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Ciencia contra los incendios forestales

La materia forestal, como pastos, hojarasca o ramas, puede ser un detonante para los incendios en bosques o áreas verdes. Por ello, entender la composición de ese potencial combustible puede ser una opción para conocer más sobre el comportamiento del fuego y así emprender estrategias para poder controlarlo durante los incendios forestales.

Para entender el comportamiento del fuego, científicos del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, en colaboración con investigadores de otras instituciones, como la Universidad de Guadalajara, buscan conocer las características de los distintos materiales que alimentan las llamas y cómo estos influyen en la evolución de los incendios forestales.

“Los combustibles forestales son elementos muy importantes para poder hacer un manejo adecuado de los incendios o el fuego. Si entendemos los incendios como un evento de fuego no controlado sin planificación o control de las consecuencias, podemos contrastarlo con fuegos planificados”, explica Diego Pérez Salicrup, del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Con este proyecto de investigación, Caracterización y clasificación de combustibles para generar y validar modelos de combustibles forestales para México, se buscó observar la composición de diferentes tipos de biomasas combustibles en varios estados del país; no obstante, también se tomaron en cuenta otras condiciones forestales, como temperatura o humedad.

Modelos de combustibles

El doctor Pérez Salicrup señala que con base en el análisis de las características de los combustibles se pueden elaborar modelos para conocer los alcances de incendios. Sin embargo, los modelos conocidos solo eran aplicables a ciertos ecosistemas, por lo que era necesario contar con unos adecuados a las características de los bosques mexicanos.

“Esos modelos de combustible son la agrupación de unos cuantos modelos con los que se puede predecir cómo, dada la topografía o factores como la humedad relativa, velocidad del viento u otros, sería el comportamiento del fuego, y en función de eso planificar actividades encaminadas a la supresión”.

Esta investigación contempló analizar y realizar una serie de actividades que incluían la organización de quemas forestales controladas en varias partes del país, pero también se evaluaron episodios en los que se presentaron incendios forestales espontáneos y no planificados.

“Pudimos monitorear en ambientes que, literalmente, se estaban quemando como parte de un experimento para conocer cómo se comportaban aspectos como el viento, la humedad relativa, la altura de la llama y sus variables, cómo era la carga de combustibles y así pudimos elaborar una buena caracterización del ambiente del fuego”.

Además, a través de este proyecto, financiado por el Fondo Sectorial de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), también se recopiló información de profesionales forestales quienes compartieron sus experiencias y consejos en el combate a fuego en bosques y áreas verdes.

Con toda la información recopilada se podrán elaborar guías y manuales de usuario para conocer de qué manera el manejo y distribución de combustible puede ser útil contra el fuego, pero también serán datos que podrían usarse para realizar quemas controladas en predios o áreas dedicadas a la producción agrícola o ganadera.

Fuente: CONACYT.

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