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¿Cómo funcionan las prótesis en los atletas paralímpicos?

En los Juegos Paralímpicos de Sidney 2000, Rubén Fuentes Ramírez, competidor en salto de longitud T42 (amputación de pierna arriba de la rodilla) realizaba su calentamiento previo a su competencia, cuando se rompió el amortiguador de su rodilla mecánica, y solo pudo obtener  el sexto lugar en la justa.

Tras 13 años de esa competencia, Rubén o “Morris”, como le llaman sus compañeros del Centro Paralímpico Mexicano, además de ser un experimentado atleta (dos Paralimpiadas y seis Parapanamericanos) se ha licenciado en Órtesis y Prótesis, por lo que a su entrenamiento de alto rendimiento se suma la actividad de fabricar, vender y arreglar prótesis para deportistas amputados.

Graduado por el Instituto Nacional de Rehabilitación en la licenciatura de Órtesis y Prótesis, el atleta mexicano señala que el papel de los protesistas es más importante de lo que parece, ya que una mala prótesis puede provocar un intenso dolor o en el peor de los casos que sangre el muñón. Esta situación a la larga provoca que quién la usa entre en desesperación por no poder caminar. Esto le pasó a Rubén con la “pinocho” (prótesis de madera), pero su situación cambió cuando usó las prótesis de fibra de carbono y vio que podía correr sin dolor alguno.

Rubén Fuentes no siempre fue un atleta de alto rendimiento, cuando recién ocurrió el accidente que le causó la amputación de su pierna derecha (de arriba de la rodilla) empezó a usar “la pinocho” (como le llaman los atletas paralímpicos), pero era defectuosa y le provocó llagas, sangrado y obviamente mucho dolor.

Por ello, la importancia de tener una prótesis adecuada a cada caso. Estos instrumentos se componen del socket (parte donde se introduce el muñón) ésta puede ser de madera, o en caso de las deportivas, de resina acrílica, material que las hace más blandas y cómodas. Si la prótesis es para arriba de la rodilla debe llevar rodilla hidráulica, adaptadores, amortiguadores. Únicamente el pie de la prótesis de fibra carbono cuesta entre 40 mil y 50 mil pesos, sin embargo, la prótesis completa cuesta alrededor de 110 mil pesos, dependiendo de la rodilla, el pie, los adaptadores y el socket, también se les agrega unos picos para la suela, diseñados para el uso en la pista de tartán.

El propósito de las prótesis de fibra de carbono es imitar la acción de la articulación anatómica del pie/tobillo de los corredores y ayudar a compensar la fisiología limitada del usuario. Cuando se está corriendo, la curva “J” de la prótesis se comprime en el impacto, almacenando energía y absorbiendo niveles de estrés que de otro modo serían absorbidos por el tobillo, rodilla, cadera y parte baja de la espalda. Al final de la fase, la “curva J” vuelve a su forma original, liberando la energía almacenada y propulsando al atleta hacia adelante.

Aquellas  con curva de “J” se usan para pruebas de velocidad (100 hasta 400 metros) para distancia (más de 800 metros) se utiliza el que tiene forma de “C” y finalmente para “caminar” o uso cotidiano está el que simula un pie humano.

Varía mucho el desempeño físico dependiendo del nivel de amputación. Su compañero Josué Benítez (doble medallista de plata en Parapanamericanos de Guadalajara 2011) corre más rápido, la razón es que él tiene el cuádriceps completo, la articulación de la rodilla y el peroné a diferencia de los de arriba de rodilla que sólo tienen la mitad del muslo. Esto se refleja a la hora de correr, mientras él hace 11 segundos en 100 metros, Rubén hace 15 segundos, lo que son como 30 metros de diferencia.

Por Agencia ID.

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