BITÁCORA

La conquistadora

Llegó con la expedición de Juan de Grijalva en 1518.  Durante la travesía por las costas de Yucatán y el golfo de México tiempo le sobró para ganarse el afecto de buena parte de los soldados españoles. Disfrutaba el movimiento cadencioso de las olas que mecían suavemente las naves de la expedición. Por momentos era temeraria y tenía arranques de valentía. Retaba a la prudencia parándose en el extremo de la proa para sentir en su rostro la caricia de los vientos del nuevo continente.

Sin saberlo presenciaría las primeras hazañas militares de dos humanos que, con el tiempo, serían célebres: Pedro de Alvarado y Bernal Díaz del Castillo. Tras varias semanas de agotador periplo, la oportunidad se presentó radiante: había llegado el momento de pisar tierra firme.

Los doscientos cuarenta hombres de Grijalva desembarcaron en Potonchán y en un lugar al que llamaron “Boca de Términos”. No pudo contenerse ni un minuto más, sin perder el estilo, bajó corriendo, pero a diferencia del resto de la tripulación cuya primera acción fue besar la arena, prefirió revolcarse en ella. La Conquistadora era la primera perra lanuda que pisaba el futuro territorio de la Nueva España –los indios sólo conocían el escuintle.

perro español

De raza lebrela, su mayor virtud era el arte de la cacería. Durante los tres días en que los hombres permanecieron en aquellos parajes, la perrita demostró sus habilidades con varias presas: “diez venados y muchos conejos”. Cuando “levantaron ancla” la fiel compañera permaneció en tierra retozando y jugueteando en la arena. Se le veía feliz. La tripulación pensó que jamás volverían a verla.

Según refiere Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, en 1519 “mandó Hernán Cortés al capitán Escobar a reconocer la misma región y halló la perra muy gorda. Contó el capitán que apenas la lebrela vio el buque en el puerto, daba señales de halagos con la cola y vino con los solados al navío”.

“El perro es, no solamente/ digno merecedor de nuestro agrado;/ sino que justamente un lugar se le debe a nuestro lado,/ por su buena figura, su viveza:/ por su fidelidad, y su nobleza,/ y el amor sin medida,/ que al hombre tiene, mientras tiene vida.” Los conquistadores habían sido conquistados.

Por: WikiMéxico.

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