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Iniciativa Yucatán, intercambios científicos internacionales

Yucatán y Texas comparten una historia similar. No solo buscaron su independencia frente a sus respectivos países en algún momento de la historia sino que, hace algunos millones de años, estuvieron unidos en un mismo bloque geológico.

En la actualidad, Texas tiene una formación cárstica en la zona centro-sur muy parecida a la plataforma continental de la península de Yucatán, por lo que comparten algunas de sus problemáticas regionales más importantes, como la administración del agua, los acuíferos, las costas y el embate de los huracanes, además de aspectos sociales como la obesidad, donde ambos estados comparten los primeros lugares, tanto en México como en Estados Unidos.

En este contexto surge la Iniciativa Yucatán, un proyecto de colaboración académica, científica y tecnológica entre la Universidad de Texas A&M (TAMU, por sus siglas en inglés) y el Sistema de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico del Estado de Yucatán (Siidetey) en tres ejes fundamentales: investigación, enseñanza y servicios.

“La hipótesis es que la definición de proyectos de investigación en la resolución de problemas comunes regionales va a generar un impulso en desarrollo de proyectos de enseñanza y en desarrollo de proyectos de servicio”, indicó Zenon Medina Cetina, profesor investigador de la Universidad de Texas A&M.

Desarrollo de la iniciativa

Zenon Medina nació en Yucatán. Tras realizar una estancia posdoctoral en el Instituto Noruego de Geotecnia en Oslo, fue reclutado como profesor en la Universidad de Texas A&M. “Desde que llegué a Texas A&M me pidieron que representara a mi college, mi facultad, tenemos 14 departamentos de ingenierías en nuestra especie de pequeña embajada que tiene Texas A&M en México. Eso hizo que estableciera relaciones a nombre de mi facultad en México con diferentes instituciones”, describió.

Con el interés de buscar un acercamiento mayor entre Texas A&M y México, inició un proyecto de investigación de tres años de duración sobre análisis de riesgo y perforaciones de pozos en yacimientos de Shell Gas en conjunto con la empresa Grupo Plenum, localizada en Yucatán.

Víctor Gutiérrez, presidente de Grupo Plenum, se encargó de presentar a Zenon Medina Cetina con los representantes del gobierno de Yucatán y diversas instituciones científicas, entre los que encontró a colegas y amistades que conoció tiempo antes mientras vivió en Yucatán.

“Nos dimos a la tarea de generar un concepto, en particular con el doctor Raúl Godoy y con el ingeniero Ricardo Bello, para establecer un proyecto que vinculara los estados de Texas y de Yucatán”, apuntó.

Ingeniería, agricultura y geociencias, áreas de desarrollo

Durante los primeros cinco años se han llevado a cabo dos de las tres fases del proyecto, enfocadas en el desarrollo de proyectos y áreas de investigaciones comunes a través del intercambio de más de 100 profesores de TAMU y el Siidetey. Además, se han generado docenas de proyectos que han obtenido el financiamiento de los Fondos Semilla de la Universidad de Texas A&M y la Secretaría de Investigación, Innovación y Educación Superior (SIIES) a través del Siidetey.

De acuerdo con Zenon Medina, la primera fase se orientó al área de ingeniería y se definieron seis áreas estratégicas en torno a acuíferos, generación de energías de bajo costo, logística, sistemas de alerta temprana, dinámica de costos y enseñanza en ingeniería.

“Esos proyectos se han definido a través de un mecanismo muy simple donde elaboramos dos talleres, uno en Mérida y uno en homestation, donde armamos grupos de profesores con áreas de interés común. Se reúnen, definen sus prioridades y después, tanto el gobierno de Yucatán a través de la SIIES como Texas A&M a través de la Facultad de Ingeniería, ponen en la mesa los fondos, cerca de 100 mil dólares para cada uno de estos proyectos”.

En la segunda fase, el interés principal fue la agricultura, donde se generaron seis proyectos enfocados en la evaluación de cultivo del chile habanero, administración de cenotes para ecoturismo, producción animal, ingenierías renovables y genética de microorganismos en el golfo de México.

La tercera etapa, centrada en las geociencias, se lanzará en septiembre de 2018 e incluirá áreas de investigación en cambio climático, dinámica de costas, ciclos del agua, modelación atmosférica, mediciones atmosféricas, oceanográficas, geológicas, el cráter de Chicxulub y fuentes de hidrocarburos del golfo de México. “Vamos a incluir un tema especial que es el desarrollo de regiones energéticas, buscando explorar intereses comunes en energías no renovables y basadas en hidrocarburos”, resaltó Zenon Medina Cetina.

De acuerdo con el investigador, Yucatán se está abriendo a un mercado de energía internacional, con un particular interés en el crecimiento de la industria energética y tomando como referencia la administración de Houston, capital mundial de la energía.

Proyecto Canietti, impulso al posgrado internacional

Uno de los resultados más exitosos de la colaboración internacional es el proyecto Canietti, financiado por la Cámara Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canietti) y coordinado por la Facultad de Ingeniería de TAMU, mediante el que más de 135 estudiantes mexicanos han realizado estancias académicas en la universidad norteamericana.

“El programa que consistía en 10 semanas en Texas A&M durante el verano, donde la mitad del día los estudiantes estudiaban cursos de inglés y se preparaban para pasar sus exámenes de requisito de ingreso al posgrado en Estados Unidos, son el TOEFL y el GIERI, y el resto del día trabajaban en un laboratorio de profesores de Texas A&M”, indicó Zenon Medina.

El proyecto se realizó durante tres años y, como resultado, alrededor de 40 estudiantes han aplicado a exámenes de posgrado fuera de México. Alrededor de 25 fueron admitidos en la Universidad de Texas A&M, entre los que se han graduado cinco de maestría y uno de doctorado.

“Si vemos cualquier métrica de fomento de admisión al posgrado, estamos 300 o 400 por ciento arriba de cualquier programa que haya financiado incentivar estudiantes mexicanos de posgrado y que hayan sido aceptados a través de un programa como este”, expresó el investigador.

Fuente: CONACYT.

 

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