Ciencia e investigación, herramientas para emprender

La investigación científica y la transmisión del conocimiento pueden resultar las principales herramientas para establecer un negocio. Por otra parte, una de las formas de impulsar el desarrollo de la innovación es encaminarla a que cumpla con un propósito social o productivo.

Esas fueron las reflexiones de Gilda Zacarías Aboytes que, en coordinación con un equipo de especialistas, ha puesto en marcha el proyecto Innutrition, Education and Research S. C. “Alimentación con ciencia”, una sociedad civil que se dedica a ofrecer servicios científicos y técnicos orientados a la investigación, asesoría, gestión y capacitación en el área de la alimentación saludable para innovadores y pequeños empresarios.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Zacarías Aboytes destacó que este proyecto ofrece servicios científicos con el objetivo de romper mitos y tabúes que existen en torno a la alimentación, con diversas estrategias para abrir nuevos mercados a emprendedores y, con esto, generar un ciclo de bienestar a través de la transferencia del conocimiento y el impulso a los proyectos y empresas enfocadas en este mercado.

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo surge este proyecto empresarial?

Gilda Zacarías Aboytes (GZA): Tiene algo que ver con mi formación profesional. Yo soy química en alimentos y después hice una maestría en Nutrición Humana; desde que egresé estuve trabajando en esa industria, ahí aprendí mucho sobre producción de alimentos, y con la especialidad logré entender mucho más la parte de la formulación; de ahí nació la inquietud de crear un puente entre el conocimiento, la tecnología de alimentos y la nutrición.

Tiempo después comencé a desarrollar este proyecto, que ofrece servicios enfocados en la gestión del conocimiento a través de la investigación científica aplicada, dirigida a innovadores y empresarios que buscan incursionar en el mercado de la alimentación saludable, que ahora está tan de moda por las tendencias mundiales y los altos índices de obesidad que existen en México.

Otro aspecto que nos motivó fue impulsar la innovación. Hay muchos proyectos hechos por jóvenes o pequeños empresarios muy buenos, que son alternativas reales para promover el consumo de alimentos saludables, pero que se quedan en la etapa de proyecto por falta de asesoría técnica para poder convertirlos en productos que se puedan vender en el mercado.

AIC: ¿Cuáles son los servicios en específico que ofrece esta empresa?

GZA: Tenemos áreas de investigación, innovación de productos saludables y servicio de consultoría a pequeñas y medianas empresas (pymes) o a emprendedores para dar seguimiento a sus productos, desde la idea, tecnología para su desarrollo, etiquetado, marketing, comunicación, focus groups y análisis sensorial, es decir, todos los servicios relacionados de investigación para generar una nueva propuesta de negocio enfocado en la producción en este mercado.

Pensamos en pymes, innovadores y emprendedores porque muchas veces quieren poner un negocio o crean un producto pero no tienen idea de cómo desarrollarlo o colocarlo en el mercado de manera adecuada; por ejemplo, saben hacer galletas nutrimentales, que podrían ser muy atractivas, pero ignoran los procesos, tanto normativo como técnico, para que el producto cumpla con aspectos como vida de anaquel o la generación de una etiqueta nutrimental, entre otros.

AIC: ¿Todo esto enfocado en productos que se relacionen con la salud?

GZA: Principalmente trabajamos con toda el área de alimentos, pero nuestra especialidad es la parte nutritiva, porque es un nicho de mercado muy fuerte y también una necesidad de la población. Y es que muchas veces, en el afán de hacer productos que tengan una declaración de salud, no se hacen de la manera correcta, ni en la formulación del producto ni en la comunicación de la propuesta.

Hay casos de productos, hechos por estos pequeños empresarios, que en realidad no tienen efectos tan benéficos para la población, pero ellos no lo saben. Pretenden poner etiqueta de “saludable” a unos bocadillos llenos de harina y azúcar que solo fueron espolvoreados de salvado de trigo, o desarrollan una bebida azucarada a la que nada más se le adicionaron vitaminas para que cumpliera con el requisito. Ahí entra nuestro trabajo científico y de investigación.

AIC: ¿De qué forma apoyan a las empresas para que puedan conseguir recursos y promover su desarrollo?

GZA: Hacemos los protocolos de investigación en la norma de gestión de tecnología y damos la asesoría para que las empresas puedan solicitar recursos para sus proyectos a través de las convocatorias, tanto del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) a través del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) como del fondo del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem).

Se apoya a los emprendedores y empresarios para que sepan cómo presentar su proyecto, qué características debe de tener, el monitoreo tecnológico, la revisión de patentes, el estado del arte y cómo justificar un proyecto desde el punto de vista técnico.

También hacemos algunos proyectos en colaboración con otras empresas en la parte de tecnologías de la información, en donde hacemos algunas aplicaciones o sistemas que ayudan a mejorar sus procesos; parte de este trabajo lo enfocamos en hacer divulgación científica.

AIC: ¿Cuáles son los sectores que se considerarían el mercado natural de este proyecto?

GZA: Nosotros trabajamos con pymes y emprendedores enfocados en la producción de alimentos, primordialmente los que tengan una oferta de valor diferencial; por ejemplo, una de las empresas con que trabajamos se dedica a hacer harina de maíz nixtamalizado a través de un proceso ecológico en el que no tiran el nejayote lo que aumenta la calidad nutricional de la harina que hacen. Lo que trabajamos con ellos es ver qué otros productos pueden hacer a partir de este proceso y la parte de la calidad.

AIC: Mencionabas que otra de las áreas de tu empresa es la divulgación respecto a la alimentación saludable, ¿qué estrategias en específico son las que llevan a cabo?

GZA: Nosotros damos charlas y conferencias enfocadas en la información nutricional del consumidor. Falta educación en lo que se refiere a la alimentación; cuando ven un producto, las personas leen solamente la parte de la mercadotecnia.

Se necesita trabajar con el consumidor para generarle una conciencia sobre su estado de salud y un conocimiento que le permita tomar decisiones informadas. En el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria están los objetivos que se plantearon donde todos somos actores principales ante el problema de la obesidad: gobierno, academia, industria y pues obviamente también la participación social.

Al final tenemos cada quien que responsabilizarnos, generar un ambiente menos obesogénico. La parte de “alimentación con ciencia” es un juego de palabras, realmente todos somos partícipes del tema, porque al final todos comemos. Existen muchos tabúes, mitos e ideas preconcebidas que son erróneas, que no están tan orientadas a la toma de decisiones bajo información, es ahí donde debe entrar todo lo relacionado con la ciencia, tecnología e innovación.

Fuente: CONACYT.