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Fomenta ITQ experiencia en estudiantes de mecatrónica

Con el propósito de aportar al crecimiento y funcionalidad de su institución, estudiantes de la carrera de mecatrónica del Instituto Tecnológico de Querétaro (ITQ) trabajan en un proyecto de reparación de una celda de manufactura, ubicada en un sistema de producción que pertenece a un equipo de control de sistemas del Laboratorio de Ingeniería Industrial de este centro educativo.

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El proyecto lo desarrollan los estudiantes de mecatrónica Magali Berenice Priego Alegría, Miguel Arturo Ramírez Galván, Jaime Yair Miramontes Aguilar y Jorge Alejandro Pérez Gómez, con el asesoramiento de los docentes del cuerpo académico de Automatización y Sustentabilidad para el Desarrollo Tecnológico del ITQ, Hernando Chagolla Gaona y Miguel Ángel González Ortiz.

La estudiante de mecatrónica, Magali Berenice Priego Alegría, informó que el equipo de trabajo eligió desarrollar este proyecto debido al compromiso que tienen de retribuir algo a su institución, además de que tendrán la oportunidad de adquirir más conocimientos en lo que se refiere al control de sistemas.

“Para nosotros es una forma de adquirir la experiencia que requerimos para adentrarnos más a la industria, de saber los retos que vamos a tener allá afuera. No cualquiera puede vivir este tipo de cosas y somos, hasta cierto punto, privilegiados porque es algo grande, es algo especial estar compartiendo este conocimiento. También es una forma de regresar al ITQ todo lo que nos ha dado; más allá de un servicio social, lo vemos como un legado que vamos a dejar a otras generaciones, porque este equipo lo utilizan muchas especialidades”, aseguró.

En ese sentido, el estudiante de mecatrónica, Jaime Yair Miramontes Aguilar, explicó que esta celda de manufactura, cuyo costo aproximado es de seis millones de pesos, fue instalada en el Laboratorio de Ingeniería Industrial con algunas deficiencias por parte del proveedor, lo que le restó funcionalidad.

“Esta celda tiene como tres años en la institución. Inicialmente se compró, se instaló, pero de alguna manera no quedaron bien instalados algunos módulos y la idea es que se ponga a punto, se trata de un equipo que es de última generación; la idea es trabajar en equipo junto con nuestros asesores para poner a funcionar este equipo. El proyecto no solo tiene aplicación didáctica, sino hasta industrial porque es una tecnología que usan empresas de nivel mundial para sus procesos”, sostuvo.

Por su parte, el estudiante Miguel Arturo Ramírez Galván explicó que la primera parte del proyecto fue un inventario de lo existente, lo funcional y lo reemplazable de la celda de manufactura, para después hacer la integración de cada uno de los componentes de este dispositivo a través de una red Profibus.

“Una vez concluido el proyecto y la restauración completa del proceso, tendremos la capacidad de innovar o mejorar la celda en detalles que hemos visto que están demasiado sobrados, elementos muy antagónicos o lentos que podríamos sustituir por otros sistemas que en la proximidad podremos conocer”, refirió.

Retos profesionales

El docente asesor, Miguel Ángel González Ortiz, abundó que otra de las problemáticas que debe solucionar el equipo de trabajo es la falta de un manual de operación, lo que significa un gran reto que contribuirá a la formación profesional de los estudiantes.

“Hay reparaciones que se están haciendo porque obviamente quedó inconclusa la instalación, yo creo que si trajeran ingenieros de otro lado el costo se incrementaría por el servicio que se le está dando, entonces los muchachos, aparte de que están aprendiendo algo que está vigente en la industria, se llevan la experiencia de no solo dar el servicio sino la reparación del mismo. No todos tienen la oportunidad de programar estos equipos y echarlos a andar, eso le dará un plus a estos estudiantes puesto que ya tendrán experiencia en programar y utilizar equipos que son de última generación, la idea es que los muchachos, además, puedan elaborar un manual de operaciones de esta tecnología”, subrayó.

González Ortiz sostuvo que la parte más complicada del área de este sistema de manufactura es el área de la robótica por la precisión implícita que debe tener este equipo.

“Los movimientos son muy precisos, la manipulación del brazo debe ser con mucha delicadeza porque son componentes muy caros y son movimientos de precisión milimétrica, entonces el programa debe estar muy bien elaborado, de tal manera que la pieza se acomode y se saque al sistema de producción de manera correcta. Esa sería la parte más complicada. También hay que tener mucho cuidado en el sentido de poder echar a andar y en serie cada uno de los módulos, que estén sincronizados, de lo contrario la red puede fallar o incluso bloquearse; entonces yo creo que son de los retos grandes de poder programar un sistema de este tipo, que es en lo que vamos a trabajar estudiantes y profesores involucrados”, finalizó.

De acuerdo con el equipo de trabajo, se espera que la celda de manufactura quede funcional en el mes de agosto.

Fuente: CONACYT.

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