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El Sol afectaría las telecomunicaciones

Las imágenes presentadas sobre el monitoreo solar semejan una colisión de líquido naranja como si se tratara de oleaje marítimo. Son gases incandescentes que muestran una explosión solar, la más reciente, registrada el pasado domingo.

“Estos fenómenos ocurren constantemente en el sol; emiten una gran cantidad de luz, de emisión electromagnética, en muchas longitudes de onda, es decir, pueden ser rayos X, ultravioleta, infrarrojos, y/o nubes de partículas que se llaman eyecciones de masa coronal”, explicó Alejandro Lara, del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

El experto universitario en Física Solar, señaló que puede considerarse el más potente del presente ciclo, pero no de los más emblemáticos en la historia.

Una nube de partículas y campo magnético, conocida como Eyección de masa coronal, salió del Sol el pasado 22 de enero, a una velocidad de dos mil kilómetros por segundo.

Una nube de partículas y campo magnético, conocida como Eyección de masa coronal, salió del Sol el pasado 22 de enero, a una velocidad de dos mil kilómetros por segundo.

Afectaciones a la tecnología

El investigador del IGf, apuntó que aún si la explosión se suscitó recientemente, no puede determinarse la hora exacta en que llegarán sus efectos a la Tierra, porque el margen de error es de hasta 12 horas.

“La explosión fue relativamente grande y está acompañada de una eyección, que salió del sol a dos mil kilómetros por segundo, y los efectos no los sabremos hasta que se encuentre muy cerca de la Tierra”.

Lara añadió que ocasionalmente afectan sistemas tecnológicos como las comunicaciones y las líneas de transmisión de electricidad. Sin embargo, por la configuración del campo magnético México no se encuentra tan expuesto a estas perturbaciones por su cercanía al ecuador, en contraste con las zonas cercanas a los polos.

“Pueden desplazar satélites y, con ello, las antenas receptoras no los “encuentran” por lo que se dificultan las señales, hasta que el aparato es reposicionado. Cualquier servicio que utilice comunicación por dicha vía, como telefonía, televisión de paga e incluso Internet, sufrirían interrupciones por algunos minutos”, alertó.

Asimismo, el académico universitario, explicó que la atmósfera actúa como escudo ante la radiación que sale de las explosiones.

“Emiten demasiada radiación X, ultravioleta, hasta gama, pero ésta se queda atrapada en la atmósfera alta; modifica la ionosfera, cambia sus características y así, ya no es tan fácil, ni el egreso o ingreso de señales electromagnéticas”, indicó.

Monitoreo solar

El Instituto de Geofísica de la UNAM es la única institución en el país que cuenta con radiotelescopios solares, que monitorean la actividad del máximo astro.

“La actividad es cíclica. Cada 11 años presenta un máximo de movimiento y en este momento llegamos a ese nivel. Esperamos que vaya en aumento en ritmo e intensidad”, consideró Lara.

Estos fenómenos se estudian desde hace más de 50 años; han mejorado los instrumentos con que los se observan, “antes sólo los podíamos observar desde la Tierra con aparatos al piso, y ahora, desde satélites con telescopios que tienen mejor resolución”.

“El actual ciclo es un poco anómalo, porque el periodo mínimo de movimiento se extendió demasiado; transcurrieron varios años sin este último; nos preocupaba, aunque ahora la actividad crece.
Fuente: Prensa UNAM

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