hernández.

Joel Arciniega Barrón y Luis Gamboa Mendoza fueron los siguientes en anexarse al equipo, ambos estudiantes de octavo semestre de las carreras de ingeniería eléctrica y mecatrónica, respectivamente, además del doctor en mecatrónica Rogelio de Jesús Portillo Vélez, profesor de la casa de estudios veracruzana, quien jugó un papel fundamental como guía en la programación e integración de los dispositivos que conforman este vehículo submarino.

“Conocí este proyecto a través del profesor Rogelio, su cubículo es contiguo al del maestro Álvaro Vega, observar a mis compañeros laborar con entusiasmo en su prototipo fue la principal motivación para unirme a ellos. Pensé que mis conocimientos también podrían ser útiles, además de que la construcción de artefactos submarinos no es nueva para mí, hace algún tiempo tuve el deseo de construir uno, pero por falta de recursos no pude hacerlo”, explicó Luis Gamboa Mendoza.

Por su parte, Joel Arciniega, quien colaboró en la etapa de programación y prueba del ROV, dijo que ser parte de este ambicioso proyecto representa un reto para su formación profesional y aseguró que este artefacto submarino podría incorporarse a la industria mexicana, siendo usado como vehículo de inspección en talleres navales, en plataformas petroleras y en actividades de la rama de la oceanografía.

Hacia la NASA

Una vez concluidas las fases de diseño, construcción y prueba del primer ROV, que se elaboró para la presentación del trabajo de tesis, los estudiantes veracruzanos decidieron llevar su proyecto a un nivel más alto, presentarlo en un escenario internacional, compitiendo con estudiantes de otros países, tanto del continente americano como de Europa y Asia.

“Cuando comencé esto, jamás imaginé que llegaríamos a presentar nuestro ROV en una competencia de la NASA. No tenía la menor idea que existían concursos de esta categoría, donde nuestro proyecto fuera apto para participar”, comentó Adán Flores.

La película Spare Parts, la cual está basada en la historia real de cuatro estudiantes mexicanos, migrantes ilegales, que ganaron una competencia de robótica de la NASA, fue la que sirvió de inspiración para estos jóvenes veracruzanos que, al igual que ellos, desean ver recompensado su esfuerzo este 23 de junio.

“Después de ver la película, me dije: ¿Por qué no intentarlo nosotros? Así que hice todo lo posible por comunicarme con uno de estos chicos, fue Lorenzo Santillán el que me respondió y me brindó todo el asesoramiento que necesitaba, incluso me hizo llegar la convocatoria del concurso, así como los datos de la empresa americana, donde hemos comprado gran parte de las piezas y materiales para la construcción del vehículo submarino, ya que en México no hallábamos lo que necesitábamos”, explicó Adán.

Dado el compromiso y potencial que demostraron los alumnos del octavo semestre de ingeniería de la Universidad Veracruzana, los profesores que habían acompañado y guiado a los muchachos durante el desarrollo de su prototipo, apostaron por esta iniciativa, aportando el dinero que se requería para la inscripción de esta competencia, además de organizar recaudaciones que permitieran obtener el recurso para adquirir los materiales que se necesitaban para mejorar este artefacto. “Hicimos rifas, hubo donaciones, en realidad, toda la comunidad escolar y de docentes colaboró para lograr que este proyecto pudiera concretarse”, aseguró el maestro en ingeniería eléctrica Álvaro Vega de la Garza.

Posterior a esto, a través de la Universidad Veracruzana se llevó a cabo una vinculación con la empresa Talleres Navales del Golfo (TNG), a quien se vendió el prototipo ROV, para obtener el recurso que les permitiera costear los gastos de traslados, así como demás viáticos que se requieran para asistir a la competencia, que se llevará a cabo en Houston, Texas. “A través del Fondo de Empresas de la Universidad Veracruzana, fue que se logró esta transacción, con la cual, además de cubrir gastos de hospedaje y alimentación, se pudo comprar el material para perfeccionar y armar un nuevo ROV, el cual será presentado en la NASA y después entregado a TNG”, mencionó el profesor Álvaro Vega.

¿Para qué sirve este ROV?

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Mecatrónica, un vehículo operado a distancia (ROV, por Remote Operated Vehicle) constituye una herramienta útil y poderosa que facilita el estudio de variables marinas, los cuales son manejados a través de señales de radio, con un control remoto o mediante un cable que conecta el artefacto con el operador.

El prototipo que los estudiantes veracruzanos construyeron puede sumergirse a más de 100 metros, cuenta con múltiples funciones, entre esas el monitoreo de aguas marinas para actividades oceanográficas. De igual manera, puede ser adaptado como herramienta de reparación en buques o plataformas petroleras; además resulta útil en tareas de recolección y muestra de especies marinas.

Fuente: CONACYT.

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