Cuando los graduados de ingeniería no saben en qué mundo viven

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¿Alguna vez, durante tu vida como estudiante, te preguntaste para qué te servirían las materias que no son de ingeniería? Es decir, ética, filosofía, Historia, etc. Y es que a veces es difícil encontrar la relación entre saber cuáles son los filósofos más importantes de la historia, y los problemas de ingeniería a los que te enfrentas en tu trabajo; pero aún, en la mayoría de los casos, en realidad solo se trata de “pasar la materia” para cubrir el crédito correspondiente.

Sin embargo, también es importante preguntarse entonces cuáles sí son materias de ingeniería. De acuerdo a un estudio realizado por IEEE Spectrum, los ingenieros graduados se preocupan todavía menos por las problemáticas sociales que cuando comenzaron su carrera, y es que muchas materias propias del área no tocan en ningún momento problemas morales o éticos en el ejercicio de la ingeniería, o las clases de ética se dan aparte y solo son requisito para graduarse.

Algunos profesionales en la educación en todo el mundo opinan que ese es precisamente uno de los principales problemas: separar las clases de ingeniería de las que no lo son, e incluso excluirlas de los problemas “reales” que se plantean en las clases técnicas. Por ello, integrar dilemas sociales a las materias y problemas de ingeniería podría representar un gran avance en los planes de estudio y en la formación de una nueva generación de ingenieros preocupados por su entorno.

El estudio que realizó IEEE Spectrum consistió en encuestar a cuatro tipos de estudiantes: una escuela técnica, una universidad pública, una escuela exclusivamente de ingeniería y una escuela liberal para mujeres; sorprendentemente, la diferencia que se encontró en entre el pensamiento de sus graduados fue casi nula. Las estudiantes de la escuela para mujeres mostraron una mayor preocupación por la sociedad, y la escuela con menor preocupación fue la técnica; sin embargo, ningún sector estuvo muy en contacto con la realidad. Resulta que muchos expresan preferencias hacia empleos o proyectos más “glamorosos” y menos enfocados a, por ejemplo, solucionar problemas del tercer mundo.

Efectivamente, no es tarea de una escuela enseñar a sus estudiantes a preocuparse por la sociedad, pero sí es de vital importancia que integren en sus planes de estudios distintos acercamientos a la manera en que la ingeniería impacta en la sociedad. Debe de eliminarse la creencia de que el objetivo de la ingeniería es crear un aparato súper sofisticado de última generación, cuando en realidad es el de resolver problemas humanos con la ayuda de la tecnología. Y eso es algo de lo que los jóvenes cada vez se están desconectando más.

¿Y tú qué tan conectado estás con la realidad?

Link: IEEE Spectrum.

Por Claudia Ocampo.