En esta ocasión escribiré sobre un motor antiguo que muchos pensamos que Mazda sacaría del mercado, pero nos llevamos una sorpresa al verlo de vuelta.
Comencemos desde una breve reseña de la historia del motor rotativo.
La historia del motor rotativo se remonta a 1924, cuando el alemán Felix Wankel comenzó a trabajar en la idea de un motor en el que los pistones eran sustituidos por un rotor; recibiendo el apoyo de las autoridades nazis en la década de los 30.
Sin embargo, el estallido de la II Guerra Mundial y la posterior derrota del III Reich (3er Imperio), paralizaron los trabajos; mismos que se reanudaron por Wankel y el fabricante de motocicletas NSU tras el fin del conflicto en la hoy extinta República Democrática Alemana.
Tras examinar un elemento, Mazda creó un grupo técnico de estudio que inició el desarrollo de su propia versión del motor Wankel. La primera unidad fue completada en noviembre de 1961. Pero ésta presentaba el mismo problema que el NSU: las vibraciones del rotor dañaban las paredes de la cámara de combustión.
El equipo de ingenieros, dirigido por Kenichi Yamamoto encaró este problema, así como la ineficacia de los segmentos de los vértices del rotor, que aumentaban los daños a las paredes de la cámara de combustión y disparaban el consumo de aceite. Por eso, para el año de 1963, Mazda había logrado solventar estos males.
Pero como todo el motor siguió presentando algunas fallas, entre las principales fallas se encuentran:
• Es difícil mas no imposible cumplir con las medidas del medio ambiente debido a que trabaja como un motor de 2 tiempos consumiendo aire, combustible y aceite.
• En el motor los tiempos del ciclo ocurren siempre en el mismo sitio del estator; la admisión y compresión que pueden ser consideradas fases frías ocurren en la parte superior, mientras que la explosión y el escape, que son fases calientes, ocurren en la parte inferior. Esto implica que un lado del motor alcance temperaturas de 150 ºC y al otro supere los 1000 ºC, lo que provoca problemas de refrigeración por un desequilibrio térmico.
Hace poco tiempo se hablaba de la posible extinción del motor principalmente por el problema de estanqueidad y de bujías que presentan estos motores, además de las emisiones altas.
Pero esto parece que fue un hasta luego más que un adiós, no veremos un motor Wankel como forma principal de propulsión, sino como un motor-generador para aumentar la autonomía de modelos eléctricos. El motor rotativo es muy ineficiente si las revoluciones son variables, por lo tanto lo ideal es que se mantenga a revoluciones constantes.
Mazda pretende utilizar los motores Wankel funcionando a revoluciones constantes, 2.000 rpm para precisar donde se encuentra el punto máximo de eficiencia del motor. Con esto se contienen las emisiones del motor y se puede continuar utilizándolo.
Así, nos queda claro que el viejo motor no ha muerto, sólo pasará de ser principal a complementario.
Por Amir Benítez del CTIN
@amirbfj
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